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Pensamiento Masonico

Masoneria y Politica

MASONERÍA, POLÍTICA Y POLITIQUERÍA

La Orden no puede propender por algo que no

sea trasparente y respetuoso de la igualdad

de oportunidades entre todos los colombianos

Iván Herrera Michel.  33°

A pesar de que los Masones siempre hemos sostenido que se puede ejercer la política individualmente pero sin comprometer a la Orden, lo cierto es que el fenómeno sociológico que ha sido la Masonería reviste caracteristicas políticas innegables.

Reclamamos con énfasis nuestra participación en los grandes acontecimientos y luchas que se han dado en occidente para fortalecer el papel del individuo frente al absolutismo estatal, para independizar naciones, privilegiar el respeto a los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1791, la erradicación de la esclavitud, la promulgación de los Derechos Humanos de 1948, la creación de las Naciones Unidas, la Unión Europea, la separación entre la iglesia y el estado, etc.  Y esto, es política.

Por otro lado, la enemistad con las confesiones de corte integristas - especialmente con la Católica - no se ha dado en el campo de las creencias sino en el de los intereses políticos y económicos del Estado del Vaticano y su injerencia indebida en los asuntos internos de otros estados.  Nuestra apuesta por la laicidad y la separación del poder religioso del civil es claramente política y una tercería a la vieja pugna, que viene de la Europa renacentista hasta nuestros días,  acerca de quien manda a quien entre el Papa y el gobernante local.  Y esto, también es política.

Por un lado, la Gran Logia Unida de Londres, a la par que exige entre sus Grandes Logias seguidoras, que se prohiba las discusiones políticas en el seno de los Talleres, ha utilizado a las Obediencias de su amistad como vehículo de penetración política para nuclear la clase local colaboracionista en sus colonias y como un instrumento más al servicio de los intereses del imperio Británico  Además, con el calificativo de "Regular" manipula un estilo subalterno de practicar la Masonería.  El hecho de que su Gran Maestro deba ser exclusivamente de la Casa Real inglesa le da un toque monárquico difícil de disimular.  Y esto, es politiquería.

En la otra cara de la moneda, se encuentra el Gran Oriente de Francia, con un historial de defensa de la democracia y del sistema republicano que impresiona por lo activo.  La premisa política de la que se enorgullece Francia desde la Revolución Francesa es la misma de la que hace gala la Masonería: "Libertad, Igualdad y Fraternidad".  Y esto, también es política.

En España se dice que la segunda República que aplastó el Generalísimo Franco en 1939 fue Masónica; en Italia se relaciona la Orden con la unificación de la península y la derrota de los estados pontificios; en Rusia con gran parte de las reformas liberales de Pedro el Grande; en Alemania también con las reformas liberales del siglo XVIII;  en Turquía con la modernización tras la caída del imperio Otomano; en Chile se le incluye dentro las Fuerzas Morales de la nación; en Uruguay se le vincula con el logro de la educación primaria, secundaria y universitaria gratuita; En Venezuela con Bolívar, en Colombia con Santander, en Ecuador con Sucre, en Argentina con San Martín, en Chile con O’Higgins, en Cuba con Martí, en México con Benito Juárez; en Estados Unidos con Washington, y así sucesivamente en la mayoría de los países del viejo y el nuevo continente.  Y todo esto, también es política.

En América, de norte a sur, incluyendo el caribe, a la Orden se le presenta en gran medida a partir de referentes ligados a luchas independentistas y a la gestión necesaria para la consolidación de las libertades públicas y privadas en nuestros pueblos.  Los nombres de los héroes de nuestra independencia y de los presidentes que han sido Masones son de frecuente mención en nuestras charlas cuando de presentar la Institución se trata.  Y esto, también es política.

Entonces, no es extraño que no nos crean mucho cuando decimos que los Masones no nos ocupamos de temas políticos cuando nos reunimos.  La verdad es que si nos ocupamos de ellos.  Esta dicotomía aparente (evidencia y negación) está en la base de la creencia errada pero muy generalizada de que la Orden representa un mundo de poder subterráneo y secreto que tras bambalinas quita y pone presidentes y ministros, situación que se supone los Masones están obligados a negar sistemáticamente.

