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Pensamiento Masonico

Opinion

LA DOCENCIA ÉTICA DEL MASÓN EN LATINOAMÉRICA

Iván Herrera Michel.

Como el médico al enfermo, el abogado a la resocialización del individuo y el arquitecto a las construcciones, así se encuentra ligado el Masón al progreso del género humano. Y como la facultad de medicina al médico, la de jurisprudencia al abogado y la de arquitectura al arquitecto, de igual manera los talleres Masónicos se deben a una docencia ética progresista de sus miembros basados en valores humanistas.

Latinoamérica es una región constituida por países y habitantes unidos por una historia común, cuyo caldo cultural primigenio es diferente al del resto del planeta.

Después de muchos siglos de tranquilidad indígena se nos vino encima Europa, representada por España, Portugal y la Iglesia Católica.  El trono y el altar, la espada y el evangelio, el soldado y el cura, y sus enfermedades causaron el mayor exterminio de la historia: de alrededor de cien millones de indios, se pasó un siglo después ... a diez millones!!. La experiencia Inca es tan solo un ejemplo desgarrador del exterminio absurdo de una cultura.  Mientras tanto, el debate en Europa tenía como punto central "la naturaleza" de los indios: son humanos?  Son hijos del diablo?  Son evangelizables?  Tienen alma?  Son esclavos por designio de Dios?.

Al determinar Roma que los negros tampoco tenían alma, surge Portugal, Inglaterra y España como proveedores de esclavos negros, los cuales llegaron a ser en Latinoamérica 11 veces más numerosos que los blancos.  A veces era tan duro el trabajo que poblaciones enteras de esclavos debían ser renovadas cada año, pero en general "la vida útil" era de entre 5 y 7 años.

Al llegar el esclavo negro ya se le había despojado del nombre, de la familia, la cultura, la tribu, eran seres humanos perdidos sin esperanza en una cultura desconocida, en un continente desconocido y lejano, lejos de sus mujeres, sus hijos, sus amigos.  Durante siglos las naves arrojaron negros sobre estas tierras sin descanso, y al ruido de las cadenas se agregó la cadencia de los tambores, la danza africana y la sensualidad contagiosa de la nueva raza que las venía a poblar.

De España llegó una decena de razas;  el extremeño que colgó la mochila y el borrico, el vasco pesado y singular, el andaluz que arrastraba su pobreza con el donaire de un noble disfrazado de mendigo, el castellano silencioso y desganado que oraba a media lengua, y muchas, muchísimas, gentes que no tenían más sueño que la de colmarse de riqueza y poderío en estas tierras.

A la negra esclava, y a la india, le hizo el amor el amo blanco, el soldado y el cura.  Surgió el mulato y el mestizo. Y el mulato y el mestizo no aceptaron ni a los indios ni a los negros.  Se hicieron líderes, médicos, abogados, políticos y se continuaron mezclando, absorbiéndose, dejándose absorber, y hoy los tenemos de generales, obispos y presidentes.

Nos independizamos gracias a una pléyade singular de Masones: Miranda, el precursor, seguido de Bolívar cuyo pensamiento hoy  congrega la Orden, San martín, O’Higgins, y un largo etc.  El siglo XIX nos transcurrió en los afanes de una lucha por el poder entre liberales jacobinos y conservadores nostálgicos del trono y el altar.

Hoy Latinoamérica tiene un nuevo roll, y los Masones un nuevo reto: la degradación de la tierra, la deforestación, la excesiva urbanización y la contaminación del aire son los principales desafíos medioambientales, a los cuales se añade el agotamiento de las fuentes de agua y la reducción de la biodiversidad (1000 especies de vertebrados están en vías de extinción).

En Latinoamérica están los más frondosos bosques tropicales del planeta, los cuales cubren casi la mitad de su área, y el 75% de su población vive en ciudades y megaciudades (México, 16.5 millones, Sao Paulo, 16, Buenos Aires, 12, Río de Janeiro, 10, etc.).

Muchos de los habitantes de la ciudad viven en barriadas miserables, en donde el narcotráfico, el sicariato y la delincuencia común son opciones casi únicas de supervivencia, frente al marginamiento, la falta de educación, de competitividad social, de servicios públicos básicos y de alimentación, en contraste con la liviandad de una clase alta cínica y flemática.

En Latinoamérica la Iglesia Católica se disputa los diezmos y ofrendas con infinidad de nuevas denominaciones cristianas, y todavía es una fuente real de poder, y ambas son enemigas del control de la natalidad, el uso de preservativos y las terapias genéticas, con graves consecuencias para los más pobres.

