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Reflexiones sobre el porque de la guerra

Desde el principio de los tiempos, la guerra ha sido el vehiculo del poder, solo la equiparacion de fuerzas puede en un momento dado limitar su dinamica en gracia a una dudosa victoria; la situacion actual ( permanente, pero agravada con el paso del tiempo  ), me conducen, en la evidencia de su vigencia, al intercambio de ideas, que fueron realizadas por correspondencia en 1932, con el fin de encontrar respuestas hacia la prevención de la guerra, por Albert Einstein y Sigmund Freud.

Einstein inicio, el intercambio, con la pregunta: "¿Hay algún camino para evitar a la humanidad los estragos de la guerra?" y luego de considerar "la creación de un cuerpo legislativo y judicial para dirimir cualquier conflicto que surgiere entre las naciones" como una "manera superficial de tratar el problema" dado que "un tribunal es una institución humana propensa a que sus veredictos sean desvirtuados por presión extrajudicial y aproxima sus decisiones a un ideal jurídico donde el derecho y el poder van inevitablemente de la mano", Einstein indica que "la renuncia incondicional, en una cierta medida, de todas las naciones a su libertad de acción, vale decir, a su soberanía" es el único camino a seguir, y "el afán de poder que caracteriza a los gobernantes" sumado a "las actividades de quienes se guían por aspiraciones puramente mercenarias, económicas" son el obstáculo. Ante estos obstáculos, se pregunta: "¿Cómo es posible que esta pequeña camarilla someta al servicio de sus ambiciones la voluntad de la mayoría, para la cual el estado de guerra representa perdidas y sufrimientos?" y se responde: "Pareciera ser que la minoría, la clase dominante hoy, tiene bajo su influencia las escuelas y la prensa, y por lo general también a la Iglesia. Esto les permite organizar y gobernar las emociones de las masas, y convertirlas en su instrumento." Su respuesta lo conduce a otra pregunta: "¿Cómo es que estos procedimientos logran despertar en los hombres tan salvaje entusiasmo, hasta llevarlos a sacrificar la vida?", y encuentra sólo una respuesta posible: "el hombre tiene dentro de sí una pasión, latente, de odio y destrucción, que emerge en circunstancias inusuales pero, es relativamente sencillo ponerla en juego y exaltarla hasta el poder de una psicosis colectiva."

"¿Es posible controlar la evolución mental del hombre como para ponerlo a salvo de las psicosis del odio y la destructividad?" es la cuarta pregunta que formula Einstein, quien a su vez señala que en los escritos de Freud "podemos hallar respuestas, explícitas o tácitas, a todos los aspectos de este urgente y absorbente problema" y considera "un gran servicio" que Freud "expusiese el problema de la paz mundial a la luz de sus descubrimientos más recientes, porque esa exposición podría marcar el camino para nuevos y fructíferos modos de acción".

Si bien Freud considera que el vinculo derecho y poder, es ciertamente el punto de partida en el indagar que realizan en su intercambio epistolar, Freud prefiere sustituir la palabra "poder" por la palabra "violencia" y establece el nexo entre el derecho y la violencia, al señalar que "el derecho fue en su origen violencia bruta" que luego "pasó a través del hecho de que la mayor fortaleza de uno podía ser compensada por la unión de varios débiles, y ahora el poder de estos unidos constituye el derecho en oposición a la violencia del único. Vemos que el derecho es el poder de una comunidad", y "sigue siendo una violencia pronta a dirigirse contra cualquier individuo que le haga frente; trabaja con los mismos medios, persigue los mismos fines; la diferencia sólo reside, real y efectivamente, en que ya no es la violencia de un individuo la que se impone, sino la de la comunidad".

En su exposición del problema de la paz mundial, Freud señala a la "unión de los débiles" como el primer paso en el camino para prevenir la guerra y evitar así sus estragos; y advierte que ese paso, como acto, siguiendo a Jaques Lacan, para cumplirse, "necesita como condición psicológica que la unión de los muchos sea organizada con leyes que determinen la medida en que el individuo debe renunciar a la libertad personal de aplicar su fuerza como violencia, a fin de que sea posible una convivencia segura, permanente, duradera", puesto que "nada se habría conseguido si se formara sólo a fin de combatir a un hiperpoderoso y se dispersara tras su doblegamiento", ya que "el próximo que se creyera más potente aspiraría de nuevo a un imperio violento y el juego se repetiría sin término".

Freud corrobora el obstáculo que señala Einstein, al exponer que "las leyes son hechas por los dominadores y para ellos, y son escasos los derechos concedidos a los sometidos"; y profundiza al mostrar que esa desigualdad origina "dos fuentes de movimientos en el derecho y en su desarrollo", por un lado, "los intentos de ciertos individuos entre los dominadores para elevarse por encima de todas las limitaciones vigentes, vale decir, para retrogradar del imperio del derecho al de la violencia; y por el otro, los continuos empeños de los oprimidos para avanzar de un derecho disparejo a la igualdad de derecho"

Freud expone que ha descubierto que "la compulsión de la violencia y las ligazones de sentimientos -técnicamente llamadas identificaciones- son los dos factores que "mantienen cohesionada a una comunidad" y "de estar ausente uno de esos factores, es posible que el otro mantenga en pie a la comunidad". Es importante mencionar que en 1921, en el texto Psicología De Las Masas Y Análisis Del Yo2, Freud hablaba de la identificación como "la más temprana exteriorización de una ligazón afectiva con otra persona".

En relación a la conjetura de Einstein, sobre la existencia de "una pulsión a odiar y aniquilar, que transita en el azuzamiento" que conduce a los hombres a la guerra, Freud la corrobora y profundiza en ella exponiendo la suposición, desde la investigación psicoanalítica, de la existencia de dos clases de pulsiones en el ser humano: "aquellas que quieren conservar y reunir, y otras que quieren destruir y matar" agregando que "de las acciones conjugadas y contrarias de ambas surgen los fenómenos de la vida", por lo que "ambas son indispensables".

Así, responde a la pregunta de Einstein sobre la facilidad con la que se entusiasma a los hombres a la guerra, argumentando que "cuando los hombres son exhortados a la guerra, puede que en ellos responda afirmativamente a ese llamado toda una serie de motivos, nobles y vulgares, unos de los que se habla en voz alta y otros que se callan, entre los que se cuenta el placer de agredir y destruir" e indicando que "no se trata de eliminar por completo la inclinación de los hombres a agredir; puede intentarse desviarla lo bastante para que no deba encontrar su expresión en la guerra".

Al final de su exposición, Freud deposita la esperanza de un mundo en paz en el proceso de desarrollo de la cultura, mediante el uso de la razón y no de la violencia.

Ahora las pregunta, cabe la indiferencia del mundo entero ante situaciones de tal gravedad?, que tan a salvo estamos de no ser en un futuro proximo las victimas de un afan de poder desmedido, o del cobarde ataque del terrorismo?.  Es acaso el terrorismo la unica respuesta del debil ante el acoso del poderoso?.  Que pasa con los organismos internacionales?.   

 

Ref: Cartas Eistein - Freud;
Ref: Mardonia López Machado

Carta del Dr Freud al profesor Einstein sobre la violencia y la guerra

Carta del Dr Freud al profesor Einstein sobre la violencia y la guerra

Viena, setiembre de 1932

Estimado profesor Einstein:


Cuando me enteré de que usted se proponía invitarme a un intercambio de ideas sobre un tema que le interesaba y que le parecía digno del interés de los demás, lo acepté de buen grado. Esperaba que escogería un problema situado en la frontera de lo cognoscible hoy, y hacia el cual cada uno de nosotros, el físico y el psicólogo, pudieran abrirse una particular vía de acceso, de suerte que se encontraran en el mismo suelo viniendo de distintos lados.

Luego me sorprendió usted con el problema planteado: qué puede hacerse para defender a los hombres de los estragos de la guerra. Primero me aterré bajo la impresión de mí -a punto estuve de decir «nuestra»- incompetencia, pues me pareció una tarea práctica que es resorte de los estadistas.

Pero después comprendí que usted no me planteaba ese problema como investigador de la naturaleza y físico, sino como un filántropo que respondía a las sugerencias de la Liga de las Naciones en una acción semejante a la de Fridtjof Nansen, el explorador del Polo, cuando asumió la tarea de prestar auxilio a los hambrientos y a las víctimas sin techo de la Guerra Mundial.

Recapacité entonces, advirtiendo que no se me invitaba a ofrecer propuestas prácticas, sino sólo a indicar el aspecto que cobra el problema de la prevención de las guerras para un abordaje psicológico.

Pero también sobre esto lo ha dicho usted casi todo en su carta. Me ha ganado el rumbo de barlovento, por así decir, pero de buena gana navegaré siguiendo su estela y me limitaré a corroborar todo cuanto usted expresa, procurando exponerlo más ampliamente según mi mejor saber -o conjeturar-.

Comienza usted con el nexo entre derecho y poder. Es ciertamente el punto de partida correcto para nuestra indagación. ¿Estoy autorizado a sustituir la palabra «poder» por «violencia» {«Gewalt»}, más dura y estridente? Derecho y violencia son hoy opuestos para nosotros.

Es fácil mostrar que uno se desarrolló desde la otra, y si nos remontamos a los orígenes y pesquisamos cómo ocurrió eso la primera vez, la solución nos cae sin trabajo en las manos. Pero discúlpeme sí en lo que sigue cuento, como si fueran algo nuevo, cosas que todos saben y admiten; es la trabazón argumental la que me fuerza a ello.

Pues bien; los conflictos de intereses entre los hombres se zanjan en principio mediante la violencia. Así es en todo el reino animal, del que el hombre no debiera excluirse; en su caso se suman todavía conflictos de opiniones, que alcanzan hasta el máximo grado de la abstracción y parecen requerir de otra técnica para resolverse. Pero esa es una complicación tardía.

Al comienzo, en una pequeña horda de seres humanos, era la fuerza muscular la que decidía a quién pertenecía algo o de quién debía hacerse la voluntad. La fuerza muscular se vio pronto aumentada y sustituida por el uso de instrumentos: vence quien tiene las mejores armas o las emplea con más destreza.

Al introducirse las armas, ya la superioridad mental empieza a ocupar el lugar de la fuerza muscular bruta; el propósito último de la lucha sigue siendo el mismo: una de las partes, por el daño que reciba o por la paralización de sus fuerzas, será constreñida a deponer su reclamo o su antagonismo. Ello se conseguirá de la manera más radical cuando la violencia elimine duraderamente al contrincante, o sea, cuando lo mate. Esto tiene la doble ventaja de impedir que reinicie otra vez su oposición y de que su destino hará que otros se arredren de seguir su ejemplo. Además, la muerte del enemigo satisface una inclinación pulsional que habremos de mencionar más adelante.

Es posible que este propósito de matar se vea contrariado por la consideración de que puede utilizarse al enemigo en servicios provechosos si, amedrentado, se lo deja con vida. Entonces la violencia se contentará con someterlo en vez de matarlo. Es el comienzo del respeto por la vida del enemigo, pero el triunfador tiene que contar en lo sucesivo con el acechante afán de venganza del vencido y así resignar una parte de su propia seguridad.

He ahí, pues, el estado originario, el imperio del poder más grande, de la violencia bruta o apoyada en el intelecto. Sabemos que este régimen se modificó en el curso del desarrollo, cierto camino llevó de la violencia al derecho. ¿Pero cuál camino? Uno solo, yo creo. Pasó a través del hecho de que la mayor fortaleza de uno podía ser compensada por la unión de varios débiles. «L'union fait la force».

La violencia es quebrantada por la unión, y ahora el poder de estos unidos constituye el derecho en oposición a la violencia del único. Vemos que el derecho es el poder de una comunidad. Sigue siendo una violencia pronta a dirigirse contra cualquier individuo que le haga frente; trabaja con los mismos medios, persigue los mismos fines; la diferencia sólo reside, real y efectivamente, en que ya no es la violencia de un individuo la que se impone, sino la de la comunidad.

Ahora bien, para que se consume ese paso de la violencia al nuevo derecho es preciso que se cumpla una condición psicológica. La unión de los muchos tiene que ser permanente, duradera. Nada se habría conseguido si se formara sólo a fin de combatir a un hiperpoderoso y se dispersara tras su doblegamiento. El próximo que se creyera más potente aspiraría de nuevo a un imperio violento y el juego se repetiría sin término.

La comunidad debe ser conservada de manera permanente, debe organizarse, promulgar ordenanzas, prevenir las sublevaciones temidas, estatuir órganos que velen por la observancia de aquellas -de las leyes- y tengan a su cargo la ejecución de los actos de violencia acordes al derecho.

En la admisión de tal comunidad de intereses se establecen entre los miembros de un grupo de hombres unidos ciertas ligazones de sentimiento, ciertos sentimientos comunitarios en que estriba su genuina fortaleza.

Opino que con ello ya está dado todo lo esencial: el doblegamiento de la violencia mediante el recurso de trasferir el poder a una unidad mayor que se mantiene cohesionada por ligazones de sentimiento entre sus miembros. Todo lo demás son aplicaciones de detalle y repeticiones.