No son pocos los escándalos en los que se ha visto arrastrada la imagen de la Masonería, a raíz del acercamiento que algunos lideres de la Masonería han intentado con la politiquería por razones de ambición personal.

Para citar unos pocos ejemplos, podemos traer a cuento el apoyo oficial de la Gran Logia Regular de Chile al General Pinochet, luego del golpe de Estado de 1973, a quien habían iniciado previamente y llevado hasta el Grado de Compañero, lo cual produjo una crisis interna en esa Obediencia, la creación del Gran Oriente Latinoamericano, GOLA, y la pugna con las otras Grandes Logias que operan en ese país austral:  la Gran Logia Mixta de Chile, la Gran Logia Femenina de Chile y  el Gran Oriente Francmasónico Chileno .  Y esto, también es político.

Igualmente, podemos recordar el desprestigio que a la Orden, en el ámbito internacional, llevó en la década de los ochenta la Logia P -2, jurisdiccionada al Gran Oriente de Italia, la única potencia regular de esa nación en ese entonces, cuando sus miembros se dedicaron a iniciar a un grupo de políticos influyentes de Italia, junto con un puñado de Cardenales católicos corruptos, con el objeto de construir una telaraña  financiero - política de intereses inconfesables.  La muerte aún no aclarada del Papa Juán Pablo I, la quiebra del Banco Ambrosiano, y el "suicidio" de algunos implicados en esos casos, fueron las actividades más conocidas de una mafia que extendió sus tentáculos hasta  Argentina y Uruguay.  Y esto, también es politiquería.

Más recientemente, el diario El Comercio, de Quito, Ecuador, el de mayor circulación en ese país, abrió su edición del día 11 de julio de 2004, con el titular "Los Masones se Dividen por el Presidente", en primera y a media página, con foto incluida.  En la Sección Política, se tituló: "La exaltación de Gutiérrez incomoda a los Masones", y se da cuenta del Aumento de Salario y la Exaltación, a los Grados de Compañero y Maestro, del Aprendiz Lucio Gutiérrez, entonces Presidente Constitucional del Ecuador, efectuado "a la vista" por el Gran Maestro de la Gran Logia del Ecuador, Difilio Vargas Pazzos,.  Lucio Gutiérrez fue iniciado cuando era candidato por un cálculo politiquero imperdonable desde el punto de vista Masónico.  De nuevo la intervención en politiquería corrió por cuenta de una Gran Logia regular.

Desafortunadamente, la publicación no distingue, ni tiene por que hacerlo con objetividad, el hecho de que en el Ecuador existen cuatro Grandes Logias nacionales - Gran Logia del Ecuador, Gran Logia Equinoccial del Ecuador, Gran Logia Occidental del Ecuador y la Gran Logia del Austro Ecuatoriano - además de otros Talleres jurisdiccionados al Gran Oriente Latinoamericano, a la Gran Logia Arquitectos de Acuario del Brasil, y a la Orden Masónica Mixta Internacional El Derecho Humano, Obediencias que, todos a una, publicaron comunicados mostrando su inconformidad y desacuerdo.  Y esto, también es política.

Esta situación ha generado, como se comprenderá, un caldo de cultivo propicio para ataques, burlas, caricaturas y hasta gráfitis en las calles, en contra de "los Masones", relacionándolos con el accionar del desprestigiado ex Presidente de la República.

En Colombia se ha presentado un fenómeno político muy conocido.  Después de  contar en sus columnas con lo más granado de la revolución, de ser la abanderada de los principios liberales en el siglo XIX, y de impulsar la oposición ideológica durante la Hegemonía Conservadora confesional que vivió nuestro país hasta 1930, la Masonería se fue alejando, poco a poco, del panorama político nacional.  Y esto, también es una posición política.

