SOCIEDAD HERMANOS DE LA CARIDAD
En el siglo XIX, a finales del decenio de los sesenta, un preclaro barranquillero, graduado de médico en París, llamado EUSEBIO DE LA HOZ, de treinta y cuatro años, Masón y miembro activo de la Logia El Siglo XIX Nº 24, recién fundada por el Supremo Consejo Neogranadino, hoy Supremo Consejo del Grado 33 para Colombia, manifestaba a diez amigos suyos:
“Vengo a comunicar a ustedes todos, mi pensamiento, mi proyecto y el objetivo que impulsa mi idea (...) entremos todos de lleno a dar empuje al trabajo para desarrollar un plan certero y encauzarlo con toda formalidad hasta llegar al campo legal para realizar una obra que ha de ser admirada y alabada por la presente y futuras generaciones. Que quede apoyada por la Constitución y las Leyes (...) La obra de que quiero ocuparme es la construcción de un cementerio amplio, suficiente, de exclusiva propiedad de esta corporación correctamente iniciada y que para sus trabajos desde hoy nos preparemos para formar una Institución de Beneficencia y que nuestra corporación sea conocida con el nombre de SOCIEDAD HERMANOS DE LA CARIDAD.”
De este modo nacía una extraordinaria corporación que el inexorable paso de los años convertiría en centenaria. Tal vez la única en el país y en Latinoamérica. Ocurrió en Barranquilla, en la casa de Don Eufrasio Sánchez, un 9 de mayo de 1867, cuando el genial galeno, Eusebio de la Hoz, invita a una reunión a los Hermanos Masones: Don Rodolfo Macías, Don Enrique S. Pilgrán, Don Eufrasio Sánchez, Don Nicanor Hamburger, Don Agustino Altamar, Don Manuel Flórez, Don Gabriel Viloria, Don Julián Berhart y Don Jorge Altamar. Delante de estos distinguidos ciudadanos, constituidos en junta preparatoria, manifiesta su genial idea de darle a la ciudad una obra admirable.
Ciento treinta y cinco años después la Sociedad Hermanos de la Caridad, presidida coincidencialmente por otro egregio médico, Dr. LEONELLO MARTHE ZAPATA, hoy Soberano Gran Comendador del Grado 33 para Colombia, se ha consolidado, llevando a la vigorosa práctica las solidarias palabras de su fundador:
“...La caridad no consiste en ser pródigos, más allá en ser útil.”
En los últimos diez años esta providencial expresión, nunca antes se ha hecho mucho más palpable a los ojos de la comunidad. En el campo de la salud, la Sociedad Hermanos de la Caridad es benefactora de la niñez desprotegida, especialmente de los que nacen con problemas de hidrocefalia. En la educación y en la cultura la centenaria corporación ha demostrado un inconmensurable sensibilidad. Otorga auxilios educativos a los bachilleres y universitarios de escasos recursos económicos y con calificados méritos.
Cuenta con una Biblioteca Pública al servicio de la comunidad estudiantil, profesional y de los inquietos bibliófilos; dotada con más de tres mil volúmenes, dos excelentes salas, una para la lectura de los textos consultados y la otra para el servicio de sistema informático e internet, impresión y fotocopiado de trabajos. Asimismo, la Sociedad Hermanos de la Caridad edita dos revista El Misionero, que es el órgano de comunicación de los intereses de esta centenaria corporación cuya primera edición data del 15 de octubre de 1870; con proyección orbital a todos los hombres libres y de buenas costumbres que habitan la faz de la tierra.
La Sociedad Hermanos de la Caridad de esta manera pone en vigor y concreta los versos de Anatole France:
Lentamente, más sin pausa, va realizando la humanidad el sueño de los sabios.
7 comentarios
alvaro de la hoz -
Alvaro Mendoza -
ALFREDO LUIS -
Alfredo De la hoz villalba -
Sandra Viloria -
SVILORIA25@HOTMAIL.COM y digame en que la podemos ayudar.
Sandra Viloria -
luz amparo Higuita Higuita -
les agradezco de antemano su amable contesta