Según la ONU, Latinoamérica triplicará su población en los próximos 50 años, y el incremento en el consumo mundial amenaza con destruir sus recursos naturales.

Aún falta conseguir la igualdad de estatus entre el blanco, el negro y el indio, entre las mujeres y el hombre, frente a la salud, la educación, mejorar la distribución del ingreso y la propiedad privada, definir una deuda impagable con los países ricos, disminuir la pobreza y un largo etc. de iniquidades, productoras de violencia, crimen, miseria y degradación humana.

Por todo ello es que cuando un profano libre y de buenas costumbres logra acceder mediante la iniciación a nuestro método librepensador de acercamiento a la realidad social debe ser educado, ya como Masón,  en una ética que consulte las grandes necesidades de nuestros pueblos desde una perspectiva de valores, que como el saber, el honor y la virtud direccionan nuestras reflexiones y pensamientos, desde la necesaria plataforma de los más modernos avances científicos, siempre en pos de fortalecer las libertades individuales en nuestros pueblos.
Noviembre de 2001.

 

Luz, más luz

Luz, más luz

Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una Luciérnaga; ésta huía rápido y con miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir.

Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada. En el tercer día, ya sin fuerzas, la Luciérnaga paró y dijo a la serpiente:
-Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro dar éste precedente a nadie pero como te voy a devorar, puedes preguntar.
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
- No.
- ¿Yo te hice algún mal?
- No.
- Entonces, ¿Porque quieres acabar conmigo?
- Porque no soporto verte brillar.

Piensa en esto, selecciona las personas en quien confiar.

Muchas veces nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos: ¿Por qué me pasa esto si yo no hice nada malo? La respuesta es sencilla, porque no soportan verte brillar.

La envidia, es el peor sentimiento que podemos tener. Envidiar a otras personas, sus logros, es en definitiva envidiar, ver a otros brillar.

Cuando esto nos pase, NO DEJEMOS DE BRILLAR, no dejemos de seguir siendo nosotros, de seguir haciendo lo mejor que sepamos hacer. De todas maneras, aunque nos hieran, no podrán tocarnos, porque nuestra luz seguirá intacta, nuestra esencia permanecerá, pase lo que pase!!

 

Fuente:  http://losarquitectos.blogspot.com/

Asertividad

Se define la asertividad como aquella habilidad personal que nos permite expresar sentimientos, opiniones y pensamientos, en el momento oportuno, de la forma adecuada y sin negar ni desconsiderar los derechos de los demás. En la práctica, esto supone el desarrollo de la capacidad para:
 
- Expresar sentimientos y deseos positivos y negativos de una forma eficaz, sin negar o menospreciar los derechos de los demás y sin crear o sentir vergüenza.

- Discriminar entre la aserción, la agresión y la pasividad.

- Discriminar las ocasiones en que la expresión personal es importante y adecuada.

- Defenderse, sin agresión o pasividad, frente a la conducta poco cooperadora, apropiada o razonable de los demás.

Así pues, la aserción no implica ni pasividad, ni agresividad.

La habilidad de ser asertivo proporciona dos importantes beneficios:

- Incrementa el autorespeto y la satisfacción de hacer alguna cosa con la suficiente capacidad para aumentar la confianza seguridad en uno mismo.

- Mejora la posición social, la aceptación y el respeto de los demás, en el sentido de que se hace un reconocimiento de la capacidad de uno mismo de afirmar nuestros derechos personales.

Son ejemplos típicos de comportamientos agresivos, la pelea, la acusación y la amenaza y, en general todos aquellos comportamientos que signifiquen o comporten, la agresión de los demás sin tener en cuenta sus sentimientos. El comportamiento agresivo suele aparecer como consecuencia de la cólera o la ira y de la incapacidad para autocontrolarse. En general, la persona agresiva, o que se comporta agresivamente en un momento concreto, no suele sentirse satisfecha de sí misma, y lo que consigue es que los demás no quieran tenerla cerca, y fácilmente pueden, también, ser agresivos con ella.

Se dice de la persona pasiva que no sabe expresar sus sentimientos y no sabe defender sus derechos como persona. La persona pasiva, por lo general, no se siente satisfecha, ya que no consigue decir lo que piensa o siente y no hace llegar su mensaje a los demás. Suele sentirse insegura, poco aceptada y tenida poco en cuenta por los demás.