Esta separación paulatina entre la Masonería y la política, fue impulsada por el divorcio que se ha presentado entre los partidos políticos y la moral pública.  Ante esto, los Masones colombianos perdieron interés en compartir espacios con una clase dirigente desprestigiada, y en consecuencia abandonaron la vocación de poder que siempre habían tenido.  Hoy en día, el sistema de valores de la Masonería y el de la clase dirigente actual son irreconciliables.  Y esto, también es política.

No obstante lo anterior, algunas Grandes Logias del país, ante la nostalgia de ese poder lejano y, en algunos casos el interés en una prebenda personal de sus funcionarios, se han dado a la tarea en la última década de iniciar cuanto candidato a algo, o funcionario de primer o segundo rango, encuentran a la mano.  O de galardonarlos para congraciarse con ellos.  En Bogotá existe una verdadera competencia con el Opus Dei en este sentido. Y esto, es politiquería.

Algunos de estos personajes se han dejado iniciar atraídos por la esperanza de un aumento de su cauda electoral, por el pertenecer a un grupo al que se le reputa un gran poderío y, de todos modos, por una asociación que goza de prestigio intelectual.  Y hasta por curiosidad.  Además, se les ha dicho que pueden contar con la colaboración irrestricta y discreta de todas las Grandes Logias del mundo, con la sola invocación de la palabra "fraternidad".  Y eso, para un hombre ambicioso, acostumbrado a hacer pactos por debajo de la mesa, es de la mayor valía.

Algunos miembros de esta nueva categoría han encontrado atractivo el seguir perteneciendo a la Orden y se han convertido en Masones entusiastas, y otros simplemente no han vuelto a las Logias después del debate electoral que tenían en mira cuando se iniciaron.  A decir verdad, no solo no encontraron lo que iban buscando, sino que por el contrario hallaron pocos votos, uno que otro lagarto, una discusión eterna sobre la "Regularidad" que poco o nada les interesa, mucho cacique y poca tribu.  Es decir, nada importante.

A raíz de esta deserción no prevista, la posibilidad de crear una agrupación de ciudadanos influyentes con miras a conformar una red para traficar influencias a espaldas de la comunidad, afortunadamente se frustró.  La Masonería no puede propender por algo que no sea trasparente y respetuoso de la igualdad de oportunidades entre todos los colombianos.  Y esta, también es una posición política.

Pese a lo anterior, a algunos incautos aún se les atrae presentando a la Masonería a partir de los escaños que ocupan en los cuerpos colegiados, en los entes territoriales o en alguna otra entidad pública, hombres que han pasado por la ceremonia de inciación Masónica.  Esta vanidad insensata, muchas veces ha llevado desprestigio a la Orden, por los escándalos protagonizados por esos personajes públicos que de Masones solo tienen el deseo ajeno de considerarlos cercanos.  Y esto, no es una posición política sino politiquera.

Queda aún el reto de ayudar en la transformación de una sociedad en plena crisis de valores cívicos.  Pero, como decía el Masón Jorge Eliecer Gaitán, sin "designar de parteros a los sepultureros de la nación".  Y esto, también es política.

Politiquería

Politiquería

Según el diccionario (DRAE, 1992), "politiquería" se trata de la acción y efecto de politiquear, en nuestro caso entendiendo este verbo en su acepción de "hacer política de intrigas y bajezas". Siendo politiquería una palabra tan manida, pero de la cual no se tiene un concepto muy definido, propongo la siguiente ampliación a la definición arriba citada:

Col. Vocablo utilizado para referirse a cualquier acto impropio realizado por un político, cuando dicho acto es llevado a cabo por un adversario de quien habla.
Ej: No me contagiaré de la politiquería de mis opositores.

De acuerdo con esta propuesta, el concepto (que no el ejercicio) de la politiquería solo existe en el contexto del contenido y el acto del discurso populista, o como en el caso de estas líneas, del debate en torno a ese tipo de discurso. De tal manera, la palabra politiquería abarcaría todos los actos perniciosos de cualquier político, pero solo cuando son traídos a colación por otro político durante una arenga, o en una declaración mediática; así, vemos que siempre se hace referencia a la politiquería como un acto de otros, ajeno y reprobable. Para clarificar un poco, veamos algunos ejemplos.

