Respuestas a Alain Bauer
1) ¿Para que sirve HOY la Masonería?
En un mundo como éste de comienzos del siglo XXI, en el que han quedado arrumbadas las grandes utopías de los siglos XIX y XX, nacidas del espíritu de la Ilustración; en el que los fanatismos y la intolerancia más extrema marcan el presente de la humanidad; en el que las religiones y los sectores políticos más conservadores se muestran aliados en una especie de gran contrarrevolución que quiere anular las libertades individuales y los progresos sociales conseguidos en los últimos doscientos años; en el que decenas de millones de hombres y mujeres viven bajo la incertidumbre y el miedo, y centenares de millones sufren condiciones inaceptables de vida; en un tiempo preñado de amenazas, donde el desafío más importante es la propia supervivencia del planeta y de la raza humana, la Masonería puede ofrecer hoy, con tanta fuerza y vigor como en el pasado, una respuesta de carácter esencial, porque sus fundamentos y sus símbolos tienen un carácter universal, en un mundo llamado global, pero al que le faltan los símbolos de la integración que tienen la capacidad de liberar a los seres humanos de sus vicios y miserias, haciéndoles tomar conciencia de los elementos primordiales de la vida humana y del universo, y llevándoles a buscar la paz y la armonía, como supremo deseo colectivo.
Y así, la Masonería hoy sirve, al igual que en otras épocas, para formar masones y masonas, es decir hombres y mujeres que no permanecen indiferentes ante los enigmas de la vida y de la existencia, que quieren mejorar moral e intelectualmente junto a otras personas, mediante ritos nacidos de la alegoría y los símbolos de los antigüos gremios de la construcción, los cuales permiten aprender a pensar de tal forma que, profundizando en los conceptos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, crean unos lazos de confianza entre ellos, que les ayudan a buscar su excelencia, lo que redunda en hacer mejor la sociedad que les rodea, manteniendo, al tiempo, una tradición iniciática, que al tomar como fundamento las verdades y conocimientos primigenios del ser humano, y virtudes como la tolerancia, logran que éste desarrolle sus facultades sin manipulaciones ni prejuicios.
2) ¿Cuál es hoy el vector susceptible de reemplazar la dinámica de la Ilustración, que era la propia de la masonería hace tres siglos, o la dinámica republicana y laica que era la propia de hace cien años?
Como aserto previo hay que reafirmar todo lo positivo de esas dinámicas del pasado, que en buena parte creo que siguen hoy siendo válidas.
Pero si hay un vector que en este siglo XXI sería el eje y el estímulo fundamental alrededor del cual estimo que deberían girar nuestros esfuerzos y preocupaciones (los de todos, masones y no masones) es el de la salvación de nuestro hábitat, es decir el de la propia supervivencia del planeta Tierra , el de la propia capacidad del ser humano para responder al mayor desafío de su historia, en que el progreso científico y cultural a través de la enorme revolución que significa el desarrollo informático y cibernético, marcará indefectiblemente el futuro de nuestra civilización.
No hay, probablemente, Institución en el mundo como nuestra Augusta Orden, que mejor pueda identificarse con ese desafío, porque los Símbolos y los Ritos de la Masonería (su ¨cosmogonía¨, podríamos decir) entroncan directamente con el equilibrio y la armonía de la Tierra y del Universo y su interrelación con el desarrollo del ser humano.
3) ¿Quién puede todavía comprender la pertinencia del ¨decorum¨estético y ritual de la masonería, elaborado en un tiempo en el que las referencias simbólicas y morales a los antigüos misterios o a las historias de la Biblia tenían un sentido para todos, hoy en nuestro mundo actual completamente desencantado?
Muchas personas como nosotros mismos.
Y estoy convencido que serán muchas más en un futuro cercano.
Unos lo harán atraídos por modas recurrentes de atracción por las llamadas ¨sociedades secretas¨, o por parafernalias superficialmente exotéricas.
Pero otros se sentirán llamados por los mismos estímulos por los que nos hemos vistos impulsados miles de hombres y mujeres de países e idiomas diferentes a lo largo de siglos.
Y esos llegarán a ir comprendiendo, como nos ocurre a quienes hemos llamado a las puertas de la L.·. y hemos sido iniciados, el sentido de ese ¨decorum¨, porque irán descubriendo, al igual que nosotros lo vamos haciendo poco a poco, que en los elementos estéticos y, sobre todo, en los rituales, está encerrada la esencia de la Masonería, esos ¨misterios¨ que sólo los iniciados pueden ir asimilando a través del trabajo, duro y paciente, de conocerse a sí mismos en relación con los otros y sus luces, sintiéndose progresivamente estimulados por la apertura de nuevos círculos de conocimiento sostenidos por la mutua confianza de los hermanos y hermanas.
