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Pensamiento Masonico

Masonería y Política

Masonería y Política

La especulación de carácter filosófico, una entelequia
que jamás ha dado resultados y quimera cuyas conse-
cuencias están a la vista. La política es actualmente si-
nónimo de hacer dinero de manera facil y rápida.
 
Por: Dino Manco Bermúdez Gr:. 33.
 
No son pocos los autores que niegan de plano, o al menos con mucho énfasis,  la existencia de alguna relación entre la Sociedad de los Constructores del Templo y  el llamado arte, teoría o práctica de gobernar a las sociedades humanas.
 
Basados en la leyenda masónica y luego en lo que conocemos a través de la crónica de la edad media y los hechos más recientes acaecidos en los siglos XVIIII y XIX, podríamos abrir varios escenarios donde la institución como tal no hace parte de ningún movimiento político y en otros, en los que institucionalmente la Mas:. reivindica el derecho de estar involucrada en los acontecimientos decisorios de la vida social y comunitaria de los pueblos, y también, HH:. MM:. imbricados en el quehacer político en forma individual, sin representación o respaldo Inst:.
 
Si nos remontamos a los días del Maest:. Hirán Abí, Arquitecto constructor del Temp.:. del sabio y Pod:. Rey Salomón, podemos observar sin temor a equívocos, a un grupo de expertos proyectistas y planificadores, ejerciendo el arte del diseño y la construcción de acuerdo a las circunstancias de la época en cuanto a uso de materiales y las necesidades de un fenómeno urbanístico incipiente, en una sociedad aún en vías de dejar la trashumancia, dándole paso a la sociedad agraria y a su efecto en el tiempo, la sociedad urbana.
 
Lo colegios de constructores, génesis institucional logístico, hacían de ellos un organismo operativo, debido a la circunstancia misma de su operabilidad en el campo de la edificación de lugares, donde los asociados podrían llevar a cabo sus actividades profesionales y domésticas.
 
Muchas edificaciones, sobre todo en Europa, que aun subsisten a pesar del paso de los años, muestran dentro de su concepción artística variados objetos, parte de la simbología Mas:., corroborando la impresión de haberse vivido un fructífero período de obra material, muy lejos de la especulación de carácter filosófico que, siglos después, marcaría la andadura logística en el largo camino de la interacción social.
 
Más tarde,  la memoria Mas:. nos introduce a la época de los Caballeros del Templo, con J. de Molay como figura relevante de toda una era de actividad político religiosa, donde están involucradas las infortunadas Cruzadas, motivo del odio hacia occidente que se vive hoy día en los países del Oriente Medio. Sin necesidad de buscarle tres extremidades al felino doméstico, debe reconocerse  que las labores de los Caballeros del Templo, o  Templarios como se denominaban también sus integrantes, estaban imbuidas de actividades de carácter social donde eso que llamamos política, genéricamente, y por contera
lo religioso, predominante capítulo del control social en el medioevo,  igual que lo es ahora en las sociedades subdesarrolladas, era parte importante del accionar de dichos personajes y de la organización a la cual pertenecían.
 
De todos es sabida la suerte corrida por los Templarios, quienes fueron acusados de herejes  (temiendo el poder ascendente que ellos tenían, religiosa y políticamente expresado) por su máximo protector y beneficiario, el Obispo de Roma, siendo la mayor parte de ellos quemados en la hoguera. Ese fue el fin del Gran Maestre de los Caballeros del Templo, J. .De Molay.
 
En tales calendas, los Caballeros del Templo fueron lo que los Jesuitas en el reciente pasado y el Opus Dei es actualmente para el Papá. Es decir, la organización de mayor confianza dentro de la Iglesia, para su máximo jefe. No es un secreto la influencia eclesiástica en todos y cada uno de los fenómenos sociales, políticos y religiosos, en cualquier país de occidente, donde no estuvieran representantes del clero y por consiguiente de la estructura religiosa.
 
Entonces, si los Templarios hicieron  parte de la organización medieval de la Mas:., necesariamente esta tuvo una notable intervención en la vida política, religiosa y económica  de esa sociedad y por lo tanto, mucho tuvo que ver la Inst¨. en la toma de tal tipo de decisiones. Entonces, en los días del feudalismo, no éramos  ajenos, institucionalmente, a la intervención en política.
 
Luego, vemos a la Mas:. marcando el paso en los cambios sociales de los siglos XVIII y XIX. En Filadelfia primero  y en París después, la Inst:. Mas:.  que  es abanderada de la libertad de pensamiento, culto  y  conciencia por ser una asociación de hombre libres, apoya  el movimiento independentista norteamericano liderado por el H:.M: George Washington y la separación de los Estados Unidos de Norteamérica de Inglaterra. Allí nacen los primeros postulados de los Derechos del Hombre, que más tarde fueron proclamados durante la revolución francesa.
 