Si el implicado se reune con algunos gamonales coterráneos para acordar la manera de obtener la mayoría en una corporación y decidir cómo repartirán los puestos, se trata de una "reunión para hacer acuerdos programáticos", pero si
quien hace esa misma reunión es su opositor, se dice que es una "manguala", uno de los más tradicionales actos politiqueros.

Si el candidato Fulano es elegido Presidente de la República con un censo electoral inexacto y poco fiable, el nuevo presidente no pone ningún problema, porque "las elecciones reflejaron la voluntad popular". Pero si con ese mismo censo electoral el referendo que dicho presidente propone resulta rechazado, entonces es una "situación intolerable que no permite conocer la realidad de la votación". Claro, la misma situación ahora sí afecta negativamente sus intereses, y mantenerla sería hacerle el juego a la politiquería.

Cuando en campaña todavía se tiene la esperanza de derrotar al otro candidato presidencial, no se duda ni un instante en referirse a él como "el candidato paramilitar" y a los copartidarios que se van a las filas de este último se les increpa con vehemencia, tildándolos de oportunistas, traidores o vendidos.

Pero, oh sorpresa, cuando ya se perdieron las elecciones contra esa persona, el antiguo rival acérrimo, que estabatotalmente en contra de los planteamientos politicos del ganador, tampoco lo piensa dos veces para aceptar embajadas o representacones internacionales bajo el mando del otrora "candidato paraco". Si lo hace otro, es politiquería; si lo hago yo, es "dejar de lado las diferencias para buscar el bien del país".

Si durante años las entidades de control han estado encabezadas por personas pertenecientes a uno de los partidos tradicionales y al mismo tiempo su partido detenta las mayorías en el Concejo de Bogotá, esa situación nada tenía de raro.

Si, como ahora, ocurre lo mismo pero con un sector político diferente, entonces salen los que fueron desplazados de esa condición a decir que "la situación actual plantea serias inquietudes acerca de la independencia de los organismos de control".

Eso es politiquería, y si quisiéramos hacer una lista detallada de todas sus expresiones, el trabajo sería muy largo. Hablar contra la politiquería en Colombia es el ejercicio predilecto del hipócrita, del político que está listo a tirar la primera piedra para señalar a otro político que hace exactamente las mismas cosas reprobables que él. Claro, esa mano pronta a lapidar, se esconderá en la medida de lo posible cuando los vaivenes políticos impongan la necesidad de una "alianza" con aquel a quien se atacó. Lo que uno no acaba de entender es, ¿como existe politiquería en el país, cuando todos los políticos luchan contra ella? La verdad es que luchan contra la politiquería ajena, porque la propia nunca es vista como tal, y en ese orden de ideas, se está contra la politiquería del otro, no por que esté mal, sino porque le quita espacio y oportunidades a la propia corrupción, bajo la filosofía de que "si no me lo robo yo, alguien más se lo robará". Si todas las palabras contra la politiquería que se han dicho en este país hubieran sido sinceras, la situación sería diferente.

Fuente: http://www.lasillaelectrica.com/articulos_politiqueria.htm

Masonería y Política

Masonería y Política

La especulación de carácter filosófico, una entelequia
que jamás ha dado resultados y quimera cuyas conse-
cuencias están a la vista. La política es actualmente si-
nónimo de hacer dinero de manera facil y rápida.
 
Por: Dino Manco Bermúdez Gr:. 33.
 
No son pocos los autores que niegan de plano, o al menos con mucho énfasis,  la existencia de alguna relación entre la Sociedad de los Constructores del Templo y  el llamado arte, teoría o práctica de gobernar a las sociedades humanas.
 
Basados en la leyenda masónica y luego en lo que conocemos a través de la crónica de la edad media y los hechos más recientes acaecidos en los siglos XVIIII y XIX, podríamos abrir varios escenarios donde la institución como tal no hace parte de ningún movimiento político y en otros, en los que institucionalmente la Mas:. reivindica el derecho de estar involucrada en los acontecimientos decisorios de la vida social y comunitaria de los pueblos, y también, HH:. MM:. imbricados en el quehacer político en forma individual, sin representación o respaldo Inst:.
 