Las circunstancias son simples mientras la comunidad se compone sólo de un número de individuos de igual potencia. Las leyes de esa asociación determinan entonces la medida en que el individuo debe renunciar a la libertad personal de aplicar su fuerza como violencia, a fin de que sea posible una convivencia segura.

Pero semejante estado de reposo {Ruhezustand} es concebible sólo en la teoría; en la realidad, la situación se complica por el hecho de que la comunidad incluye desde el comienzo elementos de poder desigual, varones y mujeres, padres e hijos, y pronto, a consecuencia de la guerra y el sometimiento, vencedores y vencidos, que se trasforman en amos y esclavos. Entonces el derecho de la comunidad se convierte en la expresión de las desiguales relaciones de poder que imperan en su seno; las leyes son hechas por los dominadores y para ellos, y son escasos los derechos concedidos a los sometidos. A partir de allí hay en la comunidad dos fuentes de movimiento en el derecho {Rechtsunruhe}, pero también de su desarrollo.

En primer lugar, los intentos de ciertos individuos entre los dominadores para elevarse por encima de todas las limitaciones vigentes, vale decir, para retrogradar del imperio del derecho al de la violencia; y en segundo lugar, los continuos empeños de los oprimidos para procurarse más poder y ver reconocidos esos cambios en la ley, vale decir, para avanzar, al contrario, de un derecho desparejo a la igualdad de derecho.

Esta última corriente se vuelve particularmente sustantiva cuando en el interior de la comunidad sobrevienen en efecto desplazamientos en las relaciones de poder, como puede suceder a consecuencia de variados factores históricos. El derecho puede entonces adecuarse poco a poco a las nuevas relaciones de poder, o, lo que es más frecuente, si la clase dominante no está dispuesta a dar razón de ese cambio, se llega a la sublevación, la guerra civil, esto es, a una cancelación temporaria del derecho y a nuevas confrontaciones de violencia tras cuyo desenlace se instituye un nuevo orden de derecho.

Además, hay otra fuente de cambio del derecho, que sólo se exterioriza de manera pacífica: es la modificación cultural de los miembros de la comunidad; pero pertenece a un contexto que sólo más tarde podrá tomarse en cuenta.

Vemos, pues, que aun dentro de una unidad de derecho no fue posible evitar la tramitación violenta de los conflictos de intereses. Pero las relaciones de dependencia necesaria y de recíproca comunidad que derivan de la convivencia en un mismo territorio propician una terminación rápida de tales luchas, y bajo esas condiciones aumenta de continuo la probabilidad de soluciones pacíficas.

Sin embargo, un vistazo a la historia humana nos muestra una serie incesante de conflictos entre un grupo social y otro o varios, entre unidades mayores y menores, municipios, comarcas, linajes, pueblos, reinos, que casi siempre se deciden mediante la confrontación de fuerzas en la guerra.

Tales guerras desembocan en el pillaje o en el sometimiento total, la conquista de una de las partes. No es posible formular un juicio unitario sobre esas guerras de conquista. Muchas, como las de los mongoles y turcos, no aportaron sino infortunio; otras, por el contrarío, contribuyeron a la trasmudación de violencia en derecho, pues produjeron unidades mayores dentro de las cuales cesaba la posibilidad de emplear la violencia y un nuevo orden de derecho zanjaba los conflictos.

Así, las conquistas romanas trajeron la preciosa pax romana para los pueblos del Mediterráneo. El gusto de los reyes franceses por el engrandecimiento creó una Francia floreciente, pacíficamente unida. Por paradójico que suene, habría que confesar que la guerra no sería un medio inapropiado para establecer la anhelada paz «eterna», ya que es capaz de crear aquellas unidades mayores dentro de las cuales una poderosa violencia central vuelve imposible ulteriores guerras.

Empero, no es idónea para ello, pues los resultados de la conquista no suelen ser duraderos; las unidades recién creadas vuelven a disolverse las más de las veces debido a la deficiente cohesión de la parte unida mediante la violencia. Además, la conquista sólo ha podido crear hasta hoy uniones parciales, si bien de mayor extensión, cuyos conflictos suscitaron más que nunca la resolución violenta. Así, la consecuencia de todos esos empeños guerreros sólo ha sido que la humanidad permutara numerosas guerras pequeñas e incesantes por grandes guerras, infrecuentes, pero tanto más devastadoras.

Aplicado esto a nuestro presente, se llega al mismo resultado que usted obtuvo por un camino más corto. Una prevención segura de las guerras sólo es posible si los hombres acuerdan la institución de una violencia central encargada de entender en todos los conflictos de intereses.

Evidentemente, se reúnen aquí dos exigencias: que se cree una instancia superior de esa índole y que se le otorgue el poder requerido. De nada valdría una cosa sin la otra. Ahora bien, la Liga de las Naciones se concibe como esa instancia, mas la otra condición no ha sido cumplida; ella no tiene un poder propio y sólo puede recibirlo sí los miembros de la nueva unión, los diferentes Estados, se lo traspasan.

Por el momento parece haber pocas perspectivas de que ello ocurra. Pero se miraría incomprensivamente la institución de la Liga de las Naciones si no se supiera que estamos ante un ensayo pocas veces aventurado en la historia de la humanidad -o nunca hecho antes en esa escala-. Es el intento de conquistar la autoridad -es decir, el influjo obligatorio-, que de ordinario descansa en la posesión del poder, mediante la invocación de determinadas actitudes ideales.

Hemos averiguado que son dos cosas las que mantienen cohesionada a una comunidad: la compulsión de la violencia y las ligazones de sentimiento -técnicamente se las llama identificaciones- entre sus miembros. Ausente uno de esos factores, es posible que el otro mantenga en pie a la comunidad. Desde luego, aquellas ideas sólo alcanzan predicamento cuando expresan importantes relaciones de comunidad entre los miembros.

Cabe preguntar entonces por su fuerza. La historia enseña que de hecho han ejercido su efecto. Por ejemplo, la idea panhelénica, la conciencia de ser mejores que los bárbaros vecinos, que halló expresión tan vigorosa en las anfictionías, los oráculos y las olimpíadas, tuvo fuerza bastante para morigerar las costumbres guerreras entre los griegos, pero evidentemente no fue capaz de prevenir disputas bélicas entre las partículas del pueblo griego y ni siquiera para impedir que una ciudad o una liga de ciudades se aliara con el enemigo persa en detrimento de otra ciudad rival.

Tampoco el sentimiento de comunidad en el cristianismo, a pesar de que era bastante poderoso, logró evitar que pequeñas y grandes ciudades cristianas del Renacimiento se procuraran la ayuda del Sultán en sus guerras recíprocas. Y por lo demás, en nuestra época no existe una idea a la que pudiera conferirse semejante autoridad unificadora. Es harto evidente que los ideales nacionales que hoy imperan en los pueblos los esfuerzan a una acción contraria.

Ciertas personas predicen que sólo el triunfo universal de la mentalidad bolchevique podrá poner fin a las guerras, pero en todo caso estamos hoy muy lejos de esa meta y quizá se lo conseguiría sólo tras unas espantosas guerras civiles. Parece, pues, que el intento de sustituir un poder objetivo por el poder de las ideas está hoy condenado al fracaso. Se yerra en la cuenta si no se considera que el derecho fue en su origen violencia bruta y todavía no puede prescindir de apoyarse en la violencia.

Ahora puedo pasar a comentar otra de sus tesis. Usted se asombra de que resulte tan fácil entusiasmar a los hombres con la guerra y, conjetura, algo debe de moverlos, una pulsión a odiar y aniquilar, que transija con ese azuzamiento. También en esto debo manifestarle mi total acuerdo.

Creemos en la existencia de una pulsión de esa índole y justamente en los últimos años nos hemos empeñado en estudiar sus exteriorizaciones. ¿Me autoriza a exponerle, con este motivo, una parte de la doctrina de las pulsiones a que hemos arribado en el psicoanálisis tras muchos tanteos y vacilaciones?

Suponemos que las pulsiones del ser humano son sólo de dos clases: aquellas que quieren conservar y reunir -las llamamos eróticas, exactamente en el sentido de Eros en El banquete de Platón, o sexuales, con una conciente ampliación del concepto popular de sexualidad-, y otras que quieren destruir y matar; a estas últimas las reunimos bajo el título de pulsión de agresión o de destrucción.

Como usted ve, no es sino la trasfiguración teórica de la universalmente conocida oposición entre amor y odio; esta quizá mantenga un nexo primordial con la polaridad entre atracción y repulsión, que desempeña un papel en la disciplina de usted.

Ahora permítame que no introduzca demasiado rápido las valoraciones del bien y el mal. Cada una de estas pulsiones es tan indispensable como la otra; de las acciones conjugadas y contrarias de ambas surgen los fenómenos de la vida. Parece que nunca una pulsión perteneciente a una de esas clases puede actuar aislada; siempre está conectada -decimos: aleada- con cierto monto de la otra parte, que modifica su meta o en ciertas circunstancias es condición indispensable para alcanzarla.

Así, la pulsión de autoconservación es sin duda de naturaleza erótica, pero justamente ella necesita disponer de la agresión si es que ha de conseguir su propósito. De igual modo, la pulsión de amor dirigida a objetos requiere un complemento de pulsión de apoderamiento si es que ha de tomar su objeto. La dificultad de aislar ambas variedades de pulsión en sus exteriorizaciones es lo que por tanto tiempo nos estorbó el discernirlas.

Si usted quiere dar conmigo otro paso le diré que las acciones humanas permiten entrever aún una complicación de otra índole. Rarísima vez la acción es obra de una única moción pulsional, que ya en sí y por sí debe estar compuesta de Eros y destrucción. En general confluyen para posibilitar la acción varios motivos edificados de esa misma manera.

Ya lo sabía uno de sus colegas, un profesor Lichtenberg, quien en tiempos de nuestros clásicos enseñaba física en Gotinga; pero acaso fue más importante como psicólogo que como físico. Inventó la Rosa de los Motivos al decir: «Los móviles {Bewegungsgründe} por los que uno hace algo podrían ordenarse, pues, como los 32 rumbos de la Rosa de los Vientos, y sus nombres, formarse de modo semejante; por ejemplo, "pan-panfama" o "fama-famapan"».

Entonces, cuando los hombres son exhortados a la guerra, puede que en ellos responda afirmativamente a ese llamado toda una serie ¿le motivos, nobles y vulgares, unos de los que se habla en voz alta y otros que se callan. No tenemos ocasión de desnudarlos todos. Por cierto que entre ellos se cuenta el placer de agredir y destruir; innumerables crueldades de la historia y de la vida cotidiana confirman su existencia y su intensidad.

El entrelazamiento de esas aspiraciones destructivas con otras, eróticas e ideales, facilita desde luego su satisfacción. Muchas veces, cuando nos enteramos de los hechos crueles de la historia, tenemos la impresión de que los motivos ideales sólo sirvieron de pretexto a las apetencias destructivas; y otras veces, por ejemplo ante las crueldades de la Santa Inquisición, nos parece como si los motivos ideales se hubieran esforzado hacía adelante, hasta la conciencia, aportándoles los destructivos un refuerzo inconciente. Ambas cosas son posibles.

Tengo reparos en abusar de su interés, que se dirige a la prevención de las guerras, no a nuestras teorías. Pero querría demorarme todavía un instante en nuestra pulsión de destrucción, en modo alguno apreciada en toda su significatividad. Pues bien; con algún gasto de especulación hemos arribado a la concepción de que ella trabaja dentro de todo ser vivo y se afana en producir su descomposición, en reconducir la vida al estado de la materia inanimada.

Merecería con toda seriedad el nombre de una pulsión de muerte, mientras que las pulsiones eróticas representan {repräsentieren} los afanes de la vida. La pulsión de muerte deviene pulsión de destrucción cuando es dirigida hacia afuera, hacia los objetos, con ayuda de órganos particulares.

El ser vivo preserva su propia vida destruyendo la ajena, por así decir. Empero, una porción de la pulsión de muerte permanece activa en el interior del ser vivo, y hemos intentado deducir toda una serie de fenómenos normales y patológicos de esta interiorización de la pulsión destructiva. Y hasta hemos cometido la herejía de explicar la génesis de nuestra conciencia moral por esa vuelta de la agresión hacia adentro.

Como usted habrá de advertir, en modo alguno será inocuo que ese proceso se consume en escala demasiado grande; ello es directamente nocivo, en tanto que la vuelta de esas fuerzas pulsionales hacia la destrucción en el mundo exterior aligera al ser vivo y no puede menos que ejercer un efecto benéfico sobre él. Sirva esto como disculpa biológica de todas las aspiraciones odiosas y peligrosas contra las que combatimos.

Es preciso admitir que están más próximas a la naturaleza que nuestra resistencia a ellas, para la cual debemos hallar todavía una explicación. Acaso tenga usted la impresión de que nuestras teorías constituyen una suerte de mitología, y en tal caso ni siquiera una mitología alegre. Pero, ¿no desemboca toda ciencia natural en una mitología de esta índole? ¿Les va a ustedes de otro modo en la física hoy?

De lo anterior extraemos esta conclusión para nuestros fines inmediatos: no ofrece perspectiva ninguna pretender el desarraigo de las inclinaciones agresivas de los hombres. Dicen que en comarcas dichosas de la Tierra, donde la naturaleza brinda con prodigalidad al hombre todo cuanto le hace falta, existen estirpes cuya vida trascurre en la mansedumbre y desconocen la compulsión y la agresión.