No se puede esperar que la Masonería atraiga a grandes masas de personas.
Lo importante es que dentro de la Masonería seamos lo suficientemente exigentes con nosotros mismos para que nuestras acciones y nuestros comportamientos en el mundo profano sean lo más ejemplares posibles.
La Masonería la entiendo como una ¨forma de ser¨y también como una ¨forma de estar¨ en el mundo, como una escuela de comportamiento.
Los movimientos físicos en Logia tienen también (asílo percibo, al menos) un sentido y un significado.
No se trata de aspiraciones de ¨santidad¨, simplemente de ser exigentes con nosotros mismos.
Si alguien interesado en la Masonería no llega a entender porqué es necesaria, por ejemplo, una ceremonia de Iniciación, me parece evidente que no está en condiciones de ingresar en nuestra Orden.
Entiendo que la Masonería debe ir adaptándose a las diferentes épocas, pero no puede perder su esencia (el Rito y los Símbolos lo son) pues entonces ya sería otra cosa.
Estoy refiriéndome a la llamada Masonería Simbólica (de los tres primeros grados).
De los denominados ¨Altos Grados¨ (Talleres de Perfección, Aerópagos, etc.), no sé si su papel excede el sentido de estas planchas, pero, en cualquier caso, excede claramente a mis posibilidades de comentarios.
4) ¿Cómo puede la Masonería todavía encontrar su lugar en las trincheras abandonadas del debate intelectual: demasiado racionalista para el modo del ¨tout psy¨ del New Age, demasiado grupal cuando lo que triunfa es el desarrollo personal y el individualismo, o incluso demasiado cívica en una época del fin de la política?
Siendo auténtica.
Hoy hay un deseo general de ¨autenticidad¨ .
Ya no se distingue entre originales y copias, entre lo que es verdadero y lo que es un mero pastiche.
Hasta las nuevas técnicas publicitarias adoptan sofisticados sistemas para convencer al consumidor sobre la autenticidad. (El periodista Vicente Verdú en el diario "El País" lasha reflejado con agudeza).
Ser auténticos significa reafirmarnos en lo que somos y en lo que pretendemos , y en todo lo que forma la esencia de la Masonería, sus Ritos y sus Símbolos.
A ésta pregunta como a otras se le puede ¨negar la mayor¨ (dicho en términos populares) pero entiendo que sus afirmaciones quieren ¨provocar¨ la reflexión y el debate.
Y en ese sentido, son adecuadas.
Aunque también las veo condicionadas, en parte, por una realidad (la francesa) que tiene unos aspectos particulares.
5) ¿Cómo admitir que a pesar de sus principios y fines declarados, la Masonería se ha convertido en muchos casos en una asociación de buscadores de ¨información privilegiada¨ en el sentido bursátil del término, como lo han demostrado algunos escándalos en Francia, y que por otro lado no es para gran parte de la opinión pública sino una simple red de ayuda mutua?
Quizá el proceso de admisión de nuevos iniciados no se hace con la suficiente rigurosidad.
Quizá prime en algunos casos la cantidad sobre la calidad, u otras circunstancias.
En cualquier caso, la Masonería no ha estado, no está ni estará libre de que haya iniciados que busquen en ella satisfacer intereses profanos.
Pero como recordó no hace mucho un Q.·. H.·. de nuestra Logia ¨Puede haber masones que te defrauden, pero la Masonería nunca¨.
Depende única y exclusivamente de nosotros, de nuestro comportamiento en el mundo profano y también de nuestro ordenamiento interno, evitar en lo posible acciones y actitudes que contradicen nuestros principios y fines.
En nuestro país, donde por circunstancias históricas la Masonería ha renacido en tiempos recientes, creo estamos en una buena situación para evitar que se llegue un día a escándalos como los de Francia o Italia, que me parecen letales para nuestra Orden.
6) ¿Por qué es la Masonería incapaz de unirse en lo esencial –manteniendo una guerra larvada entre las Obediencias, absurda y contraproducente – reformar su sociología cada vez más rancia – fundamentalmente arreglando de una manera digna la cuestión de la mujer en su seno – y renovar su discurso en aquellos temas que sigueabordando como en el siglo XIX, por ejemplo la laicidad?