Si nos remontamos a los días del Maest:. Hirán Abí, Arquitecto constructor del Temp.:. del sabio y Pod:. Rey Salomón, podemos observar sin temor a equívocos, a un grupo de expertos proyectistas y planificadores, ejerciendo el arte del diseño y la construcción de acuerdo a las circunstancias de la época en cuanto a uso de materiales y las necesidades de un fenómeno urbanístico incipiente, en una sociedad aún en vías de dejar la trashumancia, dándole paso a la sociedad agraria y a su efecto en el tiempo, la sociedad urbana.
 
Lo colegios de constructores, génesis institucional logístico, hacían de ellos un organismo operativo, debido a la circunstancia misma de su operabilidad en el campo de la edificación de lugares, donde los asociados podrían llevar a cabo sus actividades profesionales y domésticas.
 
Muchas edificaciones, sobre todo en Europa, que aun subsisten a pesar del paso de los años, muestran dentro de su concepción artística variados objetos, parte de la simbología Mas:., corroborando la impresión de haberse vivido un fructífero período de obra material, muy lejos de la especulación de carácter filosófico que, siglos después, marcaría la andadura logística en el largo camino de la interacción social.
 
Más tarde,  la memoria Mas:. nos introduce a la época de los Caballeros del Templo, con J. de Molay como figura relevante de toda una era de actividad político religiosa, donde están involucradas las infortunadas Cruzadas, motivo del odio hacia occidente que se vive hoy día en los países del Oriente Medio. Sin necesidad de buscarle tres extremidades al felino doméstico, debe reconocerse  que las labores de los Caballeros del Templo, o  Templarios como se denominaban también sus integrantes, estaban imbuidas de actividades de carácter social donde eso que llamamos política, genéricamente, y por contera
lo religioso, predominante capítulo del control social en el medioevo,  igual que lo es ahora en las sociedades subdesarrolladas, era parte importante del accionar de dichos personajes y de la organización a la cual pertenecían.
 
De todos es sabida la suerte corrida por los Templarios, quienes fueron acusados de herejes  (temiendo el poder ascendente que ellos tenían, religiosa y políticamente expresado) por su máximo protector y beneficiario, el Obispo de Roma, siendo la mayor parte de ellos quemados en la hoguera. Ese fue el fin del Gran Maestre de los Caballeros del Templo, J. .De Molay.
 
En tales calendas, los Caballeros del Templo fueron lo que los Jesuitas en el reciente pasado y el Opus Dei es actualmente para el Papá. Es decir, la organización de mayor confianza dentro de la Iglesia, para su máximo jefe. No es un secreto la influencia eclesiástica en todos y cada uno de los fenómenos sociales, políticos y religiosos, en cualquier país de occidente, donde no estuvieran representantes del clero y por consiguiente de la estructura religiosa.
 
Entonces, si los Templarios hicieron  parte de la organización medieval de la Mas:., necesariamente esta tuvo una notable intervención en la vida política, religiosa y económica  de esa sociedad y por lo tanto, mucho tuvo que ver la Inst¨. en la toma de tal tipo de decisiones. Entonces, en los días del feudalismo, no éramos  ajenos, institucionalmente, a la intervención en política.
 
Luego, vemos a la Mas:. marcando el paso en los cambios sociales de los siglos XVIII y XIX. En Filadelfia primero  y en París después, la Inst:. Mas:.  que  es abanderada de la libertad de pensamiento, culto  y  conciencia por ser una asociación de hombre libres, apoya  el movimiento independentista norteamericano liderado por el H:.M: George Washington y la separación de los Estados Unidos de Norteamérica de Inglaterra. Allí nacen los primeros postulados de los Derechos del Hombre, que más tarde fueron proclamados durante la revolución francesa.
 