La ventaja de aprender y practicar comportamientos asertivos es que se hacen llegar a los demás, los propios mensajes expresando opiniones, mostrándose considerado. Se consiguen sentimientos de seguridad y el reconocimiento social. Sin duda, el comportamiento asertivo ayuda a mantener una alta autoestima.

En todo caso, para aprender asertividad es completamente imprescindible tener bien claro el hecho que tanto el estilo agresivo, como el pasivo, por lo general, no sirven para conseguir los objetivos deseados.
 

Fuente: Ferran Salmurri. 1991.

 

Mujeres en la masonería

Un largo y contradictorio camino ha recorrido la mujer en cuanto a su participación en el campo religioso, místico y mágico, a través del tiempo y en todas las culturas, ocupando algunas veces altas posiciones y en otras, relegada a las más humillantes condiciones que le negaban hasta el simple acceso a las zonas y artículos sagrados.
Esto lo comentamos porque nos llama la atención que en días recientes se han abierto las puertas del conocimiento de la masonería a las mujeres aquí en Barranquilla, en la logia Luz el Caribe, perteneciente a la jurisdicción colombiana de la Orden Masónica Mixta Internacional ‘Le Droit Humain’, El Derecho Humano, depositaria de enseñanzas antiguas pero siempre vigentes, sobre el origen del cosmos y del hombre y el sentido de la vida.
Normalmente los enseñanzas herméticas o secretas de los Masones y de otras hermandades similares, así como posiciones de importancia en ritos y organizaciones religiosas se han mantenido prohibidas durante milenios para el sexo femenino. Todavía el sacerdocio en el catolicismo y en otros credos está exclusivamente destinado a los varones.
Tal como lo describe la Biblia en el judaísmo y distintas religiones antiguas, la mujer era considerada impura y no podía ingresar al Templo ni tocar ningún objeto sagrado. Igualmente otros pueblos y culturas, han considerado a la mujer poco digna de ocupar un lugar en la jerarquía religiosa
No obstante en las comunidades matriarcales de la Prehistoria, las mujeres no sólo eran reinas sino que dirigían y orientaban los cultos, conduciendo ceremoniales y rituales místicos y mágicos. Así también muchas veces el chamanismo fue ejercido por mujeres, sitial que todavía éstas conservan en diferentes tribus.
En la edad del Bronce, se realizaban grandes festivales exclusivamente para mujeres, quienes actuaban como sacerdotisas, en ciudades como Creta y Troya. En la antigua Roma, el Panteón centraba su adoración en la Diosa Madre y quienes ejer-
cían las funciones sacerdotales eran mujeres. En los Celtas el culto a la Diosa del Fuego, tenía un Sacerdocio exclusivamente femenino.
Ciudades griegas de gran importancia como Delfos, poseían un culto de sacerdotisas que presidían sacrificios rituales y promulgaban los famosos oráculos. En muchas culturas, para poder ejercer el sacerdocio se designaban a eunucos o castrados y a hombres disfrazados de mujer, demostrando así la importancia de lo femenino.
Uno de los mejores ejemplos de la importancia de la mujer en la religiosidad, se dio en el Antiguo Egipto, donde muchas de sus deidades eran femeninas y en el que las mujeres además de reinas, eran sacerdotisas, curanderas, adivinadoras y encabezaban los cultos funerarios y los ritos mortuorios, tan importantes para los egipcios. La mujer de Egipto ostentó títulos que mucho decían de su dignidad, como ‘Esposa del Dios’ y ‘Divina Adoratriz’.
En todo caso, estas someras apreciaciones surgen porque consideramos interesante el nuevo sendero que se abre a la mujer barranquillera de la actualidad, por parte de la Orden Masónica “El Derecho Humano, que le permitirá al sexo femenino entrar en igualdad de condiciones con los varones, a conocimientos que hasta hace poco estaban vetados para este género”.

YOMAIRA LUGO CONSUEGRA

El Heraldo
Barranquilla, Lunes 7 de Noviembre de 2005

El poder

Al hablar de poder me refiero a poder como autoridad. Hablo de la autoridad que ejercemos, unas personas sobre otras. De la autoridad, como concepto de relación interpersonal, que va más allá del poder institucional, legal, económico, social o político.

Yo creo que todos tenemos una cierta dosis de poder. El poder, la autoridad, no depende tanto de la persona que lo ejerce como de la actitud que los que tiene enfrente adoptan ante quien lo ejerce. Así, en un extremo estarían los se abrogan el poder y los serviles que se lo reconocen y en el otro los que tienen poder porque se lo damos los demás y no lo ejercen, aunque pudieran. Y entre estos dos extremos hay infinidad de matices.

