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Pensamiento Masonico

DEL DISCURSO CONMEMORATIVO DE LOS 25 AÑOS DE LA GRAN LOGIA SIMBÓLICA ESPAÑOLA

Ascensión Tejerina
Past Gran Maestra
Gran Logia Simbólica Española
(...)
NUESTRA CONDICIÓN DE ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL, NOS OBLIGA A DECIR CLARA Y PÚBLICAMENTE CUAL ES NUESTRO ROL INSTITUCIONAL.
Una de las exigencias que nos plantea la interpelación a la que somos sometidos es la de definir el rol institucional que nos incumbe. Si argumentamos nuestra legitimación en que siempre hemos sido perseguidos por defender los valores fundamentales y universales de Libertad, Igualdad, Fraternidad y Tolerancia; si la Masonería es una expresión mundial de aspiración de progreso de la humanidad basada en la naturaleza misma del hombre en cuanto puro y completo hombre; estamos, con esta argumentación, haciendo manifiesta, públicamente, la dimensión institucional de la Masonería. A partir de ese momento y por simple coherencia con el nivel de exigencias instaladas en las sociedades libres y democráticas, tenemos que pronunciarnos abiertamente acerca de nuestro papel y tendremos que responder de ello, ante las expectativas suscitadas, con el producto social que corresponda.
Hoy, la sociedad reclama saber quién es quién. Aquello que pertenezca al dominio de lo privado habrá que defenderlo con decisión de la presión inquisidora de la sociedad, pero a cambio de ese derecho a la privacidad, se hace más exigible la servidumbre y el retorno social que en cada caso también corresponda.
No es el camino más fácil, ciertamente. Lo cómodo es el anonimato, y así nadie nos pide responsabilidades, pero esto no sería ni justo ni juego limpio, ni con la sociedad ni con los que se incorporen a nuestro trabajo, atraídos la mayoría de las veces por los mensajes que nosotros mismos vertemos al público. La alternativa a este posicionamiento es la marginalidad y la clandestinidad, y no son sendas estas muy recomendables para una vía constructivista.
No se trata de coger las pancartas y salir a la calle a vociferar nuestra índole, sino de contestar con precisión y naturalidad, cuando se nos pregunta: "…Estos son nuestros intereses, esto es lo que hacemos y he aquí las pruebas de ello…".
NUESTRO ROL INSTITUCIONAL ES LA REFLEXIÓN ÉTICA:
Si, como decía el filósofo y masón alemán Kart C. F. Krause (1781-1832), la Masonería es la única institución que se ocupa del "Hombre en su pura y completa humanidad, en su totalidad", en la reflexión ética hallamos la ocupación humana que mantiene permanentemente la vista puesta en ese objetivo de trabajo con las dos preguntas siguientes: ¿es así como me construyo plenamente como ser humano? ¿Es esta la sociedad que permite el desarrollo integral del ser humano? Resolver la primera de las preguntas es emprender el camino iniciático de la masonería. Resolver la segunda es mantener, comprometidamente, un constante ejercicio de crítica y revisión acerca del hombre en el mundo.
La Ética es una parcela de intereses y conocimientos que incumbe a todo ser humano. Nadie debe abdicar de su escrutadora mirada ética hacia sí mismo y hacia la sociedad. Sin embargo, la tendencia de lo cotidiano es superficializar, trivializar, apegarnos a la apariencia. Por el contrario, el método masónico nos invita a penetrar en el interior de las cosas, a hacer visible lo oculto y en eso consiste la reflexión ética, en asegurarse que las cuestiones que abordamos van a quedar suficientemente profundizadas hasta ver en que aspectos y en que medida queda comprometido lo humano en la situación estudiada. Una vez que todos los elementos constituyentes del problema están sobre la mesa, cada cual que elija sus opciones como mejor le cumplan, porque no es tarea de la Masonería decirle a nadie como tiene que actuar.
El criterio de examen ético del masón es el hombre en cuanto puro y completo hombre. Su finalidad, la puesta en evidencia de lo que pasa desapercibido. Por eso la reflexión ética es previa a la reflexión política o religiosa, aunque la línea divisoria de estos intereses sea muy movediza. No es que haya una Política con "P" mayúscula y una política con "p" minúscula, o una Religión con mayúscula y otra con minúscula, como muchas veces oímos decir para justificar que estamos tratando temas fronterizos; lo que hay son miradas distintas a las mismas situaciones, y a nosotros nos interesa la mirada ética.
CONMEMORACIÓN
Para una institución como la Masonería, que cuenta su edad por siglos, celebrar los 25 años de existencia de nuestra Obediencia no denota desde luego nuestra solera, pero sí significa que hemos alcanzado nuestro primer puerto importante en el tiempo. Y esto es un signo de estabilidad, de fuerza, de acumulación de experiencia y de reconocimiento en el ámbito masónico mundial suficiente como para encarar nuestro futuro con una razonable confianza.
La arena del reloj cósmico se desliza inexorable e indiferente. Sin embargo nuestra trayectoria en el tiempo no debe ser un “continuum” sólo alterado por las circunstancias. Debemos crear ritmos que nos den conciencia de su paso para así aprehenderlo mejor y poder distribuir nuestra acción de manera sincronizada con los diversos acontecimientos que ocurren en nuestro entorno. Por eso debemos ir dejando testimonios de nuestros balances y de nuestros resultados. Esta es la razón por la que hemos querido, en esta celebración de nuestros primeros 25 años, ofrecer una publicación que recoja lo que es la Gran Logia Simbólica Española (GLSE-GOEU), al día de hoy: cuales son sus Respetables Logias, sus estructuras y sus proyectos, de la forma más objetiva posible, para que pueda servir de referente para medir los progresos.
Dentro de 25 años, los que en ese momento tengan la responsabilidad de dirigir los pasos de nuestra Obediencia, harán un alto en el camino para reflexionar sobre el camino recorrido y evaluarán en que medida son deudores de un pasado y en que medida dependen de la correcta visualización del futuro porque es en el futuro que cobramos nuestro salario, es él quien verifica el valor de nuestra obra.

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