En efecto, los enciclopedistas en su gran mayoría eran individuos iniciados en las Llog:. Mmas:. Sus respectivos Ttall:. apoyaron sus ideas sociopolíticas y se decidieron a colaborar de lleno con la causa de la revolución. No podría decirse que se trató de una acción aislada de unas cuantas Llog:. o de unos pocos HH:.  Probablemente la unanimidad no la hubo,  pero una mayoría abrumadora estuvo presente en los acontecimientos que culminaron con la toma de La Bastilla y el uso y abuso de la guillotina.
 
A continuación, los movimientos separatistas en la América hispanoparlante hicieron de la Mas:. el contexto ideal donde debatir las ideas y planear las estrategias para combatir al tirano chapetón. Francisco De Miranda, Simón Bolivar, Sucre, Santander y en fin, la plana mayor de la insurgencia neogranadina estaba conformada por iniciados.
 
En Centro América y el sur del continente, quienes lucharon por la independencia de sus respectivos países eran masones. Y, desde luego, muchos de los europeos que estuvieron en las filas de los patriotas pertenecieron a la Ord:. La emancipación de España tuvo consecuencias políticas y los precursores de la liberación del yugo ibérico se hicieron cargo de dirigir a sus respectivos países, con la colaboración de sus referentes Ttall:. y Ggrand:. Llog:.  Nuevamente es indispensable recalcar que el manejo de la política  en sus aspectos, sociales y económicos estuvo en manos de HH:. Mm:. y que no lo hicieron solo a título personal sino logístico.
 
En Colombia ocurrió exactamente igual. Después de la desgraciada disolución de la Gran Colombia, fomentada por los enemigos del Libertador Simón Bolívar en Bogotá y fallecido ya en San Pedro Alejandrino el genio de Caracas, nuestra nación tuvo en sus entrañas contribuyentes Mmas:., enfrentados al clero y la caverna derechista, concepción política cuyas consecuencias fueron las  múltiples guerras civiles que culminaron con la llegada al poder del genio de El Cabrero y la entrega del país a una dictadura confesional, concluída aparentemente en 1930 con el triunfo de Enrique Olaya Herrera en las urnas, pero que 74 años después aún persiste en las altas esferas del poder político.  Con raras excepciones, este es el mismo fenómeno sufrido por la mayoría de las naciones que lograron desligarse del despotismo chapetón en el siglo XIX.
 
En el resto del mundo, la Mas:. tuvo una significativa influencia en los gobiernos y fue coparticipe de muchas de las decisiones que a nivel de HH: MM:.se tomaron, para consolidar la democracia y las libertades individuales, la mayoría de ellas contenidas hoy en la Declaración de los Derechos  Humanos, de las Naciones Unidas. A partir de ahí, comenzó la etapa de la llamada la declinación de la influencia Mas:. en las providencias y programas de orden político y social que afectan a las naciones.
 
No fuimos la excepción que confirma la regla.  Las Llog:. se transmutaron en ateneos de vacía gestión social, donde se debatían cosas intrascendentes e inanes y a los que acudieron gentes que buscaban no el  propio perfeccionamiento intelectual y espiritual, ingresando a la Ord.. solo rastreando un hipotético mejoramiento en la escala social y en muchos casos, creyendo encontrar una fuente de fraternal financiación para sus problemas económicos o un respaldo institucional basado en el buen nombre de la Ord:. y desde luego, en el misterio que a  ella la rodea por ser una asociación discreta.
 
Basados en la premisa de la cero operabilidad y magnificando la especulación de carácter filosófico, una entelequia que jamás ha dado resultados y quimera cuyas consecuencias están a la vista, la Mas:. en el país  desatendió casi irresponsablemente lo que nuestra particular cultura señalaba, dejándole a otros la toma de decisiones que afectan a todos los ciudadanos.
 
Es cierto que la política como instrumento para manejar en forma decorosa  y eficaz  la cosa pública, buscando la prosperidad de los asociados a través de ideologías y programas, que permitan obtener óptimos resultados en el afán de conseguir  el bienestar general, ha desaparecido del ideario de unos partidos políticos fragmentados en reservaciones electorales donde los caciques se perpetúan en los entes legislativos comprando votos y compartiendo el poder con el gobernante de turno.
 
