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Pensamiento Masonico

LA FÁBULA DEL BOLUDO

LA FÁBULA DEL BOLUDO

Se cuenta que en una ciudad del interior, un grupo de personas sedivertian con el boludo del pueblo, un pobre infeliz de poca inteligencia,que vivía haciendo pequeños mandados y limosnas.Diariamente algunos hombres llamaban al boludo al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 40 reales y otra de menor tamaño, pero de 200 reales.Él siempre cogía la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.

Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y este le respondió: Lo sé, no soy tan boludo,vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguito acaba y no voy a ganar más mi moneda.

Esta historia podría concluir aquí, como un simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:

- La primera: Quien parece boludo, no siempre lo es.
- La segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos boludos de la historia?
- La tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.

Pero la conclusión más interesante es: podemos estar bien, aun cuando los otros no tengan una buena opinión sobre nosotros mismos. Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotros, sino lo que uno piensa de sí mismo.

"El verdadero hombre inteligente
es el que aparenta ser boludo,
delante de un boludo que
aparenta ser inteligente"

16 comentarios

Nid -

La apariencia engaña. Debemos conocer nuestro templo interior antes y prepararnos para las adversidades en la vida cotidiana.

Zu -

Es cierto, yo tengo una compañera de trabajo que por un accidente que tuvo, un tiempo debía usar muletas, ha pasado ya el tiempo ya camina bien, pero lo sigue usando para que los dueños de la empresa no la despidan. jaja se hace de la tonta no mas.

rick:. -

Las cosas, no siempre son lo que aparentan.

Juan Carlos -

muy buen chiste, esto me hace cabilar en que es mas sabio quien acepta no saber, que quien se jacta de saber.
saludos de México

Viki Morandeira -

Conocía este cuento, pero no en esta versión Argentina. Me ha hecho mucha gracia.
Yo conocía este:
http://cordobacoaching.blogspot.com/2011/07/cuento-el-tonto-de-la-moneda.html

juan solis -

No hay nada de correcto en toda la historia todo malo

jaguar -

es estupido pensar que no lo somos, y en cuanto mas creemos que somos inteligentes mas estupidos nos volvemos

H:.leonardo
logia artesanos No7 oriente de altamira,tamaulipas, mexico

TADEO GARSVA -

los boludos se creen que no lo son y al final él se da cuenta que si lo és ...!!!!

Molay -

las cosas no tienen un valor en si mismo. tienen el valor que nosotros le ponemos segun nuestra necesidad. TAF

Illuminati -

La sabiduria es un don que nos da la naturaleza cognitiva del universo real de las cosas, un don que determina la ideologia, el pensamiento y la personalidad propia de cada ser humano, la inteligencia no es sinónimo de sabiduría.

noly cars -

siempre el mas 'boludo' aprende de los erroes de los mas 'inteligentes', porque espera no arriesgarse hasta haber aprendido todas las tecnicas....

ALIPIO -

Me gustaria conocer la masanoeria en segundo grado.
Tu H:. Alipio Rosas
Mi madre Logia: Libertado Igualdad y Fraternidad No 3 Cajamarca

Gallardomx -

Si es sabio debería no denigrarse por unas monedas, mejor usar su "sabiduria" para trabajar y no esperar a que otros quieran divertirse. Ambos son boludos, unos por creer burlarse de los tontos y otro por aceptar ser boludo por unas monedas.

isrrael perod -

ser sabio muchas veces toma apariencias aquibocadas para quien no lo es

Alberto Ascencio Jimenez -

en la vida todo es asi los que mas alardean son los menos astutos y el mas sereno mayormente es el mas sabio

jeimer buelvas -

Muchas veces, las demas personas piensan que los menos astutos son unos "bobos" mas no es asi, y siempre se les da una sorpresa ya que estos son mas astutos que ningun otro.
No siempre lo que se ve, es lo que es, hay que tenerlo muy en cuenta porque nos podemos equivocar.