Difícil me resulta creerlo, me gustaría averiguar más acerca de esos dichosos. También los bolcheviques esperan hacer desaparecer la agresión entre los hombres asegurándoles la satisfacción de sus necesidades materiales y, en lo demás, estableciendo la igualdad entre los participantes de la comunidad. Yo lo considero una ilusión, Por ahora ponen el máximo cuidado en su armamento, y el odio a los extraños no es el menos intenso de los motivos con que promueven la cohesión de sus seguidores.

Es claro que, como usted mismo puntualiza, no se trata de eliminar por completo la inclinación de los hombres a agredir; puede intentarse desviarla lo bastante para que no deba encontrar su expresión en la guerra.

Desde nuestra doctrina mitológica de las pulsiones hallamos fácilmente una fórmula sobre las vías indirectas para combatir la guerra. Si la aquiescencia a la guerra es un desborde de la pulsíón de destrucción, lo natural será apelar a su contraría, el Eros. Todo cuanto establezca ligazones de sentimiento entre los hombres no podrá menos que ejercer un efecto contrario a la guerra.

Tales ligazones pueden ser de dos clases. En primer lugar, vínculos como los que se tienen con un objeto de amor, aunque sin metas sexuales. El psicoanálisis no tiene motivo para avergonzarse por hablar aquí de amor, pues la religión dice lo propio: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».

Ahora bien, es fácil demandarlo, pero difícil cumplirlo (ver nota). La otra clase de ligazón de sentimiento es la que se produce por identificación. Todo lo que establezca sustantivas relaciones de comunidad entre los hombres provocará esos sentimientos comunes, esas identificaciones. Sobre ellas descansa en buena parte el edificio de la sociedad humana.

Una queja de usted sobre el abuso de la autoridad me indica un segundo rumbo para la lucha indirecta contra la inclinación bélica. Es parte de la desigualdad innata y no eliminable entre los seres humanos que se separen en conductores y súbditos. Estos últimos constituyen la inmensa mayoría, necesitan de una autoridad que tome por ellos unas decisiones que las más de las veces acatarán incondicionalmente. En este punto habría que intervenir; debería ponerse mayor cuidado que hasta ahora en la educación de un estamento superior de hombres de pensamiento autónomo, que no puedan ser amedrentados y luchen por la verdad, sobre quienes recaería la conducción de las masas heterónomas.

No hace falta demostrar que los abusos de los poderes del Estado {Staatsgewalt} y la prohibición de pensar decretada por la Iglesia no favorecen una generación así. Lo ideal sería, desde luego, una comunidad de hombres que hubieran sometido su vida pulsional a la dictadura de la razón. Ninguna otra cosa sería capaz de producir una unión más perfecta y resistente entre los hombres, aun renunciando a las ligazones de sentimiento entre ellos (ver nota). Pero con muchísima probabilidad es una esperanza utópica.

Las otras vías de estorbo indirecto de la guerra son por cierto más transitables, pero no prometen un éxito rápido. No se piensa de buena gana en molinos de tan lenta molienda que uno podría morirse de hambre antes de recibir la harina.

Como usted ve, no se obtiene gran cosa pidiendo consejo sobre tareas prácticas urgentes al teórico alejado de la vida social. Lo mejor es empeñarse en cada caso por enfrentar el peligro con los medios que se tienen a mano. Sin embargo, me gustaría tratar todavía un problema que usted no planteó en su carta y que me interesa particularmente: ¿Por qué nos sublevamos tanto contra la guerra, usted y yo y tantos otros? ¿Por qué no la admitimos como una de las tantas penosas calamidades de la vida? Es que ella parece acorde a la naturaleza, bien fundada biológicamente y apenas evitable en la práctica.

Que no le indigne a usted mi planteo. A los fines de una indagación como esta, acaso sea lícito ponerse la máscara de una superioridad que uno no posee realmente. La respuesta sería: porque todo hombre tiene derecho a su propia vida, porque la guerra aniquila promisorias vidas humanas, pone al individuo en situaciones indignas, lo compele a matar a otros, cosa que él no quiere, destruye preciosos valores materiales, productos del trabajo humano, y tantas cosas más. También, que la guerra en su forma actual ya no da oportunidad ninguna para cumplir el viejo ideal heroico, y que debido al perfeccionamiento de los medios de destrucción una guerra futura significaría el exterminio de uno de los contendientes o de ambos. Todo eso es cierto y parece tan indiscutible que sólo cabe asombrarse de que las guerras no se hayan desestimado ya por un convenio universal entre los hombres.

Sin embargo, se puede poner en entredicho algunos de estos puntos. Es discutible que la comunidad no deba tener también un derecho sobre la vida del individuo; no es posible condenar todas las clases de guerra por igual; mientras existan reinos y naciones dispuestos a la aniquilación despiadada de otros, estos tienen que estar armados para la guerra. Pero pasemos con rapidez sobre todo eso, no es la discusión a que usted me ha invitado.

Apunto a algo diferente; creo que la principal razón por la cual nos sublevamos contra la guerra es que no podemos hacer otra cosa. Somos pacifistas porque nos vemos precisados a serlo por razones orgánicas. Después nos resultará fácil justificar nuestra actitud mediante argumentos.

Esto no se comprende, claro está, sin explicación. Opino lo siguiente: Desde épocas inmemoriales se desenvuelve en la humanidad el proceso del desarrollo de la cultura. (Sé que otros prefieren llamarla «civilización».)

A este proceso debemos lo mejor que hemos llegado a ser y una buena parte de aquello a raíz de lo cual penamos. Sus ocasiones y comienzos son oscuros, su desenlace incierto, algunos de sus caracteres muy visibles.

Acaso lleve a la extinción de la especie humana, pues perjudica la función sexual en más de una manera, y ya hoy las razas incultas y los estratos rezagados de la población se multiplican con mayor intensidad que los de elevada cultura.

Quizás este proceso sea comparable con la domesticación de ciertas especies animales; es indudable que conlleva alteraciones corporales; pero el desarrollo de la cultura como un proceso orgánico de esa índole no ha pasado a ser todavía una representación familiar (ver nota).

Las alteraciones psíquicas sobrevenidas con el proceso cultural son llamativas e indubitables. Consisten en un progresivo desplazamiento de las metas pulsionales y en una limitación de las mociones pulsionales. Sensaciones placenteras para nuestros ancestros se han vuelto para nosotros indiferentes o aun insoportables; el cambio de nuestros reclamos ideales éticos y estéticos reconoce fundamentos orgánicos.

Entre los caracteres psicológicos de la cultura, dos parecen los más importantes: el fortalecimiento del intelecto, que empieza a gobernar a la vida pulsional, y la interiorización de la inclinación a agredir, con todas sus consecuencias ventajosas y peligrosas. Ahora bien, la guerra contradice de la manera más flagrante las actitudes psíquicas que nos impone el proceso cultural, y por eso nos vemos precisados a sublevarnos contra ella, lisa y llanamente no la soportamos más.

La nuestra no es una mera repulsa intelectual y afectiva: es en nosotros, los pacifistas, una intolerancia constitucional, una idiosincrasia extrema, por así decir. Y hasta parece que los desmedros estéticos de la guerra no cuentan mucho menos para nuestra repulsa que sus crueldades.

¿Cuánto tiempo tendremos que esperar hasta que los otros también se vuelvan pacifistas? No es posible decirlo, pero acaso no sea una esperanza utópica que el influjo de esos dos factores, el de la actitud cultural y el de la justificada angustia ante los efectos de una guerra futura, haya de poner fin a las guerras en una época no lejana. Por qué caminos o rodeos, eso no podemos colegirlo.

Entretanto tenemos derecho a decirnos: todo lo que promueva el desarrollo de la cultura trabaja también contra la guerra (ver nota).


Saludo a usted cordialmente, y le pido me disculpe si mi exposición lo ha desilusionado.


Sigmund Freud

El pensamiento de Albert Camus

El pensamiento de Albert Camus

" ... Indudablemente, cada generación se cree destinada a rehacer el mundo.

La mía sabe, sin embargo, que no podrías hacerlo, pero su tarea es quizá mayor. Consiste en impedir que el mundo se deshaga. Heredera de una historia corrompida en la que se mezclan revoluciones fracasadas, las técnicas enloquecidas, los dioses muertos y las ideologías extenuadas; en la que poderes mediocres, que pueden destruirlo todo, no saben convencer; en que la inteligencia se humilla hasta ponerse al servicio del odio y de la opresión, esa generación ha debido, en sí misma y a su alrededor, restaurar, partiendo de sus amargas inquietudes, un poco de lo que constituye la dignidad de vivir y de morir.

Ante un mundo amenazado de desintegración, en el que nuestros grandes inquisidores arriesgan establecer para siempre el imperio de la muerte, sabe que debería, en una especie de carrera loca contra el tiempo, restaurar entre las naciones una paz que no sea la de la servidumbre, reconciliar de nuevo el trabajo y la cultura y reconstruir con todos los hombres una nueva Arca de la alianza.

No es seguro que esta generación pueda al fin cumplir esa labor inmensa, pero lo cierto es que, por doquier en el mundo, tiene ya hecha, y la mantiene, su doble apuesta en favor de la verdad y de la libertad y que, llegado al momento, sabe morir sin odio por ella. "

Fragmento del discurso pronunciado por Camus cuando se le entregó el Premio nobel de Literatura en Estocolmo, en 1958.

Camus es autor de varias obras entre ellas: El extranjero, La peste, La caída, o los ensayos El mito de Sísifo o El hombre rebelde

SOBRE EL RESPETO POR LAS DIFERENCIAS Y EL APRENDIZAJE GRACIAS A ELLAS

Tatiana Santiago García.

Hace un par de meses tuve la oportunidad de vivir una experiencia increíble.

Por motivos laborales se organizó en pocos días, un viaje a Oriente, más exactamente a Bangkok, Tailandia.  Iríamos 4 personas encargadas del proyecto que se venía desarrollando en la empresa.

Al recibir la noticia del viaje lo primero que sentí fue una gran emoción, sería una experiencia increíble que jamás pensé vivir tan pronto.  Me preparé para el viaje, estudié acerca de la cultura del país hacia donde me dirigía; debido a mis estudios profesionales de Relaciones Internacionales, había escuchado siempre acerca de las grandes diferencias entre la cultura llamada "Occidental " y la "Oriental", la diferencias religiosas, de costumbres, de idioma etc… Alcancé a leer cosas, como que el color rojo nos es bien visto por ellos, que nunca se debe obsequiar objetos de metal y después de mucho investigar, concluí que me comportaría de acuerdo a los parámetros que han regido y seguirán rigiendo mi vida, la tolerancia, el respeto, la mente abierta y la sed de conocimiento.

El viaje fue bastante largo, las 21 horas de avión, por sí solas resultaron una hazaña física y mental.  Al llegar al aeropuerto de Bangkok, salía gente de todos lados, la vestimenta era algo parecida a la de mi natal Barranquilla, por ser tierra de clima caliente, fuimos recibidos de manera muy amable y servicial.  Noté que la concepción de servicio del Tailandés es diferente a la nuestra, ellos agachan la cabeza con las manos una contra la otra a la altura de la barbilla, para saludar, en Occidente agachar la cabeza es símbolo de "vergüenza", para ellos es símbolo de "respeto" y así lo sentí.

El idioma no se parecía a nada que mis oídos hubieran escuchado hasta el momento, es diferente incluso al Chino o al japonés que hemos visto en la televisión, es de pronunciación suave y armónica, a veces la entonación le da un aire melódico a las frases, el inglés fue el idioma utilizado, pero el lenguaje se compuso de muchos más elementos, los gestos, las expresión facial y corporal, la risa etc…


Nos encontramos en un mundo formado por países con culturas diferentes, incluso, los individuos de un mismo país son diferentes, dependiendo de su zona, incluso en una misma zona cada individuo goza de unicidad y distinción frente a los demás; con ideas propias, comportamientos propios, creencias propias, que aunque pueden ser influenciados por su entorno, son inherentes a cada ser individual.  Estas diferencias con las que debemos convivir diariamente, nos exigen ser seres tolerantes, respetuosos, seguros de nuestro comportamiento y adaptables a las situaciones que impliquen cambios de todo tipo.  Temas como la religión, la política, las ideas culturales y costumbres del prójimo, deben ser tratados con sumo cuidado, manteniendo el espacio personal y ante todo el respeto por lo que consideremos como diferente a lo propio.