No es malo tener poder, lo que es malo es el uso que de él hacemos. Yo tengo poder sobre mis hijos, la opinión que yo tenga de ellos es tan importante para ellos que puedo influir en sus vidas de una forma muy sutil o muy zafia, y también puedo ser consciente de este poder que ellos me otorgan y no hacer uso de él, pues se convertiría en abuso. Y del ejercicio que yo haga de ese poder que me otorga el ser su padre o madre, se desprenderá la posibilidad de ganarme su respeto y, por lo tanto, la autoridad sobre ellos, o que lo pierda irremisiblemente.

Hay muchas personas que tienen poder sobre mí. No me refiero a las que pueden decidir sobre mi presente o mi futuro, sino a aquellas de las que me importa su opinión, su cariño, su aprobación. Probablemente muchas de estas personas ignoren la autoridad que yo les otorgo, pero la tienen desde mi consentimiento y la perderán en el momento en que me demuestren que no son dignas de ella, porque usen de ese poder o abusen de su autoridad sobre mí.

La tiranía del débil se manifiesta de múltiples maneras. No olvidemos que hay formas muy sutiles de ejercer el chantaje y la coacción. El trabajo personal consiste en discernir cuándo ha llegado el momento de no ceder a la imposición, al atropello al que intentan someternos. Primero por respeto a nosotros mismos y segundo por rechazo a la dominación ajena.

El dominio sobre nosotros mismos, en definitiva, lo debemos ejercer nosotros y solamente así podremos seguir respetándonos. La raíz de todo ello está en la ausencia de libertad por parte de quien se siente oprimido o acosado. Libertad a la que se ha renunciado o no ha sabido trabajar.

Asertividad

Se define la asertividad como aquella habilidad personal que nos permite expresar sentimientos, opiniones y pensamientos, en el momento oportuno, de la forma adecuada y sin negar ni desconsiderar los derechos de los demás. En la práctica, esto supone el desarrollo de la capacidad para:
 
- Expresar sentimientos y deseos positivos y negativos de una forma eficaz, sin negar o menospreciar los derechos de los demás y sin crear o sentir vergüenza.

- Discriminar entre la aserción, la agresión y la pasividad.

- Discriminar las ocasiones en que la expresión personal es importante y adecuada.

- Defenderse, sin agresión o pasividad, frente a la conducta poco cooperadora, apropiada o razonable de los demás.

Así pues, la aserción no implica ni pasividad, ni agresividad.

La habilidad de ser asertivo proporciona dos importantes beneficios:

- Incrementa el autorespeto y la satisfacción de hacer alguna cosa con la suficiente capacidad para aumentar la confianza seguridad en uno mismo.

- Mejora la posición social, la aceptación y el respeto de los demás, en el sentido de que se hace un reconocimiento de la capacidad de uno mismo de afirmar nuestros derechos personales.

Son ejemplos típicos de comportamientos agresivos, la pelea, la acusación y la amenaza y, en general todos aquellos comportamientos que signifiquen o comporten, la agresión de los demás sin tener en cuenta sus sentimientos. El comportamiento agresivo suele aparecer como consecuencia de la cólera o la ira y de la incapacidad para autocontrolarse. En general, la persona agresiva, o que se comporta agresivamente en un momento concreto, no suele sentirse satisfecha de sí misma, y lo que consigue es que los demás no quieran tenerla cerca, y fácilmente pueden, también, ser agresivos con ella.

Se dice de la persona pasiva que no sabe expresar sus sentimientos y no sabe defender sus derechos como persona. La persona pasiva, por lo general, no se siente satisfecha, ya que no consigue decir lo que piensa o siente y no hace llegar su mensaje a los demás. Suele sentirse insegura, poco aceptada y tenida poco en cuenta por los demás.

La ventaja de aprender y practicar comportamientos asertivos es que se hacen llegar a los demás, los propios mensajes expresando opiniones, mostrándose considerado. Se consiguen sentimientos de seguridad y el reconocimiento social. Sin duda, el comportamiento asertivo ayuda a mantener una alta autoestima.

En todo caso, para aprender asertividad es completamente imprescindible tener bien claro el hecho que tanto el estilo agresivo, como el pasivo, por lo general, no sirven para conseguir los objetivos deseados.
 

Fuente: Ferran Salmurri. 1991.