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Pensamiento Masonico

LA MASONERÍA DEL TERCER MUNDO

Felipe Royett González 33°
Gran Maestro de la Gran Logia Nacional de Colombia
Oriente de Barranquilla

Resulta paradójico que siendo la Masonería una Institución Universal, a sus miembros les resulte complicado observar una conducta homogénea para enfrentar las realidades sociales de cada país, por el desarrollo económico desigual que se ha operado en los llamados  "mundos" en que nos han dividido los economistas.

Ello parecería un contrasentido pues el Masón debería ser lo más parecido a lo que en ocasiones oímos denominar como "ciudadano del mundo".  Una persona cosmopolita, que se siente cómodo tanto en un país del mundo más desarrollado como en cualquiera de los países del tercer mundo.  ¿Será verdad tanta belleza? Todo ello es posible, pero se dificulta ser un Masón cosmopolita cuando se tienen graves problemas en casa.  No se está tranquilo, no se come tranquilo.

¿Será posible vivir con tranquilidad cuando tenemos la certeza de que millones de niños se acuestan con hambre en  los países del tercer mundo?

El tema da para largo.  Resulta que nuestra filosofía Masónica está cimentada en la construcción de ese Templo que llamamos "hombre", para proyectarlo a la sociedad en que vive; en la  formación de su personalidad para guiarlo por medio de un largo aprendizaje a una nueva realidad interior que le permita desenvolverse en su ambiente social con el ejemplo de nuestra ética Masónica, vale decir, que esté en capacidad de comportarse como un hombre de bien y de buenas costumbres, conforme a las exigencias de nuestros cánones litúrgicos.

Una cosa es el trabajo en nuestros Talleres, en donde nos encontramos rodeados de hermanos dispuestos a aprender y enseñar, en un ambiente de confraternidad y desprendimiento como no se conoce en otras organizaciones y otra el trabajo dentro de la comunidad donde el Masón cotidianamente entra en contacto directo con "el mundo" que lo vio nacer, crecer y formarse.  Ese "mundo"  tarde o temprano tendrá que enterarse de la condición de Masón del hermano que en él convive con los demás, y ahí es donde su comportamiento habrá de compararse con el de los demás.  En ese ambiente social encontrará toda suerte de presiones para que tome posiciones en uno u otro sentido, no habrá lugar a indefiniciones en determinados momentos, cuando se le ponga a escoger opciones de tipo económico, político, académico, filosófico o científico.

Yo diría que las cosas se le facilitan al Masón cuando adquiere una aceptable cultura Masónica que lo oriente dentro del mundo profano, entendiéndose por tal, el conocimiento de nuestros más sagrados principios, con plena capacidad para ponerlos en práctica, sea cual fuere el compromiso que adquiere en la vida social.  Y se le complican cuando habla con la verdad, o su verdad, y entra en conflictos con "ciertas verdades" preestablecidas, al tener  que mantener posiciones contrarias a las que pongan en peligro su libertad de expresión.

El título de este trabajo es muy ambicioso, pero vamos a tratar con pocas palabras de desarrollar la idea que tenemos en mente para que el debate lo enriquezca.  El tercer mundo ha sido víctima de la más cruel explotación durante varios siglos y la situación actual de nuestros pueblos tiende a empeorar.  Colombia es un típico ejemplo de cómo sus clases dirigentes han sido inferiores a la misión de llevarlo al nivel de los pueblos civilizados.  Casi nadie duda que los regímenes que han gobernado a Colombia desde la independencia muestran  un balance lamentable.  Un verdadero fracaso.  Al lado de las modernas ciudades capitales de los departamentos más desarrollados, existen cordones de miseria tan espeluznantes, que uno se pregunta cómo este país ha soportado tanto atropello a la dignidad de sus gestos.  No podemos mostrar con orgullo un país como pueden hacerlo los hermanos norteamericanos, ni el de los hermanos ingleses o el de los italianos o franceses.  Esos son país que llaman del primer mundo, que hoy se encuentran históricamente ubicados en sitios de privilegio, cuyos habitantes difícilmente podrán entender nuestras desgracias.