El actuar bajo estos parámetros, nos permite no solo mantener la armonía en las relaciones interpersonales si no también, aprender de las diferencias que tenemos con los demás y permitirles a ellos aprender de las que tienen con nosotros.
El 95% de la población tailandesa practica el budismo, "Buda no es ni un dios, ni un mesías ni un profeta, y el budismo no postula sobre un creador.  Buddha es un título en los antiguos idiomas pali y sánscrito, que quiere decir "el que ha despertado".  En el budismo no sólo se usa para referirse al personaje histórico, sino también a cualquier otra persona que haya logrado lo mismo que él.  Las enseñanzas no son consideradas por los seguidores ni revelaciones divinas ni dogmas de fe, ya que se anima a que sean investigadas.  El propósito de estas enseñanzas es el de erradicar la insatisfacción y el sufrimiento, cuya causa última según el budismo es la ilusión o la ignorancia, entendida como la percepción incorrecta de la auténtica naturaleza de la existencia.  Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar.  Para guiar el esfuerzo necesario para alcanzar ese nuevo estado, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento mental, la disciplina ética y el estudio" .
En Tailandia al igual en occidente se encuentran en la constante búsqueda de la felicidad, buscan "el despertar"; los Masones nos encontramos en una constante búsqueda de la verdad y de la perfección individual y colectiva; en Oriente veneran a seres humanos con cualidades especiales, en Occidente adoramos a seres intangibles, que bonito encontrar que a pesar encontrarnos al otro lado de la tierra y estar separados por kilómetros, tengamos cosas en común y que bueno poder aprender de las diferencias y crecer en tolerancia hacia las motivaciones y creencias de los demás.
Las civilizaciones del lejano Oriente, brotaron de comunidades agricultoras sedentarias.  Sus vidas eran rítmicas, implicaban poco contacto con extranjeros y dependían de la estabilidad, la actitud hacía el superior era de sumisión por ser estos considerados líderes de los que dependía el éxito de la cosecha.  Así mismo los ancianos desde siempre han sido considerados símbolo de sabiduría, son los maestros del clan.  El trato a la mujer aunque ha evolucionado, aún es muy excluyente, observar estar diferencias me ayudo a valorar el trabajo evolutivo que hemos tenido en algunos aspectos y el largo camino que aún nos falta por recorrer en otros.
Disfruté al máximo la experiencia, Oriente siembre había sido símbolo de misterio y oscuridad para mi, después de mi viaje, sigue siendo un misterio, pero ya no oscuro, es un misterio que vale la pena descubrir y conocer profundamente, las civilizaciones orientales poseen cualidades maravillosas dignas de ser estudiadas, poseen milenios de experiencias que civilizaciones más jóvenes como las occidentales, aún estamos por vivir.

Orden Mas :.  Mixta internacional
"Le Droit Humain" "El Derecho Humano"
Resp :.  Logia Sol de Colombia 1820
Bogotá D.  C., Julio 8 de 2006

EL COMPROMISO MASÓNICO

ELMER  OLIVO  JIMENEZ

"Hay hombres que son masones y masones que son hombres". Esa frase que hemos escuchado del Muy Resp.: Gran Maestro de la Muy Resp.: Gran Logia del Norte de Colombia, Q.: H.: RAFAEL ROYETT GARCIA: entraña el reconocimiento de que paralelo al Masón que piensa y actúa como verdadero Masón, hay personas que sin ser masones, sin siquiera conocer nada acerca de la orden y mucho menos haberse iniciado nunca en los tesoros de la masonería, tienen los principios generadores de pensamientos y comportamientos altamente humanistas que les permite actuando con fraternidad, dedicar su vida y su obra en busca permanente de la libertad, la igualdad, la democracia y el progreso verdaderos, como patrimonio general e inalienable del hombre y no como trofeo de poderosos sobre débiles; y por otro lado hay hombres que tuvieron la  oportunidad de entrar a la mansión de la masonería, iniciarse, ser aprendiz, compañeros y maestros a los más altos grados, pero sin embargo la masonería no pasó por ellos y finalmente su acción y su corazón terminan manifestándose como profanos exentos de los más mínimos niveles de hermandad, filantropía y humanismo.

En la presente plancha que he titulado "El compromiso masónico" y que no pretende ser original ni capitalizar la gloria y la grandeza de hermanos que situaron en las más altas cumbres el nombre de la orden, y con sus esfuerzos, luces y realizaciones hicieron posible transformaciones invaluables al género humano para la superación de etapas obscuras de nuestra historia próxima y anterior, permitiendo la reivindicación o mejor estar de sectores de la población históricamente reducidos a la esclavitud, la mendicidad, la pobreza y la ignorancia de sus derechos; tan solo busco, en una especie de revisión bibliográfica del pensamiento de estos, y de quienes sin ser iniciados en la orden, pero pensando y actuando como algunos de sus productos más elevados hicieron similares aportes, encontrar lo que en mi visión de  "aprendiz en período de prueba", alcanzo a avizorar como la visión y objetivos más trascendentales  de la institución.

Cuando esta plancha que ustedes hoy generosamente me dan la oportunidad de darles a conocer, era apenas una incipiente idea en proceso de gestación, pensé en recoger, además del pensamiento profundo de reconocidos Masones que hoy aparecen como figuras rutilantes en las páginas de la historia, y el de hermanos que en el momento actual tenemos la fortuna de contar entre nosotros, e igual nos iluminan con sus claros y ricos pensamientos que nos permiten atisbar esa misión y objetivos trascendentales, también el de otras figuras no menos rutilantes como Martín Luther King  y  José Martí.

¡Vaya sorpresa!  Circunstancialmente, hojeando uno de los importantes textos existentes en la Biblioteca Masónica de nuestra Gran Logia del Norte de Colombia, encontré, para gran beneplácito, que tanto Martín Luther King como José Martí fueron miembros de la orden; esto me obligó, no a sacarlos del cuadro de invitados, sino a ampliarlo, trayendo otras importantes figuras que no sé si luego  tenga que reconocer en ellos no a  "hombres que son masones ...", sino nuevamente, para orgullo, a verdaderos miembros de la institución, Masones Masones.

El pensamiento del Libertador Simón Bolívar:
Juramento en Roma, en la cima del Monte Sacro, cuando contaba con 22 de años de edad, el 18 de agosto de 1805.
"...!Juro delante de usted, (frente a Simón Rodríguez, su maestro); juro por el Dios de mis padres; juro por ellos; juro por mi honor, y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!. ..."

Noviembre de  1812, Apartes de mensaje sobre la conducta del gobierno de Monteverde, al reconquistar España a Venezuela.
"A los americanos:
...
He aquí ¡oh americanos!  Los hechos más auténticos, más evidentes de nuestra buena fe, en dar ascenso a las promesas falaces de nuestros contrarios; y al mismo tiempo la prueba más irrefragable de la monstruosa conducta que usan con nosotros.
Ved cual es el carácter de vuestros enemigos. Lo que podéis esperar de su amistad, cuando a la faz del mundo y bajo la fe de los tratados, violan abiertamente no solo las estipulaciones que ello mismos hacen, sino el sagrado derecho de gentes.
Sus depredaciones en la patriótica y desdichada ciudad de  Caracas, os patentizan el descarado vilipendio con que tratan a los hijos de Colombia; y el escarnio que recae sobre nosotros al sucumbir bajo sus manos sanguinarias. El menosprecio, el tormento y la muerte son los dones que nos presentan, al someternos a su dominio. Miran a sus hermanos como viles esclavos; y como victimas a sus vencidos. ¿Qué esperanzas nos restan de salud? La guerra, la guerra sola puede salvarnos por la senda del honor.
No hay otro objeto que el exterminio de los tiranos, que sedientos de sangre y de oro, invaden nuestras pacíficas y felices regiones, talándolas, incendiándolas, pillando al paisano indefenso, asesinando al defensor  de la patria, y usurpando todos los derechos de la naturaleza y de los hombres. Estos caníbales que vienen huyendo del yugo de sus conquistadores, pretenden ponernos las mismas cadenas que ellos arrastran en su país, con el temor de unos tránsfugas, la rabia de unos perros, y la avaricia desenfrenada de su abominable nación. Vencidos, escarnecidos en Europa, por sus vecinos, vienen  a saciar su venganza contra los inocentes habitantes de este hemisferio, que no tienen otro delito que el de conducirse por los principios de la humanidad, siguiendo la vía de la justicia, en la recuperación de su libertad e independencia.
Pues no americanos, no seamos más tiempo el ludibrio de esos miserables, que solo son superiores  a nosotros en maldad, en tanto que no nos exceden en valor; pues nuestra indulgencia es sola la que hace toda su fuerza. Si ellos nos parecen grandes es porque estamos prosternados."
...

Agosto de 1818, Apartes de Mensaje a la Nueva Granada (enviado desde Angostura):
"...
¡Granadinos! El día de la América ha llegado, y ningún poder humano puede retardar el curso de la naturaleza guiado por la mano de la Providencia. Reunid vuestros esfuerzos a los de vuestros hermanos: Venezuela conmigo marcha a libertaros, como vosotros conmigo en los  años pasados libertasteis a Venezuela. Ya nuestra vanguardia cubre con el brillo de sus armas provincias de vuestro territorio, y esta misma vanguardia poderosamente auxiliada, ahogará en los mares a los destructores de la Nueva Granada. El sol no completará el curso de su actual período sin ver en todo vuestro territorio altares a la libertad".


El pensamiento de Francisco De Paula Santander
Septiembre de 1819.  Apartes de proclama a los Granadinos en Santa Fe
 "...  
¡Compatriotas!
La suerte y una extraordinaria bondad del jefe de la nación me han colocado en el alto destino de gobernaros. No esperéis grandes cosas de mí. Yo no puedo ofreceros sino un ardiente deseo de conservar vuestro país, y mi cooperación con los libertadores a defenderlo. Protesto que la Nueva Granada no volverá a ser borrada del catálogo de los pueblos libres por la influencia de los vicios que antes la redujeron a la servidumbre.
Vuestros esfuerzos, granadinos, son necesarios, son indispensables.
Sin ellos, el gobierno es un cuerpo inerme. Ministros del santuario, militares, comerciantes, agricultores, granadinos todos: si cada uno de vosotros no contribuye a sostener la patria de manera que vuestro estado y vuestras facultades lo exijan de rigurosa  obligación, contad con que se repetirán en vuestro país horrores y escenas de sangre más espantosas de las que habéis visto ejecutar. Una mancha eterna recaerá sobre vuestra memoria, y la posteridad os maldecirá por no haber hecho sacrificios que debíais a la libertad e independencia"

El pensamiento de José  Martí
 Fecha no precisada. Apartes de enjuiciamiento   al congreso
"Jamás hubo en América, de la independencia acá, asunto que requiera más sensatez, ni obligue a más vigilancia, ni pida examen más claro y minucioso, que el convite que Estados Unidos potentes, repletos de productos invencibles, y determinados  a extender sus dominios en América, hacen a las naciones americanas de menos poder, ligadas por el comercio  libre y útil con los pueblos europeos, para ajustar una liga contra Europa, y cerrar tratos con el resto del mundo. De la tiranía de España supo salvarse la América española; y ahora, después de ver con ojos judiciales los antecedentes, causas y factores del convite, urge decir, porque es la verdad, que ha llegado para la América española la hora de declarar su segunda independencia"

Fecha no precisada. Aparte de un escrito:
"...
Cuando hay muchos hombres sin decoro hay otros que tienen en sí el decoro de muchos hombres. Esos son los que se revelan con fuerza terrible contra los que les roban a los pueblos su libertad, que es robarle a los hombres su decoro. En esos hombres van miles de hombres, va un pueblo entero, va la dignidad humana".


El pensamiento de Khalil Gibrán
Tomado de su obra El profeta, año 1923
" El comprar y el Vender
Y un mercader dijo: Háblanos del Comprar y del Vender.
Y él respondió:
La tierra os entrega sus frutos y vosotros no conoceréis necesidad si sabéis solamente cómo llenaros las manos.
Es en el intercambio de los dones de la tierra donde encontraréis abundancia y seréis satisfechos.
Pero, a menos que ese intercambio sea hecho con amor y bondadosa justicia, llevará a algunos a la codicia y a otros al hambre.
Cuando, en el mercado, vosotros, trabajadores del mar y los campos y los viñedos, encontraréis a los tejedores y alfareros y vendedores de especies,
invocad al espíritu guía de la tierra para que vaya en medio de vosotros y santifique las medidas y para que pese al valor de acuerdo con el valor.
Y no permitáis que el de las manos estériles, el que quiere venderos sus palabras al precio de vuestra labor, intervenga en vuestras transacciones.
A ese hombre deberéis decirle:
"Ven con nosotros a los campos o ve con nuestros hermanos a la mar y arroja tu red:
Que la tierra y el mar serán espléndidos para ti como lo son para nosotros."
Y, si vienen los cantores y los bailarines y los tañidores de caramillo, comprad de sus dones.
Porque ellos son también cosechadores de frutos e incienso y lo que ellos traen, aunque hecho de sueños, es ropaje y alimento para vuestro espíritu.
Y, antes de abandonar el mercado, ved que nadie se marche con las manos vacías.
Porque el espíritu señor de la tierra no dormirá en paz sobre los vientos hasta que las necesidades del último de vosotros sean satisfechas."