Es verdad que hay demasiadas Obediencias.
Deberían orillarse algunas diferencias que muy probablemente no justifican esa división y que le hacen perder fuerza a la masonería como Institución.
Considero que sólo hay una gran división en la Masonería: la que nosotros llamamos ¨dogmática¨ y la autodenominada ¨liberal¨.
La gran diferencia, me parece que es la obligatoriedad o no de la creencia en un Dios revelado, y a partir de ahí la concepción de una Masonería de carácter más convivial (como parece ser la anglosajona) y otra con una línea más abierta a la reflexión moral e intelectual y a los problemas de nuestro mundo.
Creo que es una obligación de todos los masones el mantener un diálogo y una reflexión permanente sobre este tema, porque me parece que forma parte de nuestra razón de ser como masones.
Si un día se llega a un acuerdo, un compromiso, entre las dos grandes líneas masónicas, bienvenido sea, pero no me parece que sea especialmente dañina esa división, que muestra, al fin y al cabo, el carácter plural de los humanos.
Sí creo que resultan perniciosos, o al menos no convenientes, otras divisiones por motivos que posiblemente no tienen fundamentos de peso.
La cuestión de la admisión de las mujeres en la Masonería pienso que ha sido resuelto por nuestra Obediencia, la G.·. L.·. S.·. E.·. , deforma inteligente, con su triple opción.
En mi caso, por ejemplo, esa posición fué determinante para que decidiera llamar a las puertas de nuestra Logia.
Considero que toda Obediencia que no acepte, sin reticencia de ningún tipo, la iniciación de las mujeres, está condenada a desaparecer, o a ser marginal, porque no es posible en el siglo XXI actitudes que corresponden a un pasado de visión masculina del mundo, completamente inaceptable en nuestra época.
Pienso que es un asunto que se irá imponiendo, sin más, por la fuerza de los hechos.
7) Pero, sobre todo ¿por qué la Masonería no ha aportado una respuesta original y convincente al retorno de lo religioso, frente al cual simplemente ha fracasado, y más fundamentalmente por qué todavía no produce ella nada de valor intelectual con su propio sello desde hace tiempo?
Las religiones han renacido, pienso yo, porque sus estructuras de carácter jerárquico están basadas en claves de poder político, social y económico.
Estamos ante una gran crisis en el mundo contemporáneo.
Y como en todas las grandes mutaciones lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no termina de nacer.
A la situación descrita en el punto 1 se añade la incapacidad actual de los políticos para dar respuestas a los desafíos y para establecer liderazgos creíbles.
La mediocridad creciente de los dirigentes políticos es producto del desprestigio de una actividad esencial para la humanidad.
Y esa situación es reponsabilidad de todos, no sólo de los políticos.
Las religiones, sobre todo el cristianismo y el islamismo, que por un lado han percibido esas debilidades y por otro quieren recuperar un papel histórico que ha ido decayendo a lo largo de los últimos doscientos años, se han lanzado a recuperar posiciones de poder político y a imbricarse de manera muy intensa en la lucha por él.
La terrible espesura de los árboles de hoy no nos deja ver el bosque y ésa lucha no está nada claro cómo vá a terminar y qué efectos puede tener para las religiones a medio y largo plazo.
La Masonería me parece que nada tiene que hacer en esa lucha, ni creo que sea objetivo de la Masonería establecer batallas con las religiones en claves de poder.
El laicismo, creo que debe ser nuestra posición.
Trabajar en este tema me parece que puede servir, y mucho, para que la Masonería marque pautas y tenga así una influencia beneficiosa.
Hoy, el gran debate (y el motivo de muchas tragedias) de nuestras sociedades es precisamente el del papel de las religiones en la estructura de nuestra sociedades.
Referencias:
Respuestas a las 7 preguntas que formuló el Past Gran Maestro del Gran Oriente de Francia, Alain Bauer, el año pasado en su libro "El Crepusculo de los Hermanos" con el que se despidió de la Orden Masónica.
Redactadas en el mes de diciembre de 2006 por el ex Presidente de CLIPSAS y ex Gran Maestro de la Gran Logia Simbólica de España, Javier Otaola Bajeneta, miembro de la R:. L:. Manuel Iradier Nº 26, del Or:. de Vitoria-Gasteiz, España, y publicadas en su sitio web "COLECTANEA MASONICA" http://www.solotxt.com/opinatio/web1/data/it-masonica.htm