El fracaso de nuestras naciones va íntimamente ligado a la explotación que han sufrido por parte de las grandes  potencias económicas, que nos llevan siglos de adelanto social, tecnológico y científico.  Lo peor es que ni siquiera hemos sabido copiar modelos de desarrollo de afuera, y me atrevo a pensar  que si hubiéramos imitado de las grandes potencias, por ejemplo, así sea en mínima proporción, la obligación de asignar partidas importantes de nuestros presupuestos para la investigación científica, otra hubiera sido nuestra suerte, por lo menos estaríamos mejor ubicados en ese campo tan importante para el desarrollo social.  Si hubiéramos sostenido la tarea adelantada con notable visión futurista por el general Santander, en materia de instrucción pública, Colombia hubiera sido un país modelo en política educativa.  Todos los intentos de separación de la Iglesia y el Estado, promovidos especialmente por la Masonería, fueron mal entendidos por nuestras clases dirigentes, cuyos intereses mezquinos generalmente eran fieramente defendidos desde las altas esferas del poder.

Nuestros pueblos son supermercados gigantes del consumismo creado por los economistas de las grandes potencias.  Nos han hecho olvidar que el desarrollo depende de la forma como se organiza la tenencia de la tierra, con verdaderas reformas agrarias que contribuyan a darle impulso a nuestras incipientes industrias.  Nos han hecho olvidar que el proteccionismo es conveniente cuando se trata de evitar que nuestras industrias participen en el canibalismo competitivo de la economía globalizada.  Los medios de comunicación nos invaden las veinticuatro horas del día con la propaganda nociva de la globalización, de la libre competencia y todas esas teorías que lo único que nos han demostrado es la quiebra generalizada de nuestras empresas con el consiguiente desempleo, que hoy en Colombia supera el índice escandaloso del 20%

Entonces contemplamos con tristeza qué tan distintos y alejados son los intereses de los hermanos Masones de esas potencias económicas de los intereses de los hermanos Masones de estos países  explotados.  Mientras aquellos ya han resuelto el problema de la educación  pública, garantizándola con eficacia hasta la escuela secundaria, por lo menos, acá la hemos privatizado, como cualquier mercancía, sujeta a la ley de la oferta y la demanda, lo que ha dado como resultado el más bajo nivel académico, la proletarización del magisterio y un analfabetismo igual o peor que hace 50 años.

Cuando allá el fenómeno del latifundismo pasó a la historia y se le asocia con los tiempos del feudalismo, en nuestros países hablar de reforma agraria es la ofensa mayor que se le puede hacer a un terrateniente.

Cuando un obrero allá gana lo suficiente para vivir decentemente y distraerse, el salario mínimo en nuestros pueblos es una vergüenza, a tal punto que uno no se imagina cómo puede una persona vivir con su familia con escaso trescientos mil pesos mensuales.  Entonces vemos que vivimos en universos distintos, a pesar de ser Masones allá y acá, hablamos un lenguaje diferente.  Por ejemplo, los Estados unidos, el Masón como buen altruista, práctica la caridad de una manera muy activa, ha organizado sistemas de ayuda admirables porque cuentan con grandes recursos.  En cambio el Masón nuestro está más

bien para que lo ayuden, con formidables tareas aún para emprender, a tal punto que nos parece un sueño que llegue el día en que alcancemos esos niveles de desarrollo.

Son dos mundos diferentes, con intereses tan contrapuestos que para conseguir un trato justo y respetuoso, no hay otro camino que adoptar posiciones dignas y nacionalistas.  Ahora quieren hacernos creer que el nacionalismo está mandado a recoger, que el mundo tiende a la eliminación de las fronteras y que lo que conviene a la humanidad es el reino de la libre competencia.  Es la teoría darwiniana de la selección natural llevada al plano de las relaciones económicas entre las naciones.

