GODF ante la moderna esclavitud
Encuentros Humanistas y Fraternales Africanos y Malgaches (REHFRAM)
Discurso de Jean-Michel QUILLARDET,
Gran Maestro, Presidente del Consejo de la Orden del Gran Oriente de Francia el 3 Febrero de 2007 en Yaoundé (Camerún)
Somos todos africanos,
Jamás olvidaremos los sufrimientos de esta tierra y de este pueblo, los horrores, las atrocidades, porque esta vieja tierra es indiscutiblemente la cuna primera de la civilización, sabemos también, a pesar de los obstáculos y las dificultades, porque en lo sucesivo es para todos nosotros una tierra de esperanza.
Al visitar Picasso por primera vez el Museo del Hombre y en particular el departamento de las artes africanas, quiso, en sus años jóvenes dejar el Museo, decía, no interesándole.
No obstante, su entonces esposa le obligó a quedarse y se esforzó entonces por examinar estas máscaras, estos objetos que aquellos hombres se habían esforzado por ejecutar en una intención sagrada o mágica, para que sirva de intermediario entre ellos y las fuerzas desconocidas y hostiles que les rodeaban con el fin de superar su espanto, su molestia, su inquietud y consagrándoseles así formas y colores.
Y Picasso entonces dijo: " pasando de estas figuras negras del Museo del Hombre a la pintura universal, comprendí lo que era el mismo sentido del arte. No es un proceso estético: es una forma simbólica y mágica que se interpone entre el universo y nosotros, un modo de cogerlo fijando una forma a nuestros miedos, como a nuestros deseos "
También, hoy, siento a África que se inscribe en nuestro camino masónico.
El continente africano nos parece ser el mismo lugar de esta reconciliación entre método y símbolo, entre razón y espiritualidad, entra singularidad y universal.
El paso simbólico y racional de los francmasones es la de hombres que no sólo se hablan, sino que además se hablan para decir y que tienen algo que decirse así. En el trabajo iniciático, procuran, como los poetas, dar un sentido más puro a las palabras, a las cosas y a las ideas.
Sobre esta vieja tierra de luz, de magia, de baile, de rituales y de fiestas, el masón que viene del Norte se reencuentra en su casa que está más cerca del corazón del hombre, más cerca del sentido de las cosas, más cerca de la grandeza de lo humano.
Sí, todos somos africanos.
Y esta luz, este sol que nos viene del desierto y su pureza, nos da entonces una gran capacidad de esperanza.
Sabemos que somos capaces de lo peor, por otra parte en el momento de la iniciación, nos muestran un espejo en el cual se refleja nuestra cara y nos dicen: " tu peor enemigo, eres tu mismo".
El peor enemigo de la humanidad es el hombre, el peor enemigo de la humanidad es la humanidad.
Y cuando nos informamos de la historia de África y de los africanos, para parafrasear la bella frase de Alfred de Vigny que se dirige a las mujeres, "cuando se encuentra un Africano, no debemos decirle buenos días, sino perdón".
Cómo no olvidar a estos hombres, a estas mujeres, estos niños que, hasta lo más profundo del siglo XIX no han sido considerados como seres humanos, sino como animales, como bestias y negociados así, sopesados, palpados, aforados, comprados, vendidos, heridos, martirizados.
La trata de negros quedará para siempre como un crimen contra la humanidad que deberá siempre y perpetuamente ser recordada, por lo que la memoria deberá siempre estar unida a nuestros corazones entre tantas memorias de horrores, pero ésta es un horror particular, un crimen de genocidio, un crimen de masa, sí, crimen contra la humanidad.
¿Pero todavía hoy, la esclavitud ha finalizado? Desgraciadamente no, y en muchos de estos países de África todavía podríamos encontrar a esclavos de los tiempos modernos, niños, mujeres, entre los que la libertad y la dignidad no son respetadas.
Homicidios, crímenes contra la humanidad, siempre perpetuados por Occidente y alguna vez también, desgraciadamente, por algunos africanos, o estados africanos que reconstituyen en cierto modo un neocolonialismo moderno.
Debemos recordar aquí el genocidio ruandés, debemos recordar aquí el genocidio en la indiferencia internacional y general, que ocurre a algunos kilómetros de aquí, en Darfour.
Industrias occidentales con la complicidad de los estados de Occidente y ciertos estados africanos, vienen para saquear, para empobrecer, para desecar el continente y el pueblo de África.
Sí, este gran lago explotado de Tanzania de manera desvergonzada por conserveras industriales internacionales llevándose todos los peces en este lago, privando así de alimento a toda una población local y dejando en lo sucesivo como único alimento cadáveres de peces y podemos así ver en esta comarca a los niños obligados a prostituirse para sobrevivir.