En efecto, los enciclopedistas en su gran mayoría eran individuos iniciados en las Llog:. Mmas:. Sus respectivos Ttall:. apoyaron sus ideas sociopolíticas y se decidieron a colaborar de lleno con la causa de la revolución. No podría decirse que se trató de una acción aislada de unas cuantas Llog:. o de unos pocos HH:.  Probablemente la unanimidad no la hubo,  pero una mayoría abrumadora estuvo presente en los acontecimientos que culminaron con la toma de La Bastilla y el uso y abuso de la guillotina.
 
A continuación, los movimientos separatistas en la América hispanoparlante hicieron de la Mas:. el contexto ideal donde debatir las ideas y planear las estrategias para combatir al tirano chapetón. Francisco De Miranda, Simón Bolivar, Sucre, Santander y en fin, la plana mayor de la insurgencia neogranadina estaba conformada por iniciados.
 
En Centro América y el sur del continente, quienes lucharon por la independencia de sus respectivos países eran masones. Y, desde luego, muchos de los europeos que estuvieron en las filas de los patriotas pertenecieron a la Ord:. La emancipación de España tuvo consecuencias políticas y los precursores de la liberación del yugo ibérico se hicieron cargo de dirigir a sus respectivos países, con la colaboración de sus referentes Ttall:. y Ggrand:. Llog:.  Nuevamente es indispensable recalcar que el manejo de la política  en sus aspectos, sociales y económicos estuvo en manos de HH:. Mm:. y que no lo hicieron solo a título personal sino logístico.
 
En Colombia ocurrió exactamente igual. Después de la desgraciada disolución de la Gran Colombia, fomentada por los enemigos del Libertador Simón Bolívar en Bogotá y fallecido ya en San Pedro Alejandrino el genio de Caracas, nuestra nación tuvo en sus entrañas contribuyentes Mmas:., enfrentados al clero y la caverna derechista, concepción política cuyas consecuencias fueron las  múltiples guerras civiles que culminaron con la llegada al poder del genio de El Cabrero y la entrega del país a una dictadura confesional, concluída aparentemente en 1930 con el triunfo de Enrique Olaya Herrera en las urnas, pero que 74 años después aún persiste en las altas esferas del poder político.  Con raras excepciones, este es el mismo fenómeno sufrido por la mayoría de las naciones que lograron desligarse del despotismo chapetón en el siglo XIX.
 
En el resto del mundo, la Mas:. tuvo una significativa influencia en los gobiernos y fue coparticipe de muchas de las decisiones que a nivel de HH: MM:.se tomaron, para consolidar la democracia y las libertades individuales, la mayoría de ellas contenidas hoy en la Declaración de los Derechos  Humanos, de las Naciones Unidas. A partir de ahí, comenzó la etapa de la llamada la declinación de la influencia Mas:. en las providencias y programas de orden político y social que afectan a las naciones.
 
No fuimos la excepción que confirma la regla.  Las Llog:. se transmutaron en ateneos de vacía gestión social, donde se debatían cosas intrascendentes e inanes y a los que acudieron gentes que buscaban no el  propio perfeccionamiento intelectual y espiritual, ingresando a la Ord.. solo rastreando un hipotético mejoramiento en la escala social y en muchos casos, creyendo encontrar una fuente de fraternal financiación para sus problemas económicos o un respaldo institucional basado en el buen nombre de la Ord:. y desde luego, en el misterio que a  ella la rodea por ser una asociación discreta.
 
Basados en la premisa de la cero operabilidad y magnificando la especulación de carácter filosófico, una entelequia que jamás ha dado resultados y quimera cuyas consecuencias están a la vista, la Mas:. en el país  desatendió casi irresponsablemente lo que nuestra particular cultura señalaba, dejándole a otros la toma de decisiones que afectan a todos los ciudadanos.
 
Es cierto que la política como instrumento para manejar en forma decorosa  y eficaz  la cosa pública, buscando la prosperidad de los asociados a través de ideologías y programas, que permitan obtener óptimos resultados en el afán de conseguir  el bienestar general, ha desaparecido del ideario de unos partidos políticos fragmentados en reservaciones electorales donde los caciques se perpetúan en los entes legislativos comprando votos y compartiendo el poder con el gobernante de turno.
 
Algunos malos HH:.,  elementos que nunca debieron ser iniciados,  se lanzaron a título propio al ruedo de la vida pública, sin apoyo institucional, afortunadamente, y los resultados están a la vista. Condenas a prisión, cuestionamientos por malos manejos, oscuras componendas, negocios turbios donde el estado pierde ingentes sumas de dinero  y raponazos multimillonarios al tesoro público. Otros, cuyos manejos  no han sido impugnados pero que de la noche a la mañana pasaron de la inopia a la opulencia, sin habérseles conocido jamás  una actividad lucrativa.
 
La política es actualmente sinónimo de hacer dinero de manera facil y rápida. Entonces, al cambiar de filosofía y de objeto social, se transmutó en politiquería y naturalmente, ha caído a los niveles más bajos de deshonestidad e inmoralidad, jamás antes vistos.
 