Algunos malos HH:.,  elementos que nunca debieron ser iniciados,  se lanzaron a título propio al ruedo de la vida pública, sin apoyo institucional, afortunadamente, y los resultados están a la vista. Condenas a prisión, cuestionamientos por malos manejos, oscuras componendas, negocios turbios donde el estado pierde ingentes sumas de dinero  y raponazos multimillonarios al tesoro público. Otros, cuyos manejos  no han sido impugnados pero que de la noche a la mañana pasaron de la inopia a la opulencia, sin habérseles conocido jamás  una actividad lucrativa.
 
La política es actualmente sinónimo de hacer dinero de manera facil y rápida. Entonces, al cambiar de filosofía y de objeto social, se transmutó en politiquería y naturalmente, ha caído a los niveles más bajos de deshonestidad e inmoralidad, jamás antes vistos.
 
Así, se han perdido todos los espacios que algún día tuvo la Inst:. dentro de la función pública y por ende, cualquier influencia que hubiese tenido  internamente en el rodaje de los tres poderes del estado de que hablaba Montesquieu, ascendiente que concluyó con  la desaparición de Alberto Lleras Camargo. Esa situación  hace no solo vulnerable a la Ord:., sino que lentamente degrada su importancia dentro de nuestro contexto, dificultando de manera notoria conseguir una interlocución válida, enérgica y vigorosa en los asuntos que le competen a la administración pública y cuyas acciones podrían ir en deterioro del bien común.
 
Da la impresión, la Ord:.,  de ser refractaria al cambio y de que le sirviese su Lit.. especulativa de mampara conceptual para rechazarlo o al menos impedir que taladre las puertas del Temp.:, ingresando de manera prudente pero firme, a
participar de los Ttrab:. en el Simb: y el Esc:.
 
No se trata, evidentemente, de convertir a la Inst:. en partido político, lanzar candidato propio a las corporaciones legislativas, o financiar campañas.  En lo absoluto. Inicialmente, debería haber una apertura hacia la sociedad, saliendo al ruedo social basados en nuestros valores logísticos, los cuales tienen una profunda conexión con los propios de esa fracción de la sociedad Prof:. deseosa  de mejorar la terrible situación que vive el país en todos los órdenes de la interrelación social.
 
La Mas:. no se expresa sobre los fenómenos de seguridad, educación, salud, transporte, impuestos, concesiones amañadas, la contratocracia, sobornos, el mal manejo de los dineros comunitarios, medios de comunicación, recreación,
proyectos de ley, ordenanzas y acuerdos, pensiones, estatutos de seguridad, secuestros, desplazados, violencia y en fin, nada dice sobre los males que aquejan a esta sociedad nuestra, ya en cuidados intensivos y próxima a una oprobiosa dictadura de derecha. Otros son los catones que aparentemente sirven de cívicos vigilantes, pero que de nada sirven porque hacen parte de la estructura política  que tiene sus propios  intereses creados
 
Es hora de hacer política institucional, si entendemos por política hacer parte de la democracia representativa que pregona nuestra Carta Política, hoy ad portas de ser descuadernada por los reformadores profesionales de la Constitución y las leyes, ad majoren gloriam, del gobernante de turno pero en detrimento de las libertades individuales de los ciudadanos. Ha llegado el minuto de convocar a un “cónclave”  Simb:. y Esc:. y dejar de lado lo especulativo, imprimiéndole nuevamente a la Inst:. su antigua operacionalidad.
 
Mantenerse a la sombra del sigilo, la falsa premisa del ocultamiento de la identidad masónica y la placidez de los Ttrab:. en el Temp.:. a base de Lit:., es darle  oportunidad a los depredadores de conseguir sus viles propósitos. Hablando y quejándose, nada se consigue. Hay que pasar de la inercia a la acción. Es necesario  proponer una cruzada nacional para reivindicar los preceptos y valores morales propios de la Mas:. que hicieron de nuestro territorio un remanso de paz, trabajo y convivencia.
 