El pensamiento de Camilo Torres Restrepo
Aparte de mensaje emitido  en fecha no establecida
"..
Durante más de 150 años la casta económica, las pocas familias que tienen casi toda la riqueza colombiana, ha usurpado el poder político en su propio provecho. Han usado todas las artimañas y trampas para conservar ese poder engañando al pueblo.
Inventaron la división entre liberales y conservadores. Esta división, que no comprendía el pueblo, sirvió para sembrar el odio entre los mismos elementos de la clase popular. Esos odios ancestrales transmitidos de padres a hijos han servido únicamente a la oligarquía. Mientras los pobres pelean, los ricos gobiernan en su propio provecho... Lo único que dividía a los oligarcas liberales de los oligarcas conservadores era el problema de la repartición del presupuesto y de los puestos públicos... Por eso peleaban para llegar al poder; para saldar las cuentas electorales dándoles puestos públicos a los gamonales adictos y repartirse el presupuesto excluyendo totalmente  a los del otro bando político.
Cuarenta años los liberales no tuvieron puestos y después les sucedió otro tanto a los conservadores durante 16 años...  Cuando apareció Jorge Eliécer Gaitán enarbolando la bandera de la restauración moral de la república, lo hizo tanto en contra de la oligarquía liberal como de la conservadora. Por eso las dos oligarquías fueron antigaitanistas. La oligarquía liberal se volvió gaitanista después que la oligarquía conservadora mató a Gaitán en las calles de Bogotá... El gobierno militar tampoco sirvió en forma suficientemente eficaz a los intereses de la oligarquía. Entonces el jefe de la oligarquía liberal... y el jefe de la oligarquía conservadora se reunieron... Así nació el frente nacional como el primer partido de clase, como el partido de la oligarquía colombiana.
El pueblo vuelve a ser engañado... El frente nacional dijo que remediaría la situación financiera, y duplico la deuda externa produciendo tres devaluaciones y con ellas las miserias del pueblo colombiano por varias generaciones... dijo que haría la reforma agraria, y no hizo sino dictar una ley que garantiza los intereses de los ricos en contra de los derechos de los pobres... El Frente Nacional logró la mayor abstención electoral de nuestra historia..."


El pensamiento de Martín Luther King
Apartes de discurso leído en el Lincoln Memorial, durante la marcha a Washington
"Hoy les digo a ustedes, amigos míos, que a pesar de las dificultades del momento, yo aún tengo un sueño. Es un sueño profundamente arraigado en el sueño "americano".
Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: "Afirmamos que estas verdades son evidentes: que todos los hombres son creados iguales".
Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos, se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad.
Sueño que un día, incluso el estado de Misisipí, un estado que se sofoca con el calor de la injusticia y de la opresión, se convertirá en un oasis de libertad y justicia.
Sueño que mis cuatro hijos vivirán un día en un país en el cual no serán juzgados por el color de su piel, sino por los rasgos de su personalidad.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que un día, el estado de Alabama cuyo gobernador escupe frases de interposición entre las razas y anulación de los negros, se convierta en un sitio donde los niños y niñas negras, puedan unir sus manos con las de los niños y niñas blancas y caminar unidos, como hermanos y hermanas.
¡Hoy tengo un sueño!
Sueño que algún día los valles serán cumbres, y las colinas y montañas serán llanos, los sitios más escarpados serán nivelados y los torcidos serán enderezados, y la gloria de Dios será revelada, y se unirá todo el género humano."
De su obra  "Hacia donde vamos desde aquí: hacia el caos o a  la comunidad"
"Hemos heredado una morada grande, una gran 'morada mundial' en la que tenemos que convivir negros y blancos, orientales y occidentales, gentiles y judíos, católicos y protestantes, musulmanes e hindúes -- miembros de una familia indebidamente separada por ideas, cultura e intereses. Debido a que nunca más podremos volver a vivir separadamente, tendremos que aprender de alguna manera a convivir en paz.
Todos los habitantes del mundo son ahora vecinos. "La gente oprimida no puede seguir oprimida para siempre", escribió. "Alguna vez se manifestará el anhelo de libertad".

Conferencia a finales de 1967, sobre el tema "Conciencia y la guerra de Vietnam"
"De algún modo esta locura debe cesar. Debemos detenerla ahora. Hablo como un hijo de Dios y como hermano a todos los que sufren en Vietnam. Hablo por todos aquellos cuya tierra está siendo devastada, que ven destruidos sus hogares y su cultura aniquilada. Hablo por los pobres en Estados Unidos que están pagando el precio doble de sus esperanzas rotas en el país y de muerte y corrupción en Vietnam. Hablo como un ciudadano del mundo, porque el mundo está horrorizado ante la trayectoria que hemos tomado. Hablo como estadounidense a los líderes de mi propia nación. La iniciativa de esta guerra ha sido nuestra. La iniciativa para detenerla debe ser nuestra."

 

El pensamiento de Salvador Allende:
Extractos de alocución pronunciada en el Gran Templo de la Gran Logia de Chile, el 14 de abril de 1970, siendo candidato a la presidencia de su país.  "Aquí estamos, indiscutiblemente, hombres que tenemos un pensamiento que tuvieron años y años otros hombres que pasaron por la Orden y por los templos, pero que actuaron y hablaron un lenguaje que hoy no hablamos nosotros.
    Somos los mismos, pero somos diferentes, y siendo diferentes somos los mismos en cuanto a la vigencia de los principios de la Orden que hemos hecho nuestros; de allí la trascendencia que tiene el pensamiento filosófico de la Francmasonería, que yo no diría se adapta, porque sería empequeñecerlo, sino que hace posible que el hombre, en función de realidades distintas y frente a hechos sociales, aplique, en el campo profano con vigencia permanente, los conceptos y principios que de manera diferente y  en otras época, lealmente y como masones, aplicaron Hermanos nuestros.
    Por ejemplo, nadie puede negar que la inmensa mayoría de los Hermanos que han actuado y actuaron  en el campo profano a fines del siglo pasado, a comienzos de éste, y aun siendo masones desde el punto de vista de sus concepciones, se agruparon, para hacer más factible la posibilidad de la lucha que impulsaba su generosa concepción del masón frente al hombre, en el Partido Radical; pero al mismo tiempo nosotros no podemos dejar de reconocer que en el pensamiento del radicalismo hubo, como era lógico imaginarse, posiciones distintas en un instante de su vida, y quizás, en el momento más decisivo de su trayectoria.
    Y fueron los masones los que discreparon, y fueron los masones los que combatieron en posiciones distintas y lo hicieron en el campo profano sin renegar de sus principios, cada cual en el atalaya de sus convicciones, cada cual dándole a su pensamiento el contenido honesto que creía era mejor para llevar a la realidad profana el pensamiento masónico individualmente interpretado.
...
    Paz en el mundo. Para nosotros, los que tenemos el derecho a usar un método científico como el marxismo, para estudiar la historia, la guerra es un negocio que no quieren los pueblos, pero si quienes ganan con la guerra.
    Para nosotros es un mito hablar de la justicia, cuando hay pueblos famélicos y hambrientos que son potencialmente ricos y que viven como pueblos pobres, empobrecidos por la alianza antipatriótica de las castas oligárquicas y del capital foráneo que perforó nuestra economía y que nos domeño políticamente.
    Si yo creo en la Fraternidad que me enseñaron en los templos, si yo creo en la Igualdad que me enseñaron en los templos, si yo pienso que es cierto que en los templos me hablaron de Libertad, yo no me imagino que pueda haber Fraternidad en un mundo donde el poderoso aplasta al pequeño desde el punto de vista de la correlación de fuerzas de los países.
    Yo no creo que pueda haber Fraternidad entre los hombres, mientras pueblos viven desangrando a pueblos que son hoy, por culpa de ellos, económicamente débiles.
    Yo no creo que pueda existir fraternidad cuando, como consecuencia del proceso económico y la concentración capitalista, se hace cada vez más evidente y claro que minorías tienen, en mayor escala, el control del poder económico y con ello tienen el poder militar y el poder político para defender sus intereses. Y pienso entonces que la Paz y la Fraternidad y la Justicia entre los pueblos están ausentes de muchos continentes, no por culpa de los pueblos débiles, sino por la actitud de los pueblos poderosos.
    Yo no me imagino algún Hermano que no se pregunte porque el país más poderoso del capitalismo ha gastado más de 120 mil millones de dólares en la agresión más brutal, en el genocidio histórico más amplio, para tratar de impedir que un país pequeño, de economía agraria, que se llama Vietnam, a pesar de los compromisos internacionales, pueda reunificarse y ser un país como nosotros, siquiera políticamente libre.
    Yo no me imagino algún Hermano que no piense que el proceso de la realidad que confronta el mundo, donde las viejas estructuras crujen y alcanzan a seculares instituciones, como la Iglesia, en donde la Iglesia joven, motivo sería de entrar a profundizar el contenido de este movimiento, llega a expresarse hasta con la actitud de algunos de sus integrantes que usaron las armas para expresar su protesta a un régimen y a un sistema.
    Pero si el ejemplo pudiera parecer exagerado, bastaría leer las pastorales de los obispos chilenos o las encíclicas papales; bastaría darse cuenta del lenguaje distinto de un  Juan XXIII, para comprender que algo ha estado y esta pasando en escala mundial.
...
    ¿Qué queremos?. ¿Qué deseamos?. ¿Porqué luchamos?
Queremos que el hombre de Chile deje de ser carne de miseria moral y psicológica, en un porcentaje más amplio.
¿Qué anhelamos?
Que Chile sea un país capaz de colocarse en la era del proceso  científico y técnico que vive la Humanidad, si no en una posición señera, por lo menos en un proceso de desarrollo no solo económico, sino cultural, que le dé a la vida un sentido distinto.
¡Cómo no comprender que la realidad de nuestro drama está mucho más allá de la voluntad de los gobernantes y que entronca en un proceso y en un régimen y un sistema que nosotros como masones deberíamos no solo discutir sino combatir!"


El pensamiento de Iván Herrera Michel
Tomado de su libro Historia de la Masonería, editado en  diciembre de 2004
"...
Queridos Hermanos y Hermanas:
Cualesquiera que sean las orientaciones que estamos viendo desaparecer y surgir al interior de la Orden, lo que sí está claro es que los Masones no tenemos la capacidad absoluta de cambiar la sociedad en que actuamos para adecuarla enteramente a nuestros sueños. Y esto no está mal, puesto que la Masonería, entendida como una institución que gira alrededor de un eje central que es la Tolerancia, no nos propone que adoptemos un sistema de ideas determinado sino que nos invita a no imponer a nadie nuestro particular sistema de ideas. En realidad hoy son muchos más funcionales para las transformaciones sociales los partidos políticos, las ONGS, la opinión pública y los factores económicos de poder. Lo importante, es que tenemos que vivir dentro y de acuerdo con la diversidad que existe, con absoluta responsabilidad individual, social y de especie. Esta es la cuestión principal.
....
... la Masonería para aquellas épocas (1600 a 1900), se encontraba inmersa en una revolución cultural de la Tolerancia, que aún se encuentra inacabada, y que está lejos de ser ganada. A decir verdad ni siquiera la hemos ganado al interior de la Orden. (lo incorporado en paréntesis hace parte del texto original pero no es sucesivo en el; se incluye para precisar y respetar la intencionalidad)
Hermanos y Hermanas:
A decir verdad, es muy difícil de culminar esta revolución de la cultura de la Tolerancia frente a lo diferente, que hizo suya la Masonería hace ya 4 siglos, pero la sociedad y la Masonería si van a ganar muchísimo, en la práctica, si cada Obediencia y cada Masón en particular, en esta era de definiciones posmodernistas, la intenta en la medida de sus posibilidades. ... O en palabras de Albert Camus, se dedican a  "inventar en el planeta una paz que no sea la de la servidumbre"."


El pensamiento de Mario Morales Charris
Tomado de su artículo "Justicia, Equidad, Ética y Sabiduría del Masón", publicado en la Revista Plancha Masónica N° 25, diciembre de 2005
"En nuestra carrera Masónica y en la vida toda, el Masón, no solo esta llamado a consumar actos morales, de grandeza y de poder; sino que debe contribuir de manera consciente al desarrollo, engrandecimiento y perfección de las obras sociales y morales, ya que debe saber servir a la sociedad; ser útil a la Patria y sacrificarse en bien de la humanidad, es decir, debe conocer los deberes para con sus semejantes y para consigo mismo. ...

La historia nos enseña que de la Masonería han salido, en todos los tiempos, hombres de gran visión, acrisolado altruismo e inagotable energía, que han dado a la humanidad sus más grandes impulsos de progreso. Para descubrir estos nuevos caminos, necesitaron nutrirse de la duda filosófica, no de la certeza dogmática; precisaron examinar lo que no es típico, en vez de conformarse con lo usual y corriente. ...
...
La Masonería reconoce que todos los hombres han nacido iguales y por tanto cree que no debe existir ninguna deferencia entre el que manda y el que obedece; entre el que produce y el que consume; entre el que paga y el que cobra; uno y otro formados por el mismo principio, compuestos por una misma materia, sujetos a las mismas afecciones físicas y a las mismas causas de destrucción; se parecen, según la expresión de un distinguido escritor, a los dos viajeros que parten del  mismo punto, para llegar al mismo objetivo, aunque por distintos caminos.
...
Los Francmasones estamos al lado de los humildes y de los desheredados, porque somos el obstáculo infranqueable a una esclavitud general; somos tan odiados por aquellos que no se contentan con gozar la vida más que haciéndola intolerable a los otros, y que no están satisfechos de levantar la cabeza más que cuando los otros la inclinan hacia abajo."