Es la realidad de nuestro mundo de hoy.
Hago un llamamiento a los africanos, a los francmasones africanos a no taparse los ojos, a denunciar las responsabilidades occidentales de las industrias multinacionales, de esta globalización que es contraria a la universal.
Pero hago el llamamiento también a abrir los ojos no sobre sus propias responsabilidades, sino sobre las responsabilidades de algunos africanos y de algunos estados africanos cómplices de esta tentativa sistemática de aumentar todavía más la pobreza y los mártires, y de aminorar así al hombre en su libertad, en sus capacidades creadoras y en su dignidad.
La Francmasonería no es simplemente valores enunciados y extendidos, palabras y discursos.
La Francmasonería es una postura en la existencia, es un proyecto de sociedad, es el humanismo en marcha.
El GODF de vuelta en África.
Es una acción.
Estamos en el mundo, en el foro, pero también en lo universal.
Neguémonos a abdicar y a ser espectadores resignados del tiempo de la insignificancia, del tiempo del derrotismo.
La masonería africana tiene este gran desafío delante de ella: saber reunir la laicidad universal, la democracia y el cosmopolitismo, la sociedad y las culturas, la identidad y el mestizaje.
Hago un llamamiento a la masonería africana a reencontrar las voces del combate humanista.
¿Qué es el humanismo?
Podríamos en el fondo entenderlo según tres direcciones.
El primero sería el que consiste en decir que los masones son unos internistas del humano, es decir que todo que concierne al hombre no puede hacerles indiferentes, les interroga, les interesa: tienen por vocación reflexionar a esta eterna y grave cuestión: ¿ qué es el hombre?
El segundo sentido de este proyecto se relaciona con una visión del hombre que no sería únicamente materialista pero sino que le daría al hombre toda su dimensión de misterio.
El hombre es un ser misterioso y es justamente el misterio del hombre y el misterio de la vida el que los masones deben buscar.
Citemos ahora esta bella frase de Goethe: " por muy grande que sea este misterio eterno cumplido en tu alma, si por este sentimiento eres feliz, nombralo como quieras: felicidad, corazón, amor, Dios. Yo no tengo ningún nombre. El sentimiento es todo, el nombre es sólo ruido y humo que ponen las velas al fuego del cielo "
Por fin, el tercer sentido es preservar en él su dignidad inmensa e incomparable.
El proyecto mismo de la masonería es hacer todo para preservar la dignidad del hombre, su libertad plena, sus capacidades plenas de creación y la posibilidad para él de vivir junto con otros, en la sabiduría y la serenidad.
La libertad del hombre en las instituciones, en la sociedad, pero a la vez su propia libertad. No simplemente las grandes libertades individuales y políticas, pero si las nuevas libertades que salen a la luz teniendo en cuenta la evolución de las sociedades y de los nuevos desafíos que ponen al hombre, es decir los derechos económicos y sociales.
Sí, el derecho al trabajo, pero en este derecho al trabajo, el derecho a ser respetado como hombre en el trabajo, el derecho a la vivienda, el derecho a una renta de existencia.
El proyecto humanista es un proyecto fundado sobre la defensa de los derechos del hombre, el ejercicio de la tolerancia, el respeto de los principios de la democracia y de la república, el desarrollo de los derechos sociales: este proyecto humanista es extremadamente importante en el mismo momento cuando se desarrollan el movimiento de las ideas, toda una filosofía antihumanista que querría reducir al hombre justamente en materia y esto, con todas las consecuencias políticas y sociales que se conocen.
En el fondo podríamos repetir la definición que Montaigne le daba al humanista: yo, tú, ellos.
Yo: mi propia reflexión personal, el ahondamiento de mis conocimientos, mi propio cumplimiento, mi presencia en el mundo, mi presencia entre otros, sí, " conócete a ti mismo ".
Tú: el proyecto altruista, ir hacia el otro, escuchar el otro, intentar acercársele, ver cuáles son los puntos comunes, los lugares de reunión, los puntos de divergencia y de tratar siempre de tender la mano para comprometerse en un proyecto en unificador: reunir lo que está disperso.
Ellos: es el universalismo del proyecto humanista, el universalismo del humanismo de los valores comunes, la conciencia clara que hay unos valores universales. Francés por casualidad, y necesariamente hombre.
No tengamos miedo de palabras y no evitemos la realidad de nuestro devenir, sino más allá la realidad del devenir de la humanidad.
En este mundo que, justamente, por todas partes, en Francia, en Europa y aquí, se deshumaniza de lo que se pudo llamar hoy el asalvajamiento del mundo, debemos llamar a los masones a hacer política.
Sí, política.
Las cuestiones de la sociedad y políticas son nuestro resorte.
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