Dice el libro de la ley que hay tiempo para llorar, reir, orar, sufrir, amar. Estamos convencidos que llego el nuestro de resurgir de las cenizas del olvido social, de desechar el esconder la condición de Mas:.  sin razón, que no desvirtúa en nada la condición de sociedad secreta de la Ord:. e interpretar las tétricas señales de un mundo Prof:. en franca bancarrota moral y espiritual.
 
Los servicios de información del estado saben de nuestra membresía a la Ord:.  e infinidad de personas de diferente rango en la escala social, también.  Entonces, ¿de qué nos ocultamos si no tenemos nada que encubrir y por el contrario, mucho honorable, digno y decente qué mostrar?
 
Desde los días de la Mas:. del antiguo testamento, la Mas:. del sistema de producción feudal y la Mas:. del Neoliberalismo, mucho es lo que ha cambiado la Ord:. pero hay que recordar que desde su primera fase a nuestros días han pasado más de 5.000 años.
 
En Colombia continuamos en la etapa del aislacionismo social,  ciclo que a todas luces nos empuja más hacia el guetto, cuando las condiciones y las circunstancias obligan a meterse de lleno en la actividad ciudadana
 
La Mas:. directa o indirectamente siempre ha intervenido en política. Es probable que algunos autores llamen la atención sobre la apoliticidad de la Mas:., pues estructuralmente está soportada en la libertad de conciencia, la cual va aunada a la de cultos y credos políticos, pero es imposible afirmar tal cosa de los HH:. MM:. individualmente. Lo cierto, en algún instante coyuntural de la crónica Mas:., esta estuvo  implicada en actividades de tal naturaleza, pasando por diferentes  momentos vivenciales, donde se abstuvo de participar en ella o daba su condescendencia tomando parte de dicho fenómeno social.
 
La Ord.., se hace necesario insistir, debe buscar los mecanismos apropiados para hacer acto de presencia en la actividad ciudadana. Le corresponde desarrollarla en su calidad de Inst:. humanista y humanitaria, interesada en el bienestar de las personas que conforman el contexto social colombiano. Y, en el caso particular del Gr: Or: de Barranquilla, con mucha más razón.

Masoneria y politica

Masoneria y politica El 12 de Marzo de 2006 los colombianos estaremos eligiendo nuestros representantes a Senado y Cámara y seguramente se daran de nuevo los mismos vicios electorales de siempre: compra de votos, fraudes, engaños al elector.   
 
El balón está del lado de los millones de colombianos quienes, se espera, estén a la altura de la histórica responsabilidad de llevar al Congreso a quienes de mejor manera sean capaces de representar sus anhelos, sus esperanzas, sus profundas desazones. El ingreso a la cancha tiene un solo precio, el voto, el único con el cual el elector puede comprar el paquete de ideas promovidas por las opciones ofrecidas, por cierto no muy ricas en contenido pero sí llenas de ‘sólidos respaldos’ de otros y de otras experiencias. La única arma de castigar a quienes no pudieron convencer, o el premio para quienes fueron escuchados y atendidos sus llamados.
 
Y es aquí donde la decisión de cada ciudadano va a pesar como un piano cuya melodía se escuchará por los próximos cuatro años, sea que vote o no. Es en este momento inédito de la política nacional cuando más se requiere que si alguien decide votar lo haga a conciencia y pensando en el interés nacional, en el incierto rumbo que nos espera a partir de los hechos más recientes de la vida pública del país, en la edificación de un mañana donde impere la justicia y el equilibrio social, en la construcción de un espacio en el que quepamos todos con nuestras diferencias, con nuestras formas distintas de ver el mundo, con nuestras propias limitaciones.
 
Sirva de paso la oportunidad para presentar  una serie de escritos de diferentes autores sobre politica y masoneria. 
 
 

Referencias:  http://www.elheraldo.com.co/hoy060311/editorial/noti7.htm