 


El pensamiento de Alberto Donado Comas
Febrero de 2006. Apartes de Plancha leída en el Gran Templo de la Gran Logia del Norte de Colombia.
"...
El llamado pensamiento laico, base de la laicidad, se desarrolló como un punto de vista integrado por un conjunto de concepciones y modelos teóricos y prácticos, asociados a principios y valores como  "Libertad", libertad de pensamiento, libertad de expresión, tolerancia, pluralismo, independencia, antidogmatismo, solidaridad, división de poderes en el Estado, elecciones libres, etc. La laicidad ha sido impregnada desde sus orígenes por  valores republicanos y humanistas, en armonía con la Declaración de Derechos Humanos, y por eso las instituciones laicas han defendido las libertades individuales y colectivas de todos los hombres y mujeres, sin distinciones de etnia, genero, nacionalidad, ideología, religión; ha promovido la solidaridad, la justicia, la equidad, la igualdad, en todos los planos de las actividades humanas; y ha promovido la fraternidad y la convivencia pacifica entre todos los seres humanos...
... debemos enfrentar una serie de situaciones, en el mundo, heredadas del siglo pasado como la globalización e internacionalización de la economía, el avance científico y el progreso tecnológico, en especial el de las comunicaciones...
... Preguntas tradicionales a este respecto como si la Masonería tiene futuro o si desaparecerá o se transformará o seguirá siendo vigente, me atrevo a contestarlas de inmediato afirmando que la Masonería si tiene futuro y que, adaptándose por necesidad a los nuevos tiempos y particularidades, tendrá posiblemente más importancia en este siglo XXI que en el siglo pasado...
La Masonería en el mundo y en especial la del Continente Americano tiene n reto muy grande frente a las situaciones planteadas inicialmente. No debemos quedarnos cruzados de brazos viendo venir el arrollador desarrollo de la tecnología, las comunicaciones, y la aplicación de modelos neoliberales que cada día empobrecen más a los pueblos de nuestro continente. Los Masones debemos proponer la erradicación de la pobreza como un imperativo ético, social y ambiental. No sólo me refiero a la pobreza económica, sino a la ética, a la espiritual y a la pobreza ecológica...
Debemos escuchar con atención la voz del pueblo americano, hombres y mujeres, masones y no masones. Sus ansias de justicia. La expresión de sus necesidades. Sus anhelos de igualdad, que no es igualitarismo...
Divulguemos un nuevo humanismo. El de la fraternidad; el que pueda asumir la responsabilidad de rescatar al hombre medio, al hombre o mujer subsumidos en la inmediatez sin horizontes, al hombre instrumentado como objeto al servicio de obscuros intereses, al hombre que vive el suceso e ignora el proceso.
Los Masones creemos en este tipo de utopías y queremos esforzarnos para ser protagonistas del cambio y guías de la esperanza colectiva, en el largo y difícil proceso de la integración de la América del siglo XXI.".


El pensamiento de Freddy Silva Fernández
Marzo de 2006. Apartes de Plancha leída en el Gran Templo de la Gran Logia del Norte de Colombia.
"...
Es progresista (la Masonería) porque enseña y practica la solidaridad humana  y la absoluta libertad  de conciencia. La Masonería tiene por objeto la búsqueda de la Verdad, desechando el fanatismo y  abordando sin prejuicios todas las nuevas aportaciones de la invención humana; estudia la moral universal y cultiva las ciencias y las artes y no pone obstáculo alguno en la investigación de la verdad. Este concepto riñe con postulados dogmáticos, ya que lo progresista es adogmático, y lleva implícita la libertad de conciencia y de pensamiento, como el oriente  a donde nos dirigimos los iniciados en estos augustos misterios.
En síntesis: la Masonería postula el mejoramiento intelectual, moral y social del hombre y el progreso de la sociedad humana; busca lograr una evolución dinámica del hombre y del mundo sin menoscabar las tradiciones, la experiencia y los ritos del pasado, y pretende olvidar las pasiones y los intereses materiales para alcanzar la serenidad de juicio y de acción tan necesaria en los momentos decisivos de toda labor humana.
...
La Masonería es una institución que estuvo hermanada al desarrollo social y a la historia de Colombia, desde sus orígenes; sus ideales de libertad, igualdad y fraternidad estuvieron presentes en nuestra historia desde la época de lucha por la independencia hasta los tiempos actuales. De hay que podamos afirmar que esta institución filosófica fue el principal agente difusor del pensamiento ilustrado, las ideas de independencia, los principios políticos republicanos y finalmente de muchos proyectos de reforma social aplicados en el país, contribuyendo con su acción a cimentar la vida pública y los derechos ciudadanos."


El pensamiento de Miguel Marchena Racedo
Marzo de 2006. Apartes de Plancha leída en el Gran Templo de la Gran Logia del Norte de Colombia.
"Soy masón en la medida que pueda construir una sociedad más justa,
Soy masón , porque estoy inconforme con un mundo, un país y un gobierno que excluye y distingue entre ricos y pobres, que no propugna por una mejor calidad de vida de la humanidad, de los campesinos, de los pobres, de los indigentes, de los desprotegidos, de las minorías ...
Soy masón porque creo en la construcción de una sociedad más igualitaria, solidaria y fraterna .
Quiero saber de una Colombia en armonía, prospera, desarrollada, donde los pobres no anhelen los bienes de los ricos, ni los ricos deseen los ahorros de los pobres.
Una Colombia donde nuestros lideres sean destacados seres de buena conducta y brillante intelecto y no influyentes oligarcas, llenos de sus propios intereses.
...
Los motivos que me impulsan son los principios de una humanidad fraterna pacifica y consecuente al bien común o colectivo de su semejante.
ser masón en el presente considero yo significa sacar nuestros análisis y planchas de nuestros Tall:., es permitirles ver sin temor la verdadera luz a nuestra sociedad, es levantarse ante la injusticia de nuestros gobernantes y el actual orden de las cosas con el argumento sólido de la razón y la justicia, es tomar la decisión personal y colectiva de jurar defender al desprotegido en todas sus formas y no limitarnos a ofrecer limosnas para cumplir con el precepto de la caridad, ser masón en el presente es comprometerse a formarse a si mismo no solo labrando la piedra bruta en silencio, sino sobresalir en nuestra sociedad, hacerse dirigente de la luz y ayudar al H:. M:. y al prójimo sin distingo a emanciparse de sus temores, de sus deudas, de sus falsos apegos, de la falta de conocimiento, de su dependencia económica y servil a los políticos actuales que como señores feudales modernos compran conciencia y exigen protección en cada periodo electoral a las masas necesitadas.
Ser masón en el presente, es y debe ser acción y no solo ideal, es ser inconforme y no ser apacible al actual estado de las cosas, es dedicarse a construir nuevamente catedrales físicas, ésta vez no para la difusión de dogmas, sino para la difusión de la libertad la igualdad y la fraternidad, a partir de la formación de lideres, ser masón en el presente es escribir nuevamente la historia del mundo a partir de la practica diaria de nuestras ideas, en cada uno de nuestros HH:. MM:., de nuestras ciudades, de nuestra Nación, de nuestro continente y lógicamente nuestro mundo, ser masón en el presente es comprender y aceptar que los tiempos son distintos y que nuestros anhelos más sentidos han dejado de ser observados por el mundo, que bajo el lema de la globalización y economía de mercado han proscrito a la humanidad en un producto más, desnaturalizando así la esencia del ser.
Soy Masón de ideas, de espíritu y deseo serlo de hechos, pero mis ideas y anhelos resultan frustrantes ante un mundo agresivo e inhumano incluso propiciado por mis propios HH:. que insisten en discusiones internas de nuestra orden y se ciegan ante la galopante exclusión, esclavismo, adoctrinamiento y dogmatismo en que tienen sumergido a buena parte de naciones como la nuestra y por ende gran parte de la humanidad, puesto que los pobres y desmejorados año tras año son muchos más que lo que gozan de condiciones de bienestar. Por ello apelo a la unión de las mentes de buena voluntad como la de mis HH:. MM:. A fin de aunar esfuerzos en la búsqueda de los nuevos retos que nos impone el actual estado de las cosas.
..."


Hasta aquí el pensamiento de los hombres diversos, iniciados o no  en la masonería, que no puedo traer más porque esta plancha se haría interminable; hombres que con la mayor claridad mental nos legaron su ideario humanista y su concepción  de las aspiraciones más sentidas y esquivas  del genero humano, a las que no se ha podido acceder por lo mismo que el hombre pareciera hacer honor a la sentencia de:  "el hombre lobo para el hombre".

Que hacer entonces, el Estado y el derecho, presentes ya por miles de años, que parecieran haber nacido para poner en las relaciones entre los hombre el orden  y la paz que por no tener un comportamiento fraternal el no fue capaz de lograr,  y en cambio se embarco permanente en  luchas fraticidas, en donde cada quien quería tener más a expensas de sus semejantes, primero a nivel individual y después a nivel grupal, no han traído la solución, pero no podemos ver en ello el fracaso del derecho ni del Estado: ha sido el fracaso del ideal mayor del hombre; y ese fracaso no ha sido gratuito, se ha tratado del imperio del egoísmo y de la fuerza de quienes prefieren poner sus intereses mezquinos por encima del interés general. Esos individuos han utilizado al Estado y al derecho solo para su propio beneficio.

Hay entonces que redireccionar al Estado y al derecho; es la lucha que han sostenido quienes hoy, trátese de Hermanos Masones o no, merecen nuestra   admiración por su entrega al logro de las más caras aspiraciones de la espacie. No ha habido continuidad, la lucha que otros emprendieron y por la cual hasta entregaron sus vidas, no ha cristalizado totalmente. Amplias generaciones no cumplieron su parte en el proceso que algunas veces se inició y luego se estanco perdiendo gran parte del terreno avanzado y a veces más. Esa responsabilidad la tienen por siempre todas las generaciones, en todas partes del mundo, hasta por fin alcanzar el propósito, y luego las venideras tendrán la responsabilidad de sostenerlo. Me niego a aceptar que  "El hombre es malo por naturaleza". Si eso fuera así, ¡entonces estaríamos irremediablemente perdidos!, nada haríamos aquí y todas nuestras más sublimes luchas serían vanas. Sí es cierto que el hombre comúnmente se deja seducir por las mieles de la fortuna y la comodidad, ello adormece nuestros ideales, y comúnmente, cuando alcanzamos alguna mejora sostenible de nuestras propias carencias personales y familiares, entonces nos olvidamos de los demás y hasta de nosotros mismos, si no es que trocamos nuestros ideales por el mezquino afán de atesorar.

Yo soy un aprendiz  iniciado el 22 de enero del presente año; quizás el último iniciado hasta ahora en este gran recinto,  apenas 80 días han transcurrido desde ese grato momento hasta el de dar por terminado el presente trabajo, pero me siento Masón de siempre, por sentimiento y por pensamiento.

No traigo el derrotero a seguir y tal vez sea el menos autorizado para pretenderlo, pero mi mente esta preñada de inquietudes y es lo que hoy, con el mayor respeto por las concepciones de cada uno de los presentes,  estoy compartiendo con ustedes.

Me pregunto: Ante las metas de la libertad, la igualdad, la fraternidad y la armonía aun pendientes, puede una logia masónica determinarse  a actuar circunstancialmente, por la fuerza sórdida de los hechos,  como un partido político, con objetivos netamente políticos, y dirigir su acción  a lograr el cambio de unas estructuras y un sistema nacionales que oprimen al hombre e impiden su desarrollo y no le permiten ni promueven su libertad, su fraternidad, su igualdad y la convivencia armónica?

De seguro las respuestas serían diversas y muy probablemente se centrarían en que si bien en las Logias se pueden tocar estos temas de corte eminentemente político, ellas en si no deban adoptar lineamientos específicos porque con  ello peligraría su esencia de ser centros de debate libre del pensamiento.

Pregunto entonces: ¿Podemos tener diferentes concepciones acerca de la libertad?  ¿ Podemos tener diferentes concepciones acerca de la igualdad? ¿Podemos tener diferentes concepciones acerca de la tolerancia y la hermandad?. Si se posee unos claros principios masónicos para interpretar la esencia del significado de estas, entonces deberíamos todos, estimo, tener un pensamiento coherente sobre ellas; otra cosas es que pueda haber en cada una etapas diferentes hasta alcanzarlas totalmente, y sobre estas deberíamos entonces tener también criterios uniformes acerca de cómo, cuando y que hacer para alcanzarlas.

Pienso que nuestra orden no solo ha hecho historia, sino que sigue y estará por siempre llamada a hacer historia, o no tendrá razón de existir, que sus principios y fines de libertad, igualdad, tolerancia y fraternidad, estarán siempre vigentes en la medida en que la visión que de ellos tengamos responda a los más altos y sinceros intereses de la grandeza general y permanente del ser humano.
Ese es, estimo, el gran compromiso, no solo el desarrollo progreso y elevación integral de los integrantes de la Orden y del hombre individualmente considerado, sino de toda la raza humana.