Así, se han perdido todos los espacios que algún día tuvo la Inst:. dentro de la función pública y por ende, cualquier influencia que hubiese tenido  internamente en el rodaje de los tres poderes del estado de que hablaba Montesquieu, ascendiente que concluyó con  la desaparición de Alberto Lleras Camargo. Esa situación  hace no solo vulnerable a la Ord:., sino que lentamente degrada su importancia dentro de nuestro contexto, dificultando de manera notoria conseguir una interlocución válida, enérgica y vigorosa en los asuntos que le competen a la administración pública y cuyas acciones podrían ir en deterioro del bien común.
 
Da la impresión, la Ord:.,  de ser refractaria al cambio y de que le sirviese su Lit.. especulativa de mampara conceptual para rechazarlo o al menos impedir que taladre las puertas del Temp.:, ingresando de manera prudente pero firme, a
participar de los Ttrab:. en el Simb: y el Esc:.
 
No se trata, evidentemente, de convertir a la Inst:. en partido político, lanzar candidato propio a las corporaciones legislativas, o financiar campañas.  En lo absoluto. Inicialmente, debería haber una apertura hacia la sociedad, saliendo al ruedo social basados en nuestros valores logísticos, los cuales tienen una profunda conexión con los propios de esa fracción de la sociedad Prof:. deseosa  de mejorar la terrible situación que vive el país en todos los órdenes de la interrelación social.
 
La Mas:. no se expresa sobre los fenómenos de seguridad, educación, salud, transporte, impuestos, concesiones amañadas, la contratocracia, sobornos, el mal manejo de los dineros comunitarios, medios de comunicación, recreación,
proyectos de ley, ordenanzas y acuerdos, pensiones, estatutos de seguridad, secuestros, desplazados, violencia y en fin, nada dice sobre los males que aquejan a esta sociedad nuestra, ya en cuidados intensivos y próxima a una oprobiosa dictadura de derecha. Otros son los catones que aparentemente sirven de cívicos vigilantes, pero que de nada sirven porque hacen parte de la estructura política  que tiene sus propios  intereses creados
 
Es hora de hacer política institucional, si entendemos por política hacer parte de la democracia representativa que pregona nuestra Carta Política, hoy ad portas de ser descuadernada por los reformadores profesionales de la Constitución y las leyes, ad majoren gloriam, del gobernante de turno pero en detrimento de las libertades individuales de los ciudadanos. Ha llegado el minuto de convocar a un “cónclave”  Simb:. y Esc:. y dejar de lado lo especulativo, imprimiéndole nuevamente a la Inst:. su antigua operacionalidad.
 
Mantenerse a la sombra del sigilo, la falsa premisa del ocultamiento de la identidad masónica y la placidez de los Ttrab:. en el Temp.:. a base de Lit:., es darle  oportunidad a los depredadores de conseguir sus viles propósitos. Hablando y quejándose, nada se consigue. Hay que pasar de la inercia a la acción. Es necesario  proponer una cruzada nacional para reivindicar los preceptos y valores morales propios de la Mas:. que hicieron de nuestro territorio un remanso de paz, trabajo y convivencia.
 
Dice el libro de la ley que hay tiempo para llorar, reir, orar, sufrir, amar. Estamos convencidos que llego el nuestro de resurgir de las cenizas del olvido social, de desechar el esconder la condición de Mas:.  sin razón, que no desvirtúa en nada la condición de sociedad secreta de la Ord:. e interpretar las tétricas señales de un mundo Prof:. en franca bancarrota moral y espiritual.
 
Los servicios de información del estado saben de nuestra membresía a la Ord:.  e infinidad de personas de diferente rango en la escala social, también.  Entonces, ¿de qué nos ocultamos si no tenemos nada que encubrir y por el contrario, mucho honorable, digno y decente qué mostrar?
 
Desde los días de la Mas:. del antiguo testamento, la Mas:. del sistema de producción feudal y la Mas:. del Neoliberalismo, mucho es lo que ha cambiado la Ord:. pero hay que recordar que desde su primera fase a nuestros días han pasado más de 5.000 años.
 
En Colombia continuamos en la etapa del aislacionismo social,  ciclo que a todas luces nos empuja más hacia el guetto, cuando las condiciones y las circunstancias obligan a meterse de lleno en la actividad ciudadana
 
La Mas:. directa o indirectamente siempre ha intervenido en política. Es probable que algunos autores llamen la atención sobre la apoliticidad de la Mas:., pues estructuralmente está soportada en la libertad de conciencia, la cual va aunada a la de cultos y credos políticos, pero es imposible afirmar tal cosa de los HH:. MM:. individualmente. Lo cierto, en algún instante coyuntural de la crónica Mas:., esta estuvo  implicada en actividades de tal naturaleza, pasando por diferentes  momentos vivenciales, donde se abstuvo de participar en ella o daba su condescendencia tomando parte de dicho fenómeno social.
 
La Ord.., se hace necesario insistir, debe buscar los mecanismos apropiados para hacer acto de presencia en la actividad ciudadana. Le corresponde desarrollarla en su calidad de Inst:. humanista y humanitaria, interesada en el bienestar de las personas que conforman el contexto social colombiano. Y, en el caso particular del Gr: Or: de Barranquilla, con mucha más razón.

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