Lapidas y epitafios II
Inscripciones que se escriben en las lápidas de las tumbas, el más conocido es R.I.P. (requiescat in pace = Descanse en Paz). El origen de esta costumbre data del año 539 antes de Cristo, cuando en los muros de Roma, junto a los avisos políticos y comerciales, se anunciaban las noticias de muertes recientes, signo distintivo y privilegiado de las clases poderosas, cuya cúspide de glorificación serían las frases grabadas en los mausoleos, al morir el rey de Carla, Mausolo, fue enterrado en un Mausoleo, el cual se incluiría entre las siete maravillas del mundo. Los romanos heredarían de los griegos el gusto por los epitafios, extendiendo su uso universal como canto de inmortalidad del hombre. La publicidad impresa, primero en anuncios por palabras y después en las esquelas aprovechó la fuente inspiradora de los epitafios para convertirlos en anuncios o avisos fúnebres.
Anuncios de Funerarias:
Colombia: No corra, lo esperamos. Funeraria La Equitativa.
Cuba años 30: Si su suegra es una joya, Funeraria Fernández tiene su estuche.
Lisboa: El cadáver es suyo. El entierro es nuestro. Garantizamos comodidad al difunto.
México años 50: Funerales González...Aquí no nos pasamos de vivos con los muertos.
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Epitafios
Epitafio de Platón, creador del género para muchos estudiosos:
Esta tierra cubre el cuerpo de Platón. El cielo contiene su alma. Hombre, seas quien fueres, respeta sus virtudes si eres honrado.
Adriano VI: Aquí yace el impío entre los píos.
Alejandro Magno: Basta esta tumba, para el que no bastaba el orbe.
Blas Pascal: Medí la inmensidad de los cielos, medí las sombras de la tierra; mi espíritu descendía de los dioses, aquí reposan mis cenizas.
Camilo José Cela: Quien resiste gana.
Cristóbal Colón: A Castilla y a León, Nuevo Mundo dio Colón.
Diógenes: Al morir echénme a los lobos. Ya estoy acostumbrado.
Enrique Jadier Poncela: Si queréis los mayores elogios, moríos.
Groucho Marx: Disculpe que no me levante.
Lord Byron para su perro Botswain: Aquí reposan los restos de un ser que poseyó la belleza sin la vanidad, la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y todas las virtudes de un hombre sin sus vicios.
Marlene Dietrich: Estoy aquí en el último escalón de mi vida.
Marqués de Sade: Si no viví más, fue por que no me dio tiempo.
Miguel de Unamuno: Sólo le pido a Dios que tenga piedad con el alma de este ateo.
Molieré: Aquí yace Moliére el rey de los actores. En estos momentos hace de muerto y de verdad que lo hace bien.
Nerón: ¡Que artista muere conmigo!
Orson Welles: No es que yo fuera superior. Es que los demás eran inferiores.
Rabelais: Que baje el telón, la farsa termino.
Sardanápalo: No he hecho más que comer, beber y darme placer, todo lo demás me ha parecido nada.
Scott Fitzgerald: Estuve borracho muchos años, después me morí.
Virgilio: Mantúa me engendró. Me retuvieron los calabreses. Ahora me posee Nápoles.
W. Shakespeare: Buen amigo, por Jesús abstente de remover el polvo aquí encerrado. Bendito sea quien respete estas piedras y maldito quien mueva mis huesos.
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A Ana Wallace. Los hijos de Israel querían pan y el Señor les envió maná. El viejo dependiente Wallace quería mujer y el Diablo le envió a Ana.
A mi marido, fallecido después de un año de matrimonio. Su esposa con profundo agradecimiento.
Aquí descansa mi esposa, aquí ella reposa; ¡Aleluya! ¡Aleluya!
Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift, deán de esta catedral, en un lugar en que la ardiente indignación no puede ya lacerar su corazón. Ve, viajero, e intenta imitar a un hombre que fue un irreductible defensor de la libertad.
Aquí yace mi marido, al fin rígido.
Aquí yace mi mujer, fría como siempre.
Aquí yaces y haces bien. Tú descansas; yo también.
Con amor de todos tus hijos, menos Ricardo que no dio nada.
Dejazme en paz.
En realidad preferiría estar en Filadelfia.
Fallecido por la voluntad de Dios y mediante la ayuda de un médico imbécil.
Nada trajimos, nada nos llevamos, nada perdemos.
Necesité toda una vida para llegar hasta aquí.Aquí yace Isabelita, que por ser tan buena y no querer, se fue para la otra vida con muy poquito placer.
No estoy de acuerdo.
Quien venga diciendo ¿lo siento? no le dejéis. Dejadme acostado.
Se acabo el juego.
Señor, recíbela con la misma alegría con la que yo te la mando.
Siempre decía que los pies la estaban matando pero nadie la creyó.
4 comentarios
Hector -
Beatriz -
Está de sobra aclarar cuál está escrito en latín y cuál en inglés, ¿cierto?
felix -
juan -