Con mi mayor consideración y respeto,

RESP.: Y BENEMERITA LOG.: BARRANQUILLA  N°  1-8.1

 

DISCURSO DE CHAPLIN EN "EL GRAN DICTADOR"

DISCURSO DE CHAPLIN EN "EL GRAN DICTADOR"
Charles Chaplin fue antes que un gran cineasta y un espléndido comediante, una persona íntegra y coherente, un humanista, tal vez ingenuo, pero cabal, probablemente consciente (y horrorizado), cada vez más, del poco sentido que tenía su optimismo en el mundo contemporáneo, mostrándose en sus películas cada vez más una cierta amargura y desesperanza. El célebre discurso final de su película El gran dictador en 1940 es toda una declaración de su autor al respecto, y no está de más, dada la coyuntura que vivimos, reproducirlo a continuación:
Lo siento.
Pero yo no quiero ser emperador. Ese no es mi oficio, sino ayudar a todos si fuera posible. Blancos o negros. Judíos o gentiles. Tenemos que ayudarnos los unos a los otros; los seres humanos somos así. Queremos hacer felices a los demás, no hacernos desgraciados. No queremos odiar ni ayudar a nadie. En este mundo hay sitio para todos y la buena tierra es rica y puede alimentar a todos los seres. El camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las armas, ha levantado barreras de odio, nos ha empujado hacia las miserias y las matanzas.
Hemos progresado muy deprisa, pero nos hemos encarcelado a nosotros mismos. El maquinismo, que crea abundancia, nos deja en la necesidad. Nuestro conocimiento nos ha hecho cínicos. Nuestra inteligencia, duros y secos. Pensamos demasiado, sentimos muy poco.
Más que máquinas necesitamos más humanidad. Más que inteligencia, tener bondad y dulzura.
Sin estas cualidades la vida será violenta, se perderá todo. Los aviones y la radio nos hacen sentirnos más cercanos. La verdadera naturaleza de estos inventos exige bondad humana, exige la hermandad universal que nos una a todos nosotros.
Ahora mismo, mi voz llega a millones de seres en todo el mundo, millones de hombres desesperados, mujeres y niños, víctimas de un sistema que hace torturar a los hombres y encarcelar a gentes inocentes. A los que puedan oírme, les digo: no desesperéis. La desdicha que padecemos no es más que la pasajera codicia y la amargura de hombres que temen seguir el camino del progreso humano.
El odio pasará y caerán los dictadores, y el poder que se le quitó al pueblo se le reintegrará al pueblo, y, así, mientras el Hombre exista, la libertad no perecerá.
Soldados.
No os entreguéis a eso que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir.
Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina.
Vosotros no sois ganado, no sois máquinas, sois Hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos.
Soldados.
No luchéis por la esclavitud, sino por la libertad. El capítulo 17 de San Lucas se lee: "El Reino de Dios no está en un hombre, ni en un grupo de hombres, sino en todos los hombres..." Vosotros los hombres tenéis el poder. El poder de crear máquinas, el poder de crear felicidad, el poder de hacer esta vida libre y hermosa y convertirla en una maravillosa aventura.
En nombre de la democracia, utilicemos ese poder actuando todos unidos. Luchemos por un mundo nuevo, digno y noble que garantice a los hombres un trabajo, a la juventud un futuro y a la vejez seguridad. Pero bajo la promesa de esas cosas, las fieras subieron al poder. Pero mintieron; nunca han cumplido sus promesas ni nunca las cumplirán. Los dictadores son libres sólo ellos, pero esclavizan al pueblo. Luchemos ahora para hacer realidad lo prometido. Todos a luchar para liberar al mundo. Para derribar barreras nacionales, para eliminar la ambición, el odio y la intolerancia.
Luchemos por el mundo de la razón.
Un mundo donde la ciencia, el progreso, nos conduzca a todos a la felicidad.
Soldados.
En nombre de la democracia, debemos unirnos todos.

EXTRACTO DEL DISCURSO DE ALAIN BAUER, GRAN MAESTRO DEL GRAN ORIENTE DE FRANCIA

6 de septiembre de 2002
(Ultima Gran Asamblea Anual)
Nuestros asuntos exteriores e interobedienciales siguieron desarrollándose.

Las reuniones regulares de los nueve Grandes maestros y Grandes Maestras de las Obediencias Masónicas, la creación de la masonería francesa, los debates corrientes para separar la semilla buena de la paja dentro de un Paisaje Masónico quebrado, nos permiten prever un período de hermandad excepcional.

En algunas semanas se celebrará el 275 aniversario de la creación de nuestra Obediencia y de la Orden entera en Francia, seremos capaces de celebrarlo con dignidad en toda Francia. Se realizarán exposiciones en Lyon, Toulouse, Santo Denis y Alençon. Coloquios y Conferencias casi por todas partes en Francia metropolitana y de ultramar. Ceremonias en Lyon en junio del 2003.

La rehabilitación necesaria de la Francmasonería, prometida durante estos años pasados, debería hacerse una realidad a vuelta de correo en su dimensión natural de emancipación de los conocimientos y la liberación de los individuos por el método y la ciudadanía de compromiso. La masonería de las Luces, más allá de los mitos inventados, puede encontrar su lugar justificable.

La apertura de un diálogo histórico y cultural con nuestros Hermanos del espacio Anglosajón permitió, por primera vez, una intervención directa del Gran Maestro del Gran Oriente y el Gran Comendador del Supremo Consejo del R.E.A.A. de G.O.D.F., durante el Simposio de la Gran Logia de California. En todo el mundo, en Irlanda, en Malta, en Australia, en Argentina, en Filipinas, en Andorra, las Logias del espacio inglés piden nuestra ayuda o unirnos. La dinámica de la masonería de la Libertad de conciencia se ha despertado, recuperada.

Dentro de algunas horas, se celebrará la primera reunión del Espacio Masónico Europeo bajo los auspicios de G.O.D.F., del G.L.D.F. y de G.L. Femenina F., con el apoyo del D.H. Internacional y la presencia de 28 países. Construiremos juntos, tendremos la esperanza en ello, una asociación
flexible, en las dimensiones del viejo Continente.

Con determinación emprendimos 'PARA LA REPÚBLICA'. Las Demostraciones necesarias eximen de la reflexión sobre las causas y no sólo sobre las consecuencias. Cortar tallos no mata las raíces del mal. Nos culparán a la vez por la llamada a todos los Ciudadanos, y a todos los francmasones de mostrarse libremente y haberlo hecho.

Más insidiosamente, nos culpan de no haber detenido en el apoyo de organizaciones políticas a la deriva por el G.O.D.F., la tentativa de inundar el fracaso de una ambición en la emoción de la muchedumbre.

Decidimos no participar en estas estrategias de trastienda que permitieron que algunos, náufragos, sorprendidos por un sistema de repente rebelde, estuvieron tentados de evitar el interrogatorio de sus propios errores y olvidarlos.

Como bien dice el Presidente de la Liga de los derechos del Hombre, comentando los resultados de la segunda vuelta electoral '"de este resultado, podemos estar orgullosos. También debemos estar amargos. Si nosotros debíamos haber sabido como decir no, no supimos como evitar la necesidad de decirlo. Tengo el temor que alguna gente, utilizará el miedo de momento, y no entienda la dimensión del resultado. Criticando la multiplicidad de candidaturas en la primera vuelta nos explicarán el nivel de abstención que prevaleció el 21 de abril, y aún menos el resultado de Le Pen. (...) será necesario ir más allá de algunas proposiciones cuantitativas a conquistar de nuevo los que se pierden en la imaginación política que ocupa el lugar abandonado por otros que están en el silencio".

No nos ha pasado por la cabeza de momento participar únicamente en puestas en escena de reconciliaciones falsas o las hipocresías de dimensión industrial. La defensa de la independencia del Gran Oriente de Francia, la promoción de los valores que hacen su identidad, son los únicos objetivos "políticos" de un Consejo de la Orden que merezca este nombre.

Habría sido simple, por el simple instinto gregario, o por cobardía, hacer como otros. No somos "otros". Cuando somos como los demás, estamos perdidos.

Pero sabemos también como estar vigilantes. Nuestro Hermano de Vitrolles, comprometido realmente en la lucha contra la bestia que desgasta nuestras democracias, no puede ver sin ansiedad las peleas intestinas de organizaciones políticas que abren otra vez el camino a la preservación de las ventajas adquiridas de la familia Mégret. No estaremos inactivos. Nosotros estuvimos solos frente a ellos en Tolón. Y nosotros deberíamos seguir presentes en Marignane Orange. La República no necesita de amnésicos aislados por la vida.

Los Estados Generales para reconstruir la República deberían permitirnos, según la fórmula libremente escogida por las Logias, regiones, el Convento, desarrollar iniciativas positivas. En Blois, Caen, Cambrai, Clermont Ferrand, Créteil, Dijon, Grenoble, Lila, Mulhouse, Limoges, Niza, Niort, Perpignan, Saint Denis, Estrasburgo, Tolón, Toulouse, Versalles, Vervins, en los Departamentos de Ultramar, disteis respuesta. Les apoyaremos para ayudarles a conseguir una reacción necesaria para la construcción de un nuevo espacio ciudadano.

Preguntas centrales surgen en todo el mundo. Saber como parar de privatizar las ganancias y socializar los déficit es una pregunta que se hace no sólo la Izquierda de la Izquierda. La cuestión surge así, fuerte, en los círculos liberales, en los Estados Unidos de América.

Unos son partidarios del verdadero Capitalismo Liberal. Seguros, pero con el paracaídas dorado y la llamada de ayuda a los contribuyentes en caso de errores de gestión, sin la preocupación de una responsabilidad verdadera. Al parecer, los partidarios más firmes del liberalismo económico desean que él se aplique especialmente a otros...

La era de la sospecha abandonó la política a favor de lo económico. Con la misma arrogancia se había desarrollado entonces. Los ciudadanos se convirtieron en accionistas, se comportan como consumidores. La clasificación selectiva de desperdicio no se ocupa de estos embalajes. Los ciudadanos quieren actividad, quieren participar, querer decidir. Quieren encontrar su lugar en el Nuevo Mundo.

No hacemos caso a esto. No somos ni conservadores, ni reaccionarios ante lo social y material. Pero defendemos un Orden contra el caos del Mundo. El francmasón no es una antigüedad frágil, es un compromiso vivo.

Ante el dominio bioetico, nosotros debemos afirmar nuestra diferencia. Promover que la libertad de la investigación garantice el control de sus aplicaciones. Salir al descubrimiento del campo de bienes de consumo.

Contra la "normalización de la especie", para el respeto para las diferencias, el G.O.D.F. debería seguir construyendo la reflexión, más eficaz que la que a menudo usa, de permitir mejorar sin la eliminación. Dar respuesta a los que sufren, a la esperanza, a los que tienen el derecho, en todo el mundo, a una mejor vida.

Pronto el coloquio organizado sobre deficientes mentales y físicos establecerá una etapa suplementaria. No desviaremos más la vista frente a otro diferente. El se nos parece. Es también una parte de nosotros. No pasaremos indiferentes delante del cementerio de los genios perdidos debido a la conformidad biológica.

Tensiones étnicas y raciales reaparecen, como una mala enfermedad que ningún antibiótico llegaría a erradicar. La bestia vuelve de nuevo. Toma incluso nuevas formas: al ser antisionistas antijudios, antijudios volviéndose antisemitas, antitodo que se han convertido en antitodos, racistas, xenófobos. Un verdadero residuo de los miedos y rechazos parece de nuevo cristalizarse.

Estos impulsos se extienden por el voto o por la abstención, debemos también reconstruir el zócalo integrador de una República que no debe tolerar la evolución separada, apartheids modernos construidos en torno al rumor y el miedo. Aún es necesario no negar la enfermedad para convencer al paciente de la calidad de las terapeúticas posibles.

Los integristas de la negación de la realidad deben también asumir sus responsabilidades en cuanto al empuje de los extremistas de la represión sin conciencia. No se podrían convencer a las víctimas de esta otra injusticia social que es la violencia y la inseguridad de la exactitud de sus posiciones negando lo que viven. Es necesario saber también dejar los salones elegantes y los barrios bonitos para encontrar la realidad de los suburbios y ciudades. Las hay importantes. Las de la segregación social como las de la victimización física. Busquemos pues la verdad, encontraremos la realidad.

Los candidatos republicanos a la elección Presidencial nos respondieron. Qué piensan de la calidad de los documentos recibidos, saludan el interés llevado a lo que representamos. Como era de esperar, no hay comentarios y no habrá.

A nivel Europeo, intentamos promover una laicidad activa, más allá de las palabras. Defendemos una idea y principios. No hay la obligación para todos los Europeos de hablar el francés y de incluir la República. Los productos de exportación requieren algunos esfuerzos de embalaje.

Deseamos llegar a la separación de las Iglesias y del Estado en toda Europa. Se nos comprende. Deseamos defender el servicio público y el acceso de la mayoría a los servicios, a la educación, a la electricidad, al teléfono. Se nos comprende. Eso se llama también Laicidad.

¿Deben perder nuestro tiempo en guerrillas internas que movilizan las energías sobre la cuestión laica entre pragmáticos y puristas o deben promover la laicidad, incluyendo que los Alemanes son de cultura alemana y hablan alemán, que los Ingleses son de cultura inglesa y hablan inglés, y así sucesivamente?

¿Deben condenar al Gobierno británico que propone, esto de los que nosotros mismos no disponemos, de las ceremonias civiles por todos los momentos de la vida (matrimonio, bautismo, adquisición de la nacionalidad, etc…) justa porque "laïcity" no quiere aún decir nada en inglés?

