Sarah Palin, con la Biblia bajo el brazo
Carlos A. Sourdis Pinedo
En un país con votantes que han llevado dos veces a George Bush hasta la Casa Blanca, y también en dos ocasiones a Ronald Reagan, que confían a The Terminator la gobernación de California, no tendría nada de extraño que la pintoresca Sarah Palin, actual gobernadora de Alaska y candidata a la vicepresidencia de su país, terminara ocupando el cargo que muchos ingenuamente consideran el más poderoso del mundo, la presidencia de los Estados Unidos (como si no existiera la banca internacional).
Al menos éstas son las conjeturas que algunos analistas han hecho, llamando la atención sobre la longevidad (esa “injustificada prolongación del miedo a la muerte”) cada vez más agotada del candidato republicano John McCain, de 71 años, y sobre el hecho de que esta edad no lo descalifica en absoluto para instalarse a partir de 2009 en la Sala Oval.
Por el contrario. La edad podría hasta ser un punto a su favor, dicen. Porque la gerontocracia no se lleva nada mal con el electorado estadounidense. Valga recordar que a Reagan lo reeligieron a los setenta y seis años, y terminó su segundo mandato a los ochenta, ya visiblemente afectado por un síndrome de Alzheimer que él sólo confesó tres años después de abandonar el despacho.
Si estas cosas sucedieran, si McCain ganara la presidencia, si muriera en el cargo, y si su fórmula para la vicepresidencia, Sarah Palin, tuviera que reemplazarlo, los estadounidenses habrían sentado en la silla supuestamente más poderosa del Universo a una fanática religiosa dispuesta a continuar la tradición oscurantista prevaleciente entre aquellas organizaciones de la derecha fundamentalista protestante que desean otorgarle el status de verdad científica al contenido de la prédica dominical.
Postulados de la mitología cristiana, como el de que el Universo fue creado en tan sólo siete días hace cinco mil años o el de que la mujer es descendiente de una costilla del hombre, son parte de esa asignatura colegial pseudoacadémica llamada Creacionismo, asignatura que Sarah Palin desea ver enseñada en cada escuela gringa, según un programa diseñado por líderes protestantes extremistas para sustituir a las Ciencias Naturales y borrar así de un plumazo todo lo que hoy sabemos acerca de la Evolución Natural, tirando a la basura siglos y siglos de ese progreso y de ese conocimiento científico tan duramente adquiridos a lo largo de la historia de la humanidad.
La candidata republicana a la vicepresidencia desea que los estudiantes acepten como dogma científico afirmaciones tan ridículas como la de que ”los dinosaurios se extinguieron porque eran muy grandes y no hubo cupo para ellos en el Arca de Noe”. ¿Quién necesita de la paleontología y de la arqueología, si ya el antiguo testamento y la palintología lo explican todo?
A esta candidata resulta fácil imaginarla hace trescientos años, encendiendo hogueras en Salem para quemar a las mujeres acusadas de brujería y herejía.
Sobre todo después de que nos enteramos de que uno de sus preceptores espirituales es precisamente un cazador de brujas proveniente de África, un hombre que se jacta de haber hecho que la gente de un pueblo de Kenia donde ejercía su ministerio expulsara a una mujer a la que él denunció como bruja, acusándola de haber provocado mediante hechizos varios accidentes automovilísticos que ocurrieron en el vecindario donde tenía su vivienda esta mujer.
En un video de Youtube es posible ver un fragmento de la ceremonia a través de la cual este cazador de brujas impone las manos sobre la cabeza de Sarah Palin (el video se puede hallar utilizando las palabras de búsqueda “Palin” y “Witchcraft”) al tiempo que pronuncia ante la congregación de su iglesia una especie de conjuro evangélico para mantener a la candidata protegida de las malas artes de la brujería, y para hacer que ella vea satisfechas todas sus aspiraciones políticas. Dios nos libre.
Las nociones de Palin sobre el medio ambiente también son bastante ortodoxas.
Su principal iniciativa ambiental ha sido la de liderar una lucha legal para impedir que el Oso Polar sea declarado una especie en peligro, con el fin de evitar a su vez que el hábitat de este plantígrado en Alaska sea declarado reserva natural, algo que retrasaría los planes de la todopoderosa industria petrolera gringa para perforar y comenzar a extraer el crudo que se encuentra bajo el territorio que los osos imprudentemente escogieron como su hogar desde el final de la última glaciación.
8 comentarios
jordan 12 -
victor -
Jesús -
Eduardo -
Julia -
etres -
David U. Guevara -
María Fernanda Lara Manjarrez -
En verdad, no lo ve uno venir hasta que sucede, y si existe un Dios que todo lo ve, espero que no tenga omitido este retraso a la historia y a la "evolución" de la humanidad ¿Cómo es posible este grado de fanatismo en estos tiempos?
Un artículo muy bueno, felicidades.