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Pensamiento Masonico

Etica y estética de la Semana Santa sevillana

Etica y estética de la Semana Santa sevillana

Javier Otaola
Ex Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica Española y ex Presidente de CLIPSAS

La Semana Santa sevillana no es una experiencia fácil para explicar e integrar en el cuadro simbólico y conceptual del ateísmo. Ni siquiera en una conciencia individualista y luterana del "Sólo Cristo, sólo la Fe, sólo la Escritura". Sin embargo la magia y la belleza de Sevilla en semana santa pueden lograr lo que aparentemente no es posible.

Durante el pasado Jueves Santo, un buen amigo sevillano, pulcramente ateo y yo mismo, masón contumaz y luterano "in pectore", asistimos al espectáculo fascinante de Sevilla en procesiones.

Ya los nombres mismos de los Pasos que contemplamos nos dan una idea de la estética barroca, de tango metafísico, que representa el fenómeno de las procesiones en Sevilla: La Quinta Angustia, la Pasión, la Sentencia, la Virgen del Valle, la Esperanza de Triana, las Tres caidas.

Creo que no descubro nada si digo que la Semana Santa sevillana tiene muchas lecturas y que en ella se combinan y mezclan muchas emociones.

Hay una primera emoción espontánea y popular de enamoramiento colectivo de los sevillanos para con su ciudad y sus barrios que se celebran mutuamente en sus Vírgenes y en sus Cristos.

Hay también, por supuesto, un fervor religioso y confesional, propio del catolicismo que exalta los misterios salvíficos de la Pasión y Muerte de Cristo, y de María como colaboradora de esa salvación. Pero estas dos emociones estarían reservadas sólo a los católicos y a los sevillanos, y sin embargo sucede que la capacidad de conmover de la Semana Santa no se limita a ese espectro. Cualquiera que alguna vez haya sentido la fuerza y la belleza narrativa de la pasión de Cristo, el conflicto cósmico que se representa en su crucifixión, la colisión entre la grandeza política y jurídica de Roma, de un lado, de otro el anhelo mesiánico del pueblo judío, alimentado durante siglos por profetas y levitas, y la irrupción de un Cristo doliente, solidario de una Humanidad doliente, puede, si lo desea, dejarse conmover por esa representación, que nos permite ver al nazareno cargar su cruz por las calles de Sevilla.

Pero, mas aún, cabe también una lectura de todo aquello en una clave que, sin negar lo anterior, lo trasciende; hay un sentido pagano que no puede ser ignorado: los "cristos" y las "virgenes" de Sevilla adquieren vida propia como condensaciones emocionales y anhelos personificados. No son ya una representación del único Cristo y de la única Virgen, sino que cada uno de ellos se independiza y adquiere vida propia representando así un aspecto de la condición humana: la dignidad del justo perseguido, la fuerza de la bondad en medio del padecimiento, la amistad traicionada, el amor de la madre por su hijo,... desde este punto de vista toda la Semana Santa es una exaltación del corazón humano y de sus propias pasiones.

Con todo este juego de "llaves" y con una disposición favorable no es difícil que, ateo o masón, católico o protestante, vasco o sevillano, viviéramos en esa noche de luna llena en Sevilla, y en la mañana del Viernes Santo, un puñado de emociones inolvidables. Una de ellas cuando la Esperanza de Triana es recibida frente a la iglesia de Santa Ana con una lluvia de pétalos de rosa que inundan el aire impregnado de incienso y azahar.

Hay por lo tanto en la Semana Santa sevillana una experiencia ética y estética que está abierta a todos, que la convierte en patrimonio de la Humanidad, en una experiencia felicitaria, emocionante, de esas que esponjan el corazón.

 

1 comentario

nicolas f bello f -

mi QQHH dice ud acertadamente que la semana santa sevillana tiene muchas lecturas, ola lectura mia y tambien de la semana santa en cualquier lugar, es la de una evolucion de conciencia, y representacion de linre albedrio, swimbolizado todo por la cruz acuesta que todos llevamos y la crucifixion del cristo entre dos ladrones uno bueno y el otro malo. un TAF Nicola