La laicidad merece mejor trato. Requiere un compromiso que supere los tres minutos de éxtasis sobre el estrado, en la tribuna del Convento. Obtengamos resultados por todas partes, en Francia y Europa. Después de Grecia que suprimió las menciones religiosas sobre los carnés de identidad, Suecia que separó la Iglesia y al Estado, Bélgica que intenta pasar del libre examen a una verdadera separación, queda mucho por hacer en los otros países de Europa. Y nos queda por obtener la creación de ceremonias civiles alternativas al Té deum oficiales. En algunas semanas, este debate pasará a ser, esperamos, público.

No olvidamos ni Nigeria, ni Arabia Saudí. No satisfacemos más estas "batallas contra la Crueldad a menor coste". Discutiremos vocabulario y traducciones a continuación.

Debemos abandonar los encantamientos, las imprecaciones y lamentos que dan ritmo nuestros exorcismos Republicanos.

No olvideis, más allá de la idea que nos hacemos de nosotros mismos que, para muchos franceses, la esencia de Francia somos nosotros, los Francmasones. Nosotros, los Hermanos invisibles pero tan presentes, que temen o que aplauden. La correspondencia recibida a la sede del G.O.D.F., poco agresiva y a menudo infeliz, constituye un indicador inquietante.

La rehabilitación de la imagen de la Francmasonería debe continuarse. Los esfuerzos adoptados para reactivar la producción editorial, en particular, gracias al excepcional éxito de la enciclopedia masónica, para permitir a L'Humanisme encontrar lectores verdaderos, para afirmar el lugar central de "La Cadena de Unión" en el paisaje de la investigación masónica, deben continuar. Además de la edición finalmente exitosa de las obras de Jean Mourgues, la publicación de distinta obra bajo los auspicios del nuevo Instituto Masónico de Francia con motivo del 275º aniversario de la creación de la Orden, deberían permitir dar a nuestra Orden otra imagen, devolverle su imagen verdadera.

Habrá también la difusión por Correo de un sello. La realización en inglés de un número anual de la Cadena de Unión, las traducciones de "Bellas Artes" como el sitio Internet del G.O.D.F. son tantas herramientas que permiten esta acción en profundidad. Más que de dejar a otros hablar en nuestro lugar, seguiremos defendiendo la honradez y la probidad de los Hermanos, respetuosos de su juramento.

En algún momento, pudimos creer que algunas prácticas defendidas más a menudo en algunas Obediencias cuyas promesas adulteradas usurpan el sentido incluso de la palabra, que en las relaciones entre Obediencias, nos podían implicar de la endogamia al incesto y del incesto a la consanguinidad, lo que, como lo recuerda precisamente el Gran Maestro de la Gran Logia de Francia, tiene como nombre Mercantilismo. Sabemos estar juntos, pero no permanecemos como refugio de las derivas humanas.

Alain Bauer

PRESIDENTE DE CONSEJO DE LA ORDEN

Carta respuesta a Salvador Allende

Oriente de Santiago, 5 de agosto de 1965

Querido Hermano,
Salvador Allende.
Presente

La Cámara del Medio de la respetable Logia "Hiram"N.-65 ha conocido y comentado latamente la comunicación que habéis enviado, solicitando vuestra Carta del Retiro de las Columnas del taller, por las razones que exponéis con tanto detalle y claridad.

No podemos dejar de expresaros que, a parte del natural sentimiento de los primeros instantes hemos experimentado una legitima complacencia al advertir en vuestra pieza una identificación tan precisa y concordante con nuestras propias convicciones,  además de su hondo contenido doctrinario, de su fraternal y sugerente redacción y de constituir una verdadera invitación a un trabajo de reflexión seria y ponderada.

Es tanto más valioso vuestro planteamiento cuanto que, no solo los hermanos de la Logia  "Hiram" son los que comparten estas inquietudes, sino que varias Logias de éste y otros Valles están precisamente examinando en detalle las características  herméticas de nuestras disciplinas actuales y la escasa  resonancia y penetración que la Orden tiene en el mundo exterior.

La Gran Logia de Chile, por otra parte,  oficialmente ha iniciado un proceso de revisión  de los objetivos y fines de la Doctrina y de la Constitución Masónica, y está estimulando en todos nuestros ambientes,  la sistematización responsable de las nuevas aspiraciones de los Hermanos que,  como nosotros, nos sentimos un poco defraudados ante la inoperancia o esterilidad relativa de nuestra actividad institucional.

Particularmente en la Logia "Hiram" estimamos que nuestro sistema doctrinario, nuestra integración en la filosofía iniciática y el ejercicio constante de la investigación y búsqueda de la verdad,  han sido los pilares fundamentales de la FrancMasonería en los tres siglos de su historia moderna. 

Aun más, la severidad de nuestros ritos y nuestra liturgia, siguen manteniendo vigencia en toda su dimensión. 

Pero si bien es cierto que tales bases fundamentales se establecieron y formularon trascendentemente en una etapa histórica determinada, y que pudieron imponerse en el transcurso del desarrollo de este ciclo, ahora no satisfacen suficientemente la realidad actual, cuya urgencia imperativa obliga a nuevas actitudes realistas y objetivas, frente a la concepción del mundo y al carácter que conceden las generaciones jóvenes a nuestro sentido de la vida.

La Orden, pues, no puede constreñir su existencia a formas exclusivamente tradicionales (por más que estas continúen siendo valederas), sino que, sobre ellas, debe proyectar genuina contemporaneidad y consistencia. 

Podréis advertir, en consecuencia, que vuestras preocupaciones son compartidas y coincidentes con las de todos  los miembros de estas Columnas y que, con las diferencias pertinentes que puede otorgar un estudio más extenso de los problemas que plantea el verdadero SER de la Orden, estamos también comprometidos a impulsar esta segunda era, para que refleje las verdaderas y autenticas necesidades y aspiraciones de nuestro medio social y cultural, que los Masones llamamos: mundo profano.

No es nuestro propósito referirnos en detalle a los conceptos de vuestra extensa "plancha", ni rebatir algunas observaciones formales que vos habéis formulado en ella, sino que deseamos expresaros,  enfáticamente, que reafirmamos nuestra convicción de que la Francmasonería  es una institución perfecta en su sentido ontológico y que adherimos a su filosofía racionalista y positiva, alerta a la lucha contra el dogma y el error; que reconocemos su posición evolucionista por excelencia y por definición, y que afirmamos que ella puede constituirse en un arbitro idóneo en el devenir o desarrollo de la humanidad, de sus fenómenos colectivos y de las ideas.

Concordamos en que, en su cometido, la Orden tiene dos ámbitos: uno hermético, regido estrictamente por normas constitutivas, y otro exotérico, sometido a los cambios y variaciones de la humanidad.

En el primer círculo trabajamos como elite,  para conseguir el perfeccionamiento de la individualidad, elevada a plano idealizado, con el fin de lograr -mediante la acción inteligente y singular de sus adeptos- ciertas influencias y penetración rectoras que requiera la sociedad.

No significa por cierto, como bien lo apuntáis, que esta actividad de la Orden en el plano temporal pudiese operar una transformación de ella y, desnaturalizándola,  convertirla en un partido político. 

El principio que informa la declaración constitucional de que "la Francmasonería  no es una secta ni un partido" tiene sentido, inteligencia y alcance de prescindencia en lo que concierne a la política contingente, local o nacional; pero esta idea, contenida en esa declaración, no la constriñe respecto a su actitud frente a los grandes movimientos ideológicos que sacuden al universo. 

En segundo lugar, como institución que ha adoptado el método evolucionista, debe encausar sus acciones conforme a la dinámica de las leyes que impulsan y gobiernan los fenómenos sociales, económicos, políticos y culturales, sin que sea aceptable adoptar una actitud meramente espectadora del devenir.

Sus grandes postulaciones: la Libertad, la Igualdad y la Fraternidad, nunca han sido ni podrán constituir conceptos puramente académicos para la Masonería,  por cuanto nuestra Augusta Orden propugna e idealiza la individualidad "Corrigiéndola y Perfeccionándola" mediante métodos que conduzcan necesariamente a su realización íntima y autentica y, luego, a su normal interrelación con la Sociedad; esto es, al perfeccionamiento de la Personalidad.

Los atributos de la persona, involucrados todos en el concepto rector de la Libertad, obligan a que su ejercicio se haga de tal manera que no hiera la individualidad de los demás, concretándose de este modo el principio de los Francmasones del ser "iguales entre sus semejantes".

Por último, Querido Hermano Allende, proclamemos una vez mas los designios humanistas de la Orden y, sin necesidad de ahondar en su definición y procedimientos, exaltemos la Fraternidad y los deberes que ella impone,  en el concepto y la acción.

Reclamemos de la Orden, eso si,  la consecuencia que debe existir  entre estas dos actividades, y contribuyamos inteligentemente a definirlas en la realidad.

A este respecto, permítasenos  una digresión iterativa  (que tiende a repetirse):  la Francmasonería  inició su historia en la época en que, razonablemente,  la individuación constituía la mas segura garantía  del progreso del hombre y de la sociedad en que vertía sus contenidos.

Pero desde aquella época,  la evolución normal de los conglomerados comunitarios (mas o menos indistintos) ha desplegado aceleradamente su desarrollo hasta hoy día en que,  según los análisis de la sociología, se han convertido propiamente en "entidades orgánicas", diferentes en sus cualidades, en su desarrollo y en su trascendencia,  de la pura "individualidad"

Las comunidades se mueven con leyes características (solo hace poco tiempo formuladas) y muestran en su progresión una dinámica  que obedece a necesidades independientes y que utiliza procedimientos propios para el logro de sus fines de superación o de superioridad, y para el establecimiento de su satisfacción y seguridad, que los hombres deben concebir como permanentes.

Ahora bien, si la Francmasonería  entrega,  según hemos repetido,  una metodología sabia y racional para conseguir los objetivos de la individuación (inculcando además,  a sus adeptos, lo legitimo que constituye para ella el "sentimiento de comunidad"), creemos que esta metodología no alcanza a ser adecuada para confrontar directamente las nuevas entidades orgánicas que hemos llamado comunidades.

No nos creemos capaces, en este momento actual, de influir en tales cuerpos colectivos solo con las herramientas tradicionales,  de orden singular, que existe en nuestros Talleres,  por muy amplio que sea su grado de uso; ni siquiera de tener una visión fidedigna y útil de la forma como se efectúan los movimientos de integración o como se producen las reacciones que emergen de ellas.

Solamente estamos conscientes de su composición, de ciertos estados de injusticia en que sobreviven, de los grupos de presión  exógena e internas que interfieren y de algunas de sus vagas formulaciones de necesidades; por mas que dispongamos poderosamente del amor fraternal que ellas merecen o requieren, mas que sus propios componentes individualmente considerados.

El diagnostico de esta situación, las contingencias de su acontecer contemporáneo y futuro, y la manera de influir favorablemente sobre cada una, con el tesoro de nuestra doctrina y nuestras virtudes,  constituyen una de las mas grandes empresas a la que la Masonería moderna debe abocarse con urgencia.

A los compromisos asumidos en nuestros trabajos esotéricos, debemos impostergablemente sumar este otro compromiso:  el de la responsabilidad práctica de las futuras actividades de los Hermanos, que nos permita llevar la generosa semilla de la Granada, el limpio ejemplo de nuestra vida institucional, y una inteligente y decidida programática hasta el seno mismo de ese fenómeno social.

Estamos, como veis, en una actitud y postura de autocrítica,  renovando nuestro vigor para reforzar las acciones de la Orden, sugiriendo estas profundas transformaciones en el ámbito exotérico o pragmático.

Deberemos,  además, modificar  la composición de nuestros cuadros, eliminando las vacantes estériles de nuestra organización interna, eligiendo hombres que posean la aristocracia del esfuerzo dignificador, la consecuencia y adhesión irrestricta a los postulados de la Orden y haciendo todo lo posible porque los Masones probados, como vos,  nos sigan prestando el valor de su aporte y la sabiduría de su experiencia.

Consideramos finalmente que, en nuestra posición y en la vuestra, Querido Hermano Salvador Allende, no hay diferencias, así como no existe antinomia entre los principios de nuestra venerable institución y las aspiraciones enunciadas, que se yerguen impostergables, con existencias de satisfacción urgente, para el logro de la justicia y la felicidad de la comunidad.

Por cuanto os hemos dicho, por el reconocimiento de vuestra valía, de vuestra inteligencia y de vuestra adhesión fraternal,  y habiéndose reafirmado una vez mas la coincidencia de nuestros planteamientos y el compromiso de llevar adelante un programa doctrinario de acción consecuente, la Sublime Cámara del Medio de la respetable Logia "Hiram" N.-65 acordó, por unanimidad, rechazar la Carta de Retiro presentada por vos.

Esperando vuestro pronto reintegro a las actividades del Taller, os saludan afectuosamente, vuestros adictos Hermanos.

Luis Holguín Blanco
Venerable Maestro Logia "Hiram" 65

Juan Venegas Quevedo
Secretario

Tomado del libro "Allende Masón", de Juan Gonzalo Rocha. Editorial Sudamericana. (Pág. 139).