Todo conduce a pensar que estamos abocados a depender per secula seculorum de una tecnología que nos lleva muchos años de ventaja, si no actuamos por cuenta propia, lo cual, por supuesto implicará asumir grandes riesgos.  Es aquí donde los Masones debemos examinar cuidadosamente la situación en que se encuentran nuestros países y el papel que nos tocará desempeñar para contribuir con nuestras propuestas en las soluciones que mejor convengan.  Nuestra Institución  no tiene permitido en su seno  la discusión política de orden partidista, pero no prohibe que se examine y se analicen los grandes problemas que tengan que ver con los altos intereses de la patria y de los demás pueblos con intereses afines.  La Masonería colombiana en el país desempeñó un papel muy importante en la formación de nuestra nacionalidad, pero fue un papel de avanzad, siempre en pos de impulsar las ideas más progresistas para el logro de los ideales democráticos.  En los momentos de crisis, allí estuvieron nuestros hermanos interviniendo activamente, aportando con su ideario Masónico todo lo que pudiera hacer progresar a la patria.

Personalmente  pienso que nuestros pueblos  latinoamericanos deben buscar prioritariamente la unidad de propósitos, tanto en lo político como en lo económico, para intentar la búsqueda de una identidad que hoy no se tiene.  A nosotros nos han desunido para que las grandes potencias hagan lo que se les venga en gana con nuestros recursos.  Nosotros no tenemos autonomía  para fijar los precios de nuestros productos básicos, esos precios no los imponen desde afuera.  Entonces si existe una tarea a desarrollar que tenga verdadera importancia en los momentos actuales es la lucha por la integración latinoamericana.  La Masonería tiene herramientas muy eficaces para el intercambio de ideas con nuestros hermanos  latinoamericanos y créanme  que estas ideas que hoy les expongo son motivo de preocupación en muchas otras grandes logias de nuestro hemisferio.  La Masonería latinoamericana todavía puede rescatar la práctica del humanismo para contraponerlo al frío pragmatismo que nos quieren imponer los textos de mercadotecnia.

2 comentarios

felipe pigna -

Todo lo que ha escrito es una mentira. He estado durante cinco años en una logia argentina -en el rito escoces antiguo-, llegue al grado 2 (compañero)., me arte de hacer siempre lo mismo, cuando propuse que la filantropia debería ser, saliendo a las instituciones y ayudarlas, me miraron con mala cara, aclarándome con malos modos que teníamos que ser discretos y podíamos exponerlos, les conteste que todo era una gran falacia. A partir de ese momento me di cuenta que la masoneria, -por lo menos laS latinamericanaS- es toda una mentira, donde una gran MONARQUIA compuesta por maestros son los que dominan el pensamiento de los inferiores, ordenando dogmas. Reitero, en la francmasoneria iberiamericana ordenan DOGMAS.

Mario Canales Huapaya -

IPH:.Felipe Royett Gonzales

Es indudable que vuestra meditaciones tiene toda la razon y el tema economico por no ser paises desarrollados nos agobian por ser paises sin ingresos iguales a los paises desarrollados, creo que podemos inicar una cruzada por unirnos y unificar nuestra moneda que podria crearse para ser denominada el \"Americano\" al igual que el Euro y con ello equiparar los ingresos a nivel de america latina.
otro paso importante ya que no tenemos grandes capitales seria formar micro o pequeñas empresa y despues unirlas para hacer grandes importaciones y exportaciones que es loque produce dinero y un tercer paso seria que con las ganacias de estas empresas se traiga la tecnologia para nosotros producir con las materiams primas que tenemos productos que vender y exportar.
ese es mi pequeño aporte querido hermano.
Frat:. V:.A:.H::
Mario Canales Huapaya
Sob. Gran Comendador 33°
presidente de la confederacion de Grandes Logias